La Agencia de Innovación y Desarrollo de la Junta de Andalucía busca contrarreloj una salida para los astilleros de Huelva y Sevilla, abocados al cierre. Pero su hoja de ruta se ha venido abajo al descubirse un agujero de 300 millones de euros.
El plan de la Junta establecía que los propietarios cedieran sus derechos a dos administradores únicos con el fin de encontrar nuevos inversores, cerrar Huelva y llegar a un acuerdo con sus acreedores. Con ese fin la plantilla de Huelva aceptó un ERE, la devolución a Europa de su licencia de astillero y un concurso de acreedores voluntario. En Sevilla, también los 250 trabajadores de la plantilla aceptaron un ERE temporal y otro de extinción de 187 contratos. A cambio, las administraciones se comprometían a financiar unos cien millones de euros para construir los cinco buques contratados a ambos astilleros. Eso daría dos años de tarea a los 500 trabajadores de ambas plantas, y a 2.000 más de la industria auxiliar.
El Gobierno, que privatizó el astillero sevillano, ahora se desentiende
Pero tras la entrada de los administradores la situación ha cambiado radicalmente. "Los datos que dio la empresa no coinciden con la verdad", dice la consejera de Presidencia, Mar Moreno. Fuentes de la negociación aseguran que "el agujero real ronda los 300 millones". En otras palabras, la hoja de ruta no es suficiente, no ya para terminar los buques, sino para pagar siquiera hoy, lunes, las nóminas de abril. "Todo indica que no las van a pagar. Saldremos a la calle", asegura Gregorio Mora desde el comité de empresa de Sevilla. "Llevamos muchos meses de conflicto y la gente está nerviosa", añade Isidro García desde el de Huelva. Es más que probable que la conflictividad laboral irrumpa esta semana en las calles de Sevilla y Huelva.
El plan de la Junta establecía que los propietarios cedieran sus derechos a dos administradores únicos con el fin de encontrar nuevos inversores, cerrar Huelva y llegar a un acuerdo con sus acreedores. Con ese fin la plantilla de Huelva aceptó un ERE, la devolución a Europa de su licencia de astillero y un concurso de acreedores voluntario. En Sevilla, también los 250 trabajadores de la plantilla aceptaron un ERE temporal y otro de extinción de 187 contratos. A cambio, las administraciones se comprometían a financiar unos cien millones de euros para construir los cinco buques contratados a ambos astilleros. Eso daría dos años de tarea a los 500 trabajadores de ambas plantas, y a 2.000 más de la industria auxiliar.
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Pero tras la entrada de los administradores la situación ha cambiado radicalmente. "Los datos que dio la empresa no coinciden con la verdad", dice la consejera de Presidencia, Mar Moreno. Fuentes de la negociación aseguran que "el agujero real ronda los 300 millones". En otras palabras, la hoja de ruta no es suficiente, no ya para terminar los buques, sino para pagar siquiera hoy, lunes, las nóminas de abril. "Todo indica que no las van a pagar. Saldremos a la calle", asegura Gregorio Mora desde el comité de empresa de Sevilla. "Llevamos muchos meses de conflicto y la gente está nerviosa", añade Isidro García desde el de Huelva. Es más que probable que la conflictividad laboral irrumpa esta semana en las calles de Sevilla y Huelva.
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