La ONCE cerró 2010 con una caída de sus ventas en torno a un 14,6%. Ante esta disminución, la Organización Nacional de Ciegos de España ha decidido tomar medidas. Algunos de los vendedores ya han recibido cartas de apercibimiento por parte de la empresa, tras detectar la bajada de ventas en algunos puntos.
El Confidencial Digital ha tenido acceso a una de estas cartas, en la que se advierte al vendedor: “Por los datos que obran en nuestro poder, Ud. no ha vendido más de 200 boletos –del SúperOnce- desde que se empezó a comercializar este producto”. En el último párrafo, la organización avisa “Esperamos que cuando reciba esta carta haya comenzado a vender con regularidad este producto ya que, en caso contrario, nos veríamos obligados a adoptar otra clase de medidas”.
ECD ha hablado con un portavoz de la ONCE, quien ha explicado que la iniciativa se debe a un estudio que llevó a cabo la organización cuando comercializaron el SúperOnce: “Este tipo de cartas se mandaron a los vendedores que no lo vendían”. Respecto al último párrafo asegura que se trata “simplemente de un texto estándar” y que “el problema de ventas se solucionó”.
Situación complicada
En 1999, la ONCE representaba el 9,9% del mercado del juego legal en España, pero la irrupción del Euromillón, la aparición masiva de operadores externos en Internet y el juego han recortado las ventas hasta situarse sólo en un 6,6% del total.
La organización cerró 2010 con una caída de ventas por juego superior al 6%, que se suma a la registrada el año anterior, que fue del 5,7%. Fuentes sindicales consultadas por El Confidencial Digital afirman que la presión comercial a la que están sometidos los vendedores como consecuencia de la caída de las ventas, incurre en bajas por depresión y pueden producir trastornos psíquicos.
Las mismas fuentes sindicales consultadas aseguran que los nuevos contratos recaen en “personas con otras minusvalías y un perfil de alta movilidad, mientras que a los ciegos se les contrata a media jornada”.
La ONCE podría estar derivando, según fuentes sindicales, hacia posturas “antisociales”, despidiendo a los trabajadores que sean poco rentables o con problemas de desarraigo social, y cerrando quioscos que no alcancen un número de ventas mínimo de 2.390 euros semanales.
Desde la ONCE afirman que se está poniendo en riesgo el modelo social y los 130.000 empleos que dependen de la Organización. Y consideran que el escaso margen de maniobra con el cuentan se verá agravado aún más por el inicio de la privatización de la Lotería del Estado y por los efectos liberalizadores de la futura Ley del Juego.
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