Se acabaron las dudas y las incertidumbres que han dominado el ambiente de las votaciones que los ex trabajadores de Delphi han realizado durante todo la mañana. San Fernando fue la primera sede en la que se votó y con un retraso en el proceso ante la inseguridad que despertaban los puntos quinto y sexto del acuerdo en lo que se refiere a la aceptación de ofertas y la desvinculación del plan. Incluso se amagó con abstenerse en esta factoría para lograr una mayor concreción, aunque a los pocos minutos se retomaron las votaciones sin más percances. Tras San Fernando la urna se dirigió a Puerto Real y Jerez, donde todo se llevó con enorme secretismo, para acabar en el Puerto de Santa María. Finalmente los resultados se han facilitado alrededor de las 16.00 horas.
Los trabajadores
«Manuel dime qué vas a hacer. ¿Tú vas a votar que sí o que no?». «Yo tengo muchas dudas. Por un lado mi parienta me dice que vaya a lo seguro, pero por el otro veo que es pan para hoy y hambre para mañana». No había otro tema de conversación y por más vueltas que daban buscando los pros y los contras, no conseguían llegar a ningún lado. Por ello el ambiente en los cursos de los exDelphi estaba ayer enrarecido, al menos en el caso de San Fernando.
Una decisión demasiado personal y por ello ninguno de los trabajadores que quedan por recolocar quería mostrar sus cartas sobre la votación que han realizado hoy. Ni ellos mismos se atrevían a hacer especulaciones, ya que existían demasiadas variables, y sobre todo desconcierto, en torno al futuro que se les presenta tanto si aceptaban el acuerdo propuesto por la Junta de Andalucía como si lo hubieran rechazado.
Aunque sí hay puntos en los que coinciden y así se podía observar en las diferentes conversaciones que mantenían en grupos a la puerta de la factoría del polígono de Fadricas. «Es una decisión complicada porque no se trata de elegir lo bueno, sino lo menos malo. Ya sabes que hagas lo que hagas vas a perder». No lo consideran un buen acuerdo, ya que les quita prestaciones y tienen claro que la Junta pretende quitarse el «marrón como sea y que ya no les salpique hasta después de las elecciones. Nos quieren callar para que no siga el conflicto». Están preocupados en especial por la bajada de la cotización que se asumirá, que según sus cálculos hará que si no se soluciona el problema al irse al paro dentro de un año y medio, lo harán con menos de 800 euros al mes. «Quien pueda alimentar a dos niñas y pagar la hipoteca y las facturas que nos diga cómo lo hace con ese dinero». Además serán dos años más viejo por lo que tendrán más dificultades para acceder a un puesto de trabajo ya que la media de edad ronda los 45 años.
También eran conscientes de que la única salida que les quedaba en el caso de no respaldar el acuerdo era la de volver a la calle, algo que desgastaría más su imagen de cara al ciudadano, además del riesgo de que se produjeran enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, como ya ha ocurrido. «No hay otra forma de que te escuchen si no es haciendo ruido y hay que luchar por lo que se considera justo». Entienden la antipatía que han despertado en ciertos sectores de la provincia pero también aseguran que desde la barrera los toros se ven más mansos de lo que son. «Están pidiendo a personas con mujer, hijos y una vida que estaba resuelta que empiecen de nuevo». Además las propuestas de empleo que les ofrecen no tienen estabilidad y son conscientes de que cuando lleguen los problemas, los primeros que se irán a la calle serán ellos y ya fuera del programa de recolocación.
En la otra balanza estaba que quizás era la única oportunidad que se les iba a presentar para conseguir algo de la Junta y la forma de alcanzar cierta seguridad hasta el año 2012, con la esperanza de que la situación económica haya cambiado por entonces. Y esto es lo que ha decidido. Seguirán estando dentro del programa de recolocación y por tanto contarán con supuestas facilidades para integrarse en las empresas que lleguen a la Bahía. Tampoco contemplan la opción de marcharse y quedarse con 45.000 euros de subvención a los que habría que restar el 18% que se lleva Hacienda. Una cantidad que no daría seguridad ante la inestabilidad de la situación actual.
Sin consenso
La diversidad de opiniones se hizo más patente entre los representantes y partidos políticos, que tampoco llegan a un acuerdo para determinar si es un buen o un mal documento. «Son víctimas de la Junta porque se les ha engañado desde hace muchos años», critica el presidente andaluz del Partido Popular, Javier Arenas, que ha señalado que al final se trata de un problema que la Junta «no resuelve» y decide pagar una ayuda «con el dinero de todos los andaluces».
Lo contrario de lo que piensa el líder de los socialistas en Cádiz, Francisco González Cabaña, que había animado a la asamblea de afectados a refrendar el preacuerdo, ya que considera que el documento es «positivo» para los afectados, al dar cumplimiento a las «demandas fundamentales» del colectivo.
El parlamentario andaluz de IU por la provincia de Cádiz, Ignacio García, manifestó que el preacuerdo alcanzado con los ex trabajadores de Delphi «no cumple lo principal, la recolocación» y ha apuntado que la Junta lo que ha hecho es «aumentar su oferta para que la gente se desvincule del programa de recolocación».
El secretario general de CC OO en Andalucía, Francisco Carbonero, se ha mostrado satisfecho por el hecho de que el conflicto de Delphi esté «bien encaminado», mientras que el representante de UGT, Antonio Montoro, considera que ahora «es la Junta la que debe responder con trabajo».
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