No cabe duda de que sobran los motivos para hacer una huelga. Políticos y patronal nos vienen calentando desde hace dos años. Primero se inflaron a despedir gente, mientras se llevaban una pasta en ayudas a bancos y empresas de dinero público, hasta que el paro llegó a casi los cinco millones de personas. Cuando ya no podían despedir a nadie más empezaron a bajar sueldos, a funcionarios y empleados de la empresa privada, como si el gobierno hubiera dado la señal de salida de la carrera de recorte de salarios.
Ahora, no sólo nos meten otra reforma laboral, para que sea más fácil despedir (no se ve que les costará mucho antes), sino que quieren bajar las pensiones, aumentar la edad de jubilación, privatizar la sanidad…
Frente a tanto abuso, una huelga de un día (más bien una jornada de paro simbólica), llega tarde y mal. CCOO y UGT sólo la han convocado cuando el gobierno ha decidido prescindir de ellos en la mesa de negociación, para pasar la reforma por decreto. La única finalidad de esta jornada es intentar mantener el monopolio de la representación oficial, que no real, de los trabajadores y las trabajadoras. Al fin y al cabo es lo que han venido buscando desde hace años, mediante concesiones y bajadas de pantalones constantes. En resumen, sólo quieren que les llamen para negociar otra reforma más, maquillar la presente reforma y sellar su firma. Esto ya lo hicieron tras la pasada huelga general del 20J.
El modelo sindical oficial de elecciones sindicales, liberados, subvenciones y acción mediada nos ha llevado, en gran medida a esta situación, y desde CNT lo venimos avisando desde hace tiempo.
No en vano llevan meses llamando a todas las puertas a ver quién les apoya. Incluso se acercaron a CNT para pedirnos que convocáramos con ellos. Hasta nos ofrecieron salir en la foto. ¡Cuánto honor! Ni que decir tiene que nos hemos negado a participar en su circo. El anarcosindicalismo de la CNT no funciona a base de fotos y apariencias, sino de solidaridad, apoyo mutuo, autogestión y acción directa.
Por ello llamamos a participar en una huelga, pero que sea de verdad, no para que nos llamen a negociar una reforma y unos recortes a los que nos oponemos radicalmente, sino para echarlos para atrás. Pero sobre todo, para dar el primer paso en la reconstrucción de un sindicalismo de clase, a este tinglado oficial, que defienda los intereses de todos y todas los que hemos estado sufriendo el chaparrón estos dos últimos años, mientras los sindicalistas de estado participaban en el espectáculo del reparto de ayudas y recortes de derechos. Y lo vamos a hacer siguiendo nuestros principios de siempre, sin delegacionismos ni subvenciones.
Secundaremos la huelga, haremos piquetes y nos manifestaremos. La acción directa será nuestra seña de identidad el 29-S. Lo haremos para intentar tumbar la reforma laboral que abarata el despido, facilita los despidos colectivos, favorece el descuelgue de los convenios (con sus tablas salariales) y otorga plenos poderes a los liberados de los sectores de turno a negociar con la patronal en detrimento de las asambleas de trabajadores/as.
Trabajador/a, parado/a, estudiante…ya va siendo hora de reclamar lo que es nuestro, sino lo hacemos nos seguirán robando derechos. Si estás harto de ver como los sindicatos del estado nos mangonean y quieres participar en la construcción del sindicalismo revolucionario, el que no se vende al poder por un plato de subvenciones, pásate por los locales de CNT o contacta nuestra sección sindical en tu empresa.
A partir de este 29 de Septiembre, incluso antes nos vemos en la calle, contra los abusos de patrones, políticos, banqueros y falsos sindicatos mangantes, porque aquí no termina la lucha.
¡POR UNA HUELGA GENERAL QUE TUMBE LA REFORMA LABORAL!
¡BASTA DE PANTOMIMAS!
¡ÚNETE A LA CNT!
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