FELIPE GONZALEZ, LA TIERRA Y LA
LEY
A Felipe González hace tiempo que
lo veo raro. Yo creo que el paso del tiempo nos debe cambiar un poco a todos.
De lo contrario, no me lo explico. Ahora nos sale el ex presidente español de
la transición gritando “tierra y ley”, cual Emiliano Zapata. El problema es que
Emiliano Zapata, arriero, gritaba tierra, justicia y ley. Así que nuestro ex
presidente omite un cachito de axioma que lo desaxioma. La ley no es la
justicia, y Felipe lo supo cuando estaba en la clandestinidad y las leyes
prohibían su voz y su sabroso acento mentiroso. Sin embargo, nadie es capaz de
prohibir la justicia. Ni siquiera Franco, Isidoro.
En todo caso, del sintagma a mí
me interesa más la palabra tierra. La palabra tierra ha sido olvidada por el
socialismo español y europeo hace muchos años gracias a gentes como Felipe
González. Preservadores del dolor franquista. Continuadores del régimen de
nuestra vieja oligarquía. Grandes cosas hicieron Felipe González y sus
gobiernos por España, pero más grandes cosas dejaron sin hacer. Y una de ellas
tiene que ver con la tierra.
Hablar de la tierra suena lírico,
telúrico, paisajístico y tal. Pero la tierra, en la lengua de Emiliano Zapata,
es la casa del hombre. El español desahuciado no tiene tierra, le quitan la
tierra, y se la quita esa misma gente a la que Felipe González representa en
sus arengas desquiciadas de neoliberal millonario. Si Pedro Sánchez quiere
hacernos volver a creer en el partido socialista español (lo minusculizo a
propósito), lo primero que tiene que hacer es encerrar en el calabozo del
silencio a aquellos traidores a la patria y la libertad que en España se
adjetivaron socialistas. Así que no me hables de tierra, Felipe, hasta que
exijas desde tu presunta autoridad que a todos los españoles se les devuelva su
tierra, su casa, su trabajo.
Las grandes frases de los
antiguos arrieros se convierten en eslóganes en boca de los nuevos socialistas,
y de ahí la tristeza errante de las viejas frases. Al socialismo español no le
queda un camino por hacer, sino un camino por deshacer. Y descaminando no se va
a ningún sitio.
Felipe González no solo es la
caricatura de sí mismo, sino que además es millonario. Gana tanto dinero que ni
siquiera se puede permitir el lujo de simular cierta coherencia intelectual.
Habla de tierra y ley cuando ha cobrado 566.000 euros de Gas Natural, por ser
muy sabio y consejero. Gas Natural, mientras, le cortaba la luz y la
calefacción a familias por deudas de mil euros. Les quitaba su tierra y su ley,
en nombre de la avaricia y la injusticia.
Yo ya sé que a veces me pongo
pesado, e incluso abstruso. Pero la tierra es la tierra, y la tierra es solo un
sitio donde asentar tus pies, abrigar a tu persona y no oír llorar a tus hijos.
Más que ley o justicia, viejo Felipe, los españoles hoy pedimos tierra. Un trozo
de tierra. O de aire. Un sitio donde vivir. Solo en el primer semestre de 2014,
42.482 familias fueron desahuciadas de su casa. Privadas de su tierra. Por eso
a mí, cuando gente como Felipe González me habla de “tierra y ley”, me entra
como una risa floja. Tierra. Tierra.
ANIBAL MALVAR
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