Los donuts envenenados
“Me cubro con la capucha y me tapo la cara con un pañuelo
hasta la altura de los ojos. Son las dos de la mañana, cuatro compañeros
vigilan los cuatro accesos, en caso de que venga la policía un silbido y nos
desharemos de todas las pruebas en segundos, otros cinco comenzamos a pintar.
Con el dedo índice aprieto el spray, en las sucursales bancarias, en los
centros comerciales, en las cadenas de supermercados… pero nunca en los
pequeños comercios. Escribimos nuestras frases: Contra la dictadura del capital:
huelga general”- Decimocuarto asalto, Julio Rubio Gómez (2011),
www.editorialklinamen.net
El retraso en el pago siempre es mala señal; las facturas se
cargan en cuentas que aún no han cobrado la nómina, comienza la inquietud, las
miradas intranquilas, los comentarios nerviosos… Ese era el receloso escenario
cuando el primer ejecutivo de PANRICO, Carlos Gila, anunció el 17 de septiembre
la suspensión del pago de septiembre para todos/as sus empleados/as. Unas
semanas después, la dirección presentaba un plan de viabilidad en el que se preevía el despido de 1914
trabajadores/as de una plantilla de 4000 hasta el año 2015, además de una
progresiva bajada salarial que podía llegar al 45%.
Los sindicatos del comité de empresa de ámbito nacional
anuncian una huelga indefinida a partir de 13 de octubre, pero el mismo día 10
se hace público un acuerdo con la directiva, para realizar el pago de las
nóminas de septiembre en tres plazos y abonar la paga de octubre el 14 de
noviembre. El acuerdo resulta dudoso, dada la situación de la empresa, que en
preconcurso de acreedores no puede asegurar la liquidez necesaria para afrontar
los pagos acordados.
Precisamente por eso, una fábrica de PANRICO se descuelga
del acuerdo general para el pago fraccionado, demandando un pago único y la
retirada del plan de ajuste, que en términos de trabajo, supondrá despidos y
precarización; se trata de Santa Perpetua de Mogoda, cuyos/as trabajadores/as,
cuando escribimos estas líneas, llevan quince días en huelga indefinida; quince
días aguantando las amenazas de la dirección de PANRICO, que tilda de ilegal la
huelga por no respetar el acuerdo para el abono de las nóminas y afirma que
“nadie es imprescindible”, quince días sin sueldo, pero con caja de
resistencia, quince días afrontando el conflicto.
Durante estos días los/as trabajadores/as han hecho turnos
de piquetes en la puerta de la fábrica para evitar la entrada de quienes
querían trabajar rompiendo la unidad de la huelga. De esta manera
cortocircuitaban la gestión de la compañía en todo el Estado, impidiendo el
contacto con proveedores y clientes para llevar a cabo los pedidos. A través de
esos mismos turnos, custodiaban también el stock de producción y materia prima
de los almacenes, evitando así que este fuera distribuído y trasladado a puntos
de venta para intentar paliar el desabastecimiento de algunos productos.
Tras cinco días de clausura total de las oficinas, la
dirección de PANRICO, de la que uno de sus directivos es hermano del President
de la Generalitat Artur Mas, actuó valiéndose de los antidisturbios, y así, el
viernes 18 a las seis de la mañana, los
Mossos d’Esquadra acordonaron el perímetro del lugar en el que los/as
trabajadores/as se reunían en asamblea mientras otros efectivos apagaban y
desmontaban las barricadas que impedían el acceso a la fábrica para dar paso
así a cinco camiones con personal contratado que comenzó a a cargar el stock de
la planta y a trasladar el equipo necesario para que los/as administrativos/as
que no secundaban la huelga pudieran instalarse en otras oficinas.
Los/as trabajadores/as intentaron romper el cerco de
antidisturbios que les rodeaba impidiendo cualquier respuesta a aquella
maniobra de la dirección que tenía lugar delante de sus narices, produciéndose
una carga de extrema dureza que se saldó con un obrero inconsciente y siete
personas heridas.
La huelga sigue, pero requiere de muestras de solidaridad
para no ahogarse en aislamiento e indiferencia. Hay productos de PANRICO, de
esos que se han negado a producir en la planta de Santa Perpétua de la Mogoda,
en todos los centros comerciales de nuestros barrios… quizá podamos empezar por
ahí…
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