Responsables sindicales de UGT y
CCOO cobran sus nóminas directamente de los Presupuestos de Navarra
ELA ha comprobado que varios de
los convenios en teoría destinados a la formación para el empleo consisten en
una transferencia directa de fondos públicos del Servicio Navarro de Empleo
para que UGT y CCOO paguen la nómina de sus liberados sindicales. Tal y como
ELA reveló hace unas semanas, el Gobierno de Navarra ha acordado 24 convenios
directos de subvención con CEN, UGT y CCOO a través del SNE, por un montante
total de 9,5 millones de euros, bajo la apariencia de acciones destinadas a la
formación y la inserción laboral.
Sin embargo, ELA ha comprobado
que en al menos cuatro de estos convenios, que datan de 2014 y cuyas
resoluciones han sido renovadas este año, aparece una relación de liberados
sindicales de UGT y CCOO con el detalle del porcentaje de su nómina que está
sufragado directamente del Presupuesto de Navarra. Así, el convenio de
18/03/2014 del SNE con CCOO da cobertura a un convenio de estabilidad en el
empleo consistente en asesorar a trabajadores sobre la calidad del empleo (es
decir, la acción ordinaria de cualquier sindicato), y se destinan 353.926,94
euros del Presupuesto de Navarra a pagar el 100% de la nómina, entre otros, de
varios miembros de las ejecutivas de las federaciones de Servicios, Industria y
Químicas de CCOO, y en menores porcentajes, de Agroalimentaria o de la comarca
de Sakana. Algo similar ocurre con el convenio para igualdad, conciliación y
empleo femenino (con 165.015 euros de subvenición), que en 2014 sufragaba las
nóminas de liberadas de CCOO en los sectores sociosanitario y servicios
privados.
En el caso de UGT, se han podido
comprobar el convenio para estabilidad en el empleo de 30/04/2014 y un coste de
255.087,06 euros, y el convenio para la igualdad, conciliación y empleo
femenino (de 27/03/2014), que subvenciona 171.000 euros, de donde cobran su
nómina liberados ugetistas de los sectores del comercio, la hostelería y las
empresas agroalimentarias, destinados sobre todo a la Ribera y a la Zona Media,
e incluso el secretario general de su Federación de Servicios. Y esto solo
corresponde a cuatro convenios firmados. En otros casos, se entregan grandes
subvenciones a UGT y CCOO para realizar estudios que luego ambos sindicatos
publicitan en los medios como iniciativas propias, lo que constituye una
ventaja ilegítima -pagada del presupuesto público- en la competencia electoral
entre sindicatos.
Evidentemente, quienes gestionan
el modelo actual no pueden esperar que ELA se sume a este sistema sin
desmantelarlo previamente: ELA no aceptará invitaciones para legitimar un marco
de relaciones laborales diseñado por UPN en los años 90 y que sigue vigente en
todos sus aspectos. En cuanto a su aportación a un cambio político y social,
ELA está aportando al nuevo Gobierno propuestas para reordenar el sector de la
dependencia, fórmulas para revertir servicios privatizados o planteamientos
para una fiscalidad más justa. Sin duda, el cambio es cosa de tiempo pero,
sobre todo, de dirección y brújula.
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