Los trabajadores de Cajasur y la nueva dueña de la entidad, BBK, salvaron ayer el último escollo que le quedaba a la integración de la caja cordobesa en el nuevo banco creado por la entidad vasca: el ajuste de la abultada plantilla de Cajasur. Esta negociación ya dio al traste con el primer intento de fusión de Cajasur, liderado en mayo por Unicaja. Eso sí, BBK sabía que actuaba con una red debajo, porque la entidad ya era suya. Y eso le permitía, literalmente, poder hacer lo que quisiera con los trabajadores. Pero los nuevos gestores han preferido ser conciliadores en su aterrizaje en Córdoba y han negociado un acuerdo que anoche los sindicatos aprobaron por unanimidad.
El acuerdo suscrito afectará a 668 empleados. BBK busca ahorra 42 millones de euros en sueldos. Y para ello ofrece dos vías, las prejubilaciones y las bajas incentivadas. En el primer grupo se podrán acoger aquellos trabajadores que cumplan 56 años antes del 31 de diciembre de 2013. En total, se plantean 428 prejubilaciones, cuatro más de las que había puesto encima de la mesa Unicaja en su última oferta laboral, en la que la entidad malagueña planteaba un recorte total de 564 empleados una vez sumadas las bajas incentivadas. Pese a que la oferta de BBK supone un recorte de empleos mayor, la ventaja con respecto a aquella propuesta, dicen los sindicatos, estriba en las condiciones de la medida. BBK oferta el cobro del 87% del salario neto en el momento de la prejubilación. Con Unicaja, por el contrario, se había cerrado el principio de acuerdo en el cobro del 83%, recuerdan en Comisiones Obreras. BBK, además, añade aportaciones al plan de pensiones de los empleados, además de una prima social lineal de 30.000 euros que incentive la oferta para quienes se adscriban durante el periodo de adhesión. Es decir, primero se cobra el dinero y luego se prejubila quien se haya apuntado.
El sindicato mayoritario, Aspromonte, que se opuso al acuerdo con Unicaja en mayo, considera que el nuevo pacto mejora en todo a aquel, tanto para los trabajadores que se van como para los que se quedan. "El pacto es muy bueno no solo en las prejubilaciones, sino también en el resto de medidas, que son las mejores del sistema financiero", dijo su portavoz, Antonio Cuesta, en relación con las bajas incentivadas y a las suspensiones voluntarias de contrato.
Por la primera variante, se quiere ahorrar el sueldo de 240 empleados. Se abren dos modalidades. La primera es la de las bajas indemnizadas, limitada a un máximo de 130 solicitudes, con abono de una compensación que abarca desde 12 mensualidades para empleados con hasta tres años de antigüedad, a 33 mensualidades para empleados con 15 o más años de antigüedad. La segunda vía de bajas es un programa de suspensión voluntaria de contratos limitado a un máximo de 110 solicitudes. Tiene una duración de cuatro años, abonándose durante ese tiempo y de manera anual, el 25% del salario bruto del momento de la suspensión o el del 31 de diciembre de 2009 si este salario fuese superior. Y para atraer a los trabajadores, se garantiza una prima adicional de 3.000 euros para el periodo de adhesión voluntaria.
Algunos sindicatos tienen serias dudas, a pesar de haber rubricado el acuerdo, de que estas medidas resulten atractivas. "Nos podemos encontrar, a la vuelta de unos meses, con la posibilidad de tener que revisar el acuerdo para conseguir el ahorro de 42 millones. Con ese fin hemos creado una comisión de garantía del acuerdo", dijo José Navarro, representante de CC OO.
El acuerdo contempla reducciones de jornada de 4 años, cobrando el 60% del salario si la reducción es del 50% y el 80% si es del 25%, más la prestación por desempleo parcial. También se incluye un programa de movilidad laboral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario