La actuación lleva un retraso de cinco años cuando contaba con un presupuesto aprobado de más de tres millones de euros
Costas no regenerará La Casería hasta que la Ley se pronuncie sobre las construcciones
Son tres gigantes con huesos de ladrillos que se alzaron como un nuevo modelo de ciudad y que supuso un enfrentamiento entre vecinos y Ayuntamiento. Con el paso de los años han sido varias las batallas judiciales que se han librado y la última está todavía pendiente de resolverse, en cuanto a la revisión en la concesión de licencias de construcción, y, aunque ya es bastante improbable, podría determinar el derribo de los bloques.
Las torres de La Casería continúan siendo objeto de polémica tras el paso de los años y poco o nada queda de su visión modernizadora. De hecho, la edificación se ha convertido en un lastre para el desarrollo de la zona o al menos así lo dio a entender el portavoz del grupo socialista, Fernando López Gil. «Según las últimas noticias que tengo, Costas se niega a realizar la regeneración de la zona costera de La Casería hasta que no se resuelva el pleito judicial que continúa aún abierto».
Hipotecado. Así se encuentra al menos el futuro desarrollo de la zona, si bien tales argumentos no son entendidos por el equipo de gobierno. Para el delegado de Urbanismo, tales afirmaciones no tienen sentido por la simple razón de que las construcciones están bastantes alejadas de la zona litoral. «Eso es simple y llanamente mentira, lo que ocurre es que no quieren hacerlo porque no hay voluntad política».
Si actualmente se puede admitir o no el pleito de las torres de La Casería, como motivo de paralización del proyecto, es más que discutible. Seguramente se esbozarán, por uno y otro lado, argumentos de peso. Sin embargo, para lo que no hay justificación alguna es para el retraso que acumula dicha actuación, más de cinco años.
Fue en septiembre de 2005 cuando el Ministerio de Demarcación de Costas anunciaba la finalización del proyecto y la futura puesta en marcha de los trabajos para enero de 2006, bajo un presupuesto aprobado de más de tres millones de euros. Nada de lo prometido se ha llevado a cabo. Ni se ha facilitado el acceso al público ni se han recuperado el borde costero.
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