Llamadme traidor
Llamadme traidor, por no emocionarmeVuestras banderas; por no arrodillarme;
Por declinar una España, de águila oxidada;
Por no disfrazarme, con traje de patria.
Nuevos valles, acogerán el cuenco de mis versos,
Y la semilla de calabaza que, compendia,
Todo el conocimiento del Universo.
Llamadme cobarde, por la insumisión elegida.
Insumisión que testimonia, sombras, sobre sangre vertida.
Qué importa que, vuestras cenizas de olvido, ambicionen,
Sofocar el rescoldo, de la memoria en que habita.
Nuevos aires cimeros, aventarán los viejos tiempos,
Y me sentaré, en la mesa de vuestros enemigos,
Y besaré, las mejillas sonrosadas de sus hijos.
Y sembraré, futuro de alas en nuestras vidas.
Llamadme apátrida y acertaréis; cabalgaré
Sobre las pálidas nubes, borrando fronteras.
Alimentaré de memoria, los sueños, de los sin tierras.
Llamadme negligente, por negaros mi voz;
Por vedaros el derecho a suplantarme;
Por rechazar con rudeza vuestro sistema:
Pretensión obstinada, de pintarme a vuestro
Arbitrio, en el cuadro de la historia.
Cuando pasee, saboreando mis calles,
Señaladme, sí; decid: ahí va el anarquista;
El ateo degenerado, disoluto y libertino;
El que nunca, esta de acuerdo en nada;
El que ataca, la moral de las personas decentes.
Me estáis significando, el correcto camino.
Escupid, escupid al pasar, mi gesto libertario:
Puños que despiertan la sangre dormida.
Vuestra saliva me subraya, el sendero equivocado.
Cuando me emplacéis para la guerra,
Yo convocaré el consejo de ancianos.
Y, entonces... me llamaréis terrorista.
Llamadme también extranjero, porque...
Mi patria es el mundo y, mi familia, la humanidad.
SALUD, ANARQUÍA Y REVOLUCIÓN SOCIAL
Pepe Gómez
Puerto Real
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