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domingo, 6 de febrero de 2011

'Padre Pepe', más allá del Santísimo

El preso preventivo José Herrera Pérez Blanco, conocido como el 'padre Pepe', abandonó su celda a finales de 2009, hace algo más de un año. Espera juicio por haberse apropiado supuestamente del dinero de las cartillas de algunos pensionistas que se alojaban en la residencia El Santísimo, de Medina, la residencia que él levantó con la herencia de una rica dama de la localidad y sobre la que construyó, con su orden de los Obreros de la Cruz, nunca reconocida por la Iglesia, un holding que se diversificó por un buen puñado de sectores, aunque quizá su apuesta por los alfajores con sus Dulces de Medina fuera su empresa más célebre.


Cuando el 'padre Pepe' fue detenido, junto a otros dos de los 'hermanos' de la obra, ya se le veía poco por Medina. Su estrella se había apagado, muchas de sus empresas habían quebrado y era mucho más habitual del Passion, una discoteca de Torremolinos, que se anuncia como una Gay Disco, que de El Santísimo. Ahora no, ahora nadie parece conocer el paradero de este curioso personaje que llegó a extender hasta Venezuela su labor asistencial a los ancianos, esta vez sí con el apoyo de la Iglesia de Caracas.

El caso de El Santísimo supuso un antes y un después en la supervisión de la Junta a geriátricos conveniados. No se trataba solo de que la investigación revelara que los Obreros de la Cruz podrían haber estafado unos 150.000 euros a unos 40 ancianos que pasaron por su Residencia, sino que una vez destapadas las sospechas pudo averiguarse lo que muchos profesionales sabían hace tiempo: pésimas condiciones y un cementerio repleto de nichos sin nombre, lugares donde iban a parar los cuerpos de algunos de los ancianos de la residencia sin comunicación a sus familiares. Lo que parecía ser una buena obra que ahorraba dinero público, acabó por escamar a la Junta, que subvencionaba camas en el establecimiento, pero nunca hubo un reconocimiento explícito. Con el 'padre Pepe' ya en prisión, la Guardia Civil inició un seguimiento estrecho a los geriátricos andaluces. El control se redobló. La Junta nunca confesó ese pecado.

Año y medio después de la detención de José Herrera, el caso sigue en fase de instrucción, según apuntan desde el juzgado número 1 de Chiclana, a falta de que la Guardia Civil entregue todavía algunas conclusiones de sus investigaciones, informa Fernando Melero. Esto supone que el juicio todavía tardará un tiempo en fijarse, nunca antes del verano, con lo que se cumplirán dos años desde las detenciones.

¿Y dónde están los acusados? Los 'padres' Guillermo y Paco, a los que se consideró cómplices de las actividades de Herrera, se habían trasladado a trabajar a la residencia de La Línea Virgen del Carmen. Cuentan desde allí que apenas dejaron huella. "Estuvieron muy poco tiempo porque rápidamente surgió ese problema que habían tenido en Medina y se marcharon de aquí. Regresaron a Ceuta", que es donde nació la organización, explican.

El 'padre Guillermo', Guillermo Amado, interpuso una denuncia por despido improcedente que acabó viéndose el pasado año. La denuncia iba contra el propio José Herrera, el 'padre Pepe' y los actuales gestores del centro, los Mensajeros de la Paz, que han transformado radicalmente las instalaciones y el modelo de gestión. El juez dio la razón al 'padre Guillermo' y decretó una indemnización de 38.000 euros. El 'padre Pepe' no compareció en el juicio. Ni él, ni representante legal alguno. En otros autos judiciales dirimidos en los dos últimos años José Herrera aparece como "en paradero desconocido".

¿Lo está? No. El alcalde de Medina, Francisco Carrera, asegura que no se le ha vuelto a ver por allí desde que se produjo su detención, pero Herrera sí ha vuelto por Medina, donde fue todo un personaje y llegó a ser el gestor de la plaza de toros gracias a su amistad con taurinos de la zona. Es cierto que no va mucho, que no conserva empresas en la zona, pero se le ha podido ver, aunque no en los lugares más públicos del pueblo. En realidad, José Herrera mantiene su idilio con la Costa del Sol, según cuentan quienes todavía tienen trato con él por antiguos negocios. Málaga, Marbella, Estepona y Torremolinos son lugares donde se siente a gusto, no se esconde y tampoco es demasiado conocido. Su nivel de vida, sin ser ostentoso, "es aceptable". Sus otros puntos de contacto son Ciudad Real y Toledo, donde también tuvo empresas en sus años de esplendor. Sin embargo, no hay rastro de su actividad empresarial. En el registro queda su fosilizado imperio, donde cada cierto tiempo aparecen nuevas incidencias de Hacienda, deudas o créditos incobrables. Su empresa emblemática, Servicios de Hostelería Obreros de la Cruz, es historia.

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