Creación de los campos de concentración franquistas
El 5 de julio de 1937
la Secretaría de Guerra del Gobierno franquista promulga en Burgos (Castilla,
España) la Orden «Campos de concentración de prisioneros» («Secretaría de
Guerra. Órdenes. Campos de concentración de Prisioneros. BOE Burgos,
5-VII-1937, n. 258 »), primera pieza del sistema franquista de campos de
prisioneros que durará 25 años. Alrededor de medio millón de luchadores
antifascistas (republicanos, anarquistas, socialistas, comunistas,
nacionalistas, masones, etc.) Hechos prisioneros durante la Guerra Civil
(1936-1939) - 367 000 durante los tres años bélicos y 140.00 durante el
ofensiva final -, fueron recluidos en campos de concentración, colonias y
destacamentos penitenciarios por la dictadura franquista, la mayoría de los
cuales por el delito de «rebelión». Al mismo tiempo que se publicaba la orden
de los campos de concentración, al día siguiente, el 6 de julio de 1937, la
Comisión de Obras Públicas se dirigió a la Junta Técnica del Estado rebelde
para sugerir un plan de obras públicas y trabajos aptos para los prisioneros y
presos políticos; la propuesta fue aprobada el 13 de julio de ese año, lo que
indica claramente que el plan estaba trazado de antemano y no motivado por la
cantidad de prisioneros que iban llegando. Estos presos de guerra, encuadrados
en Batallones Disciplinarios de Trabajadores (BDT), fueron obligados a
reconstruir las infraestructuras (carreteras, vías férreas, grandes obras
hidráulicas, canales fluviales, túneles, aeropuertos, hospitales, puertos,
estadios de fútbol, fábricas, edificios militares, cuarteles, conventos,
pueblos enteros, urbanizaciones de lujo, etc.) del Estado franquista en régimen
de trabajos forzados de tipo esclavista. Los penados trabajaban forzosamente
con la esperanza de reducir sus condenas y de obtener un exiguo salario con el
que mantener su familia. El preso era remunerado con dos pesetas del nuevo
Estado, de las cuales se retenían 01:50 para el mantenimiento del propio
trabajador, y el resto del salario le era entregado durante el fin de semana,
si no había habido ninguna falta, verdadera puerta falsa con la que el acreedor
pasaba a ser deudor por el capricho de cualquier jefe o por la delación de un
numeroso cuerpo de confidentes, creado a partir de 1938 entre los prisioneros
mismos. En 1937 había 28 campos de concentración y meses después, ya en 1938,
funcionaban 45 campos y 50 batallones de trabajadores, así hasta un total, en
1943, de 141, número máximo de campos de concentración que se estableció. En
1962 se clausuró en Los Merinales (Sevilla, Andalucía, España) - aunque no se
cerró hasta 1970 - el último campo de concentración franquista. En 2004 el
cineasta Manuel Palacios estrenó el documental Rejas en la memoria, donde
historia esta represión basada en los testimonios de los sobrevivientes.
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