Entierro de Bakunin
El 3 de julio de 1876 es enterrado en el cementerio
Bremgartenfriedhof de Berna (Berna, Suiza) el revolucionario y pensador
anarquista Mikhail Aleksandrovitx Bakunin, que había fallecido dos días antes.
El cadáver fue trasladado del Hospital de la Isla en el cementerio acompañado
por compañeros libertarios y de todas las escuelas del pensamiento socialista
venidos de todo Suiza, atravesando las calles de la capital federal helvética.
El acto fue organizado por la Federación del Jura de la Asociación
Internacional de los Trabajadores (AIT) y junto a la fosa fueron pronunciados
varios discursos: Adhémar Schwitzguébel leyó cartas y telegramas de amigos y de
secciones de la Internacional; Nikolaij Zukovskij trazó la biografía del padre
del movimiento anarquista contemporáneo; James Guillaume recordó, entre
llantos, las calumnias con las que la reacción persiguió el revolucionario y
los servicios prestados al movimiento anarquista; Élisée Reclus habló de las
cualidades personales de Bakunin; Carlo Salvione retiene homenaje a el
adversario de Mazzini, el gran agitador ateo y antiautoritario; Paul Brousse
habló en nombre de la juventud revolucionaria francesa que se ha decantado por
el pensamiento bakuninista, finalmente, Bets, un obrero de Berna, dirigió en
alemán el último adiós de la clase trabajadora al maestro. Sobre el ataúd
fueron depositadas tres coronas en nombre de las tres secciones de lengua
francesa, alemana e italiana con las que contaba la Internacional en Berna. En
una reunión que tuvo lugar en los locales socialistas después de la ceremonia,
un clamor fue unánime: el olvido de todas las discordias puramente personales y
la unión, sobre el terreno de la libertad, de todas las fracciones del
pensamiento socialista de todo el mundo. Días después, estas palabras fueron
olvidadas y los ataques entre autoritarios (marxistas) y antiautoritarios
(bakuninistas) la norma.
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