La agencia oficial tunecina (TAP) ha informado este domingo del arresto domiciliario de varios miembros del antiguo régimen. Uno de ellos es Abdalá Kallel, el presidente del senado, que fue ministro del interior en los 90, y al que organizaciones de derechos humanos acusan de abusos y torturas. También Abdelaziz Bendhía, uno de los asesores más próximos al expresidente, quien también en los 90 fue ministro de defensa. Así mismo ha sido arrestado, siempre según la TAP, un hombre cercano a la familia de Ben Alí: Larbi Nasra, propietario de la cadena de televisión privada "Hannibal TV". Sobre él pesa la acusación de alta traición y tentativa de atentado contra la seguridad del estado.
A pesar de estas señales que envía el gobierno de transición, los manifestantes han continuado en las calles de Túnez, para exigir una ruptura total con el régimen de Ben Alí. Actualmente las principales carteras del gobierno, interior, exteriores y defensa, así como el puesto de primer ministro, siguen en manos de hombres de Ben Alí.
Este domingo se han sumado a las protestas en la capital cientos de personas llegadas desde el centro-oeste del país, la región en la que comenzó la revuelta. "Tengo amigos y vecinos que han resultado heridos", contaba a la SER uno de ellos, un electricista, "y vamos a cambiarlo todo. Somos sólidos, y vamos a estar aquí hasta el final, hasta el final".
Los manifestantes se han congregado frente a la oficina del primer ministro, en plena kasba. Han coreado el himno nacional tunecino y han repetido sus consignas contra el actual gobierno de transición.
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