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sábado, 28 de julio de 2012

SEGUNDO DIA DE LA SEMANA TRAGICA DE BARCELONA


 Segundo día de la Semana Trágica en Barcelona
El martes 27 de julio de 1909 en Barcelona (Cataluña), dentro de los hechos encuadrados en la llamada Semana Trágica, se caracteriza por la quema de iglesias y de conventos. De buena mañana algunos mercados y algunas tiendas abrieron para abastecer a la población, pero pronto cerraron. El silencio informativo era total en Barcelona y la sensación de vacío de autoridad bastante extendida. Sobre las nueve de la mañana la residencia de los Maristas fue atacada y el hermano Lycarión (Francisco Benjamín Mey), director del Patronato Obrero de San José, murió. También fue atacada la comisaría de Les Drassanes ya media mañana la construcción de barricadas con adoquines, somieres, rejas y tapas del alcantarillado, con un protagonismo de las mujeres notable, se generalizó por todas partes - se llegaron a construir 76. Mientras, en Madrid, Juan de la Cierva Peñafiel, ministro de Gobernación, que desde un primer momento sostuvo la tesis insurreccionalista de la huelga, declaró que el movimiento barcelonés tenía un carácter claramente separatista, así ni los políticos catalanes ni los dirigentes obreros de otros lugares del Estado español querrían sumarse a la revuelta o ni siquiera justificarla, y promovió la suspensión de las garantías constitucionales, que duraría hasta el 10 de noviembre de ese año. Antoni Fabra Ribas, miembro del Comité Central de Huelga, se entrevistó con Antoni Rovira Virgili, editor de El Pueblo Catalán y miembro del Centro Nacionalista Republicano, para ver las posibilidades que los nacionalistas de izquierda encabezaran la revuelta. Hacia el mediodía empezaron a circular por toda Barcelona consignas de prender fuego los conventos, dadas por varios políticos radicales (Lorenzo Ardid Bernal, los hermanos Rafael y José Ulled Altemir, Joan Colominas Maseras, etc.) Y la ciudad se llenó de barricadas y de conventos que ardían (iglesia parroquial de Sant Pau del Camp, Real Colegio de San Antón de los escolapios, iglesia de Santa María del Taulat, etc.). Varias armerías fueron asaltadas durante el día y el gentío también se hizo con fusiles del somatén. En Gràcia los enfrentamientos armados entre sublevados y el Ejército durarán hasta al atardecer, cuando la artillería militar se impone. Los miembros del Comité Central de Huelga se reunieron poco antes de las 14 horas con el lerrouxista Emiliano Iglesias Ambrosio, a quien pidieron que encabezara el movimiento y que proclamara la República, pero ningún grupo político no aceptó hacerse cargo del levantamiento, se trataba de un movimiento totalmente autónomo y espontáneo. A las 14.30 la comisaría del Poblenou sufrió un primer ataque y media hora después el franciscano P. Ramon M. Usó fue herido grave cuando abandonaba la residencia de Sant Gervasi cargado con valores y dinero en metálico de la comunidad; morirá al día siguiente y será el tercer y último religioso fallecido durante la semana - la consigna fue en todo momento respetar la vida de las personas. A las 16.30 tuvo lugar en el Ayuntamiento una reunión entre el alcalde Joan Coll Pujol y diputados y prohombres de la ciudad para formar una junta que parlamentar con los rebeldes, pero el republicano Joan Sol Ortega les convenció de lo absurdo de la el intento. A las 17 horas la comisaría del Poblenou sufrió un nuevo ataque y una hora después Mn. Ramon Riu, párroco de Santa María del Taulat, en Poblenou, muere de asfixia y de pavor a su escondite, su cuerpo fue arrastrado por la calle y profanado. A las 18.45 el Ayuntamiento se reunió en sesión urgente, donde el concejal radical José Jorge Vinaixa pidió la constitución de una sesión permanente del consistorio, pero dos horas después la sesión fue disuelta, por la acción persuasiva de Emiliano Iglesias. Los intentos de radicales, de socialistas y de nacionalistas de izquierda para encontrar a alguien que se hiciera cargo de encabezar la revuelta fueron del todo inútiles. Por la noche la policía desbordada abandonó las comisarías de los barrios periféricos y se puso en marcha una segunda oleada de incendios de conventos y de edificios religiosos, de modo que al final del día quemaban una treintena de edificios, concentrados en la zona del Audiencia, el Eixample, Gràcia, Sant Andreu, el Clot, Les Corts y Sant Gervasi. Fuera de Barcelona, ​​durante este segundo día de huelga, se llegó a proclamar la República y se constituyeron juntas revolucionarias en Sabadell, Granollers, Mataró y Palafrugell. Mientras tanto, y sin que Cataluña tuviera ninguna posibilidad de enterarse, en África se libró la decisiva batalla del Barranco del Lobo, surgida a raíz de un ataque de las inexpertas tropas españolas en la cordillera del Gurugú, desde la que la guerrilla rifeña dominaba la región, la internada de las tropas coloniales terminaría desastrosamente y se saldaría con 1.238 bajas por el lado español, 180 mortales, incluyendo el general Gillermo Pintos Ledesma que mandaba la tropa y que murió de un disparo al cabo disparado por un francotirador.

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