Saturnino Carod Lerín – del grupo de Ponzan
El 7 de marzo de 1988 muere en Barcelona (España) la
anarcosindicalista Saturnino Carod Lerín, también conocido como Cuco Caballero
o Jacinto Lahoz María. Había nacido el 21 de febrero de 1903 en Moneva
(Zaragoza, Aragón, España) en una familia anarquista. Empezar a trabajar cuando
tenía seis años y con 12 labraba; más tarde hizo de segador por tierras
castellanas y cuando terminaba la Gran Guerra emigró por Europa buscando
trabajo. Después se instaló en Barcelona trabajando en el ramo de la
construcción. Analfabeto, cuando tenía 20 años aprendió las primeras letras.
Afiliado en la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), fue un activo
anarcosindicalista que siempre se negó a ocupar cargos de responsabilidad.
Durante los años del pistolerismo, formó parte de un grupo de acción y tuvo que
huir de Barcelona hacia Francia huyendo de la represión iniciada por la
dictadura de Primo de Rivera. Volvió del exilio con la amnistía otorgada por la
II República y participó activamente en el Sindicato de la Construcción de la
CNT de Zaragoza. En febrero de 1936 formó parte del Comité Regional de Aragón
cenetista encargado de organizar los sindicatos campesinos. Interesado por la
problemática campesina, intervino con Florentino Galván en diversas giras
propagandísticas, entre mayo y junio de 1936, por la comarca de Valderrobres.
En julio de ese año, fue nombrado secretario de Agitación y Propaganda. Cuando
el golpe militar, huyó de Zaragoza el mismo 19 de julio de 1936 hacia el Bajo
Aragón y después en Tortosa, donde organizó una columna de milicias (Columna
Carod-Ferrer) con agricultores del Bajo Aragón que, saliendo desde Tarragona,
liberó varios pueblos aragoneses (Alcañiz, Calanda, Alcorisa, Montalbán) una
vez tomado Calaceite el 26 de julio. En Azuara y Fuendetodos estableció un
centro de operaciones de una red de enlaces para salvar luchadores escondidos y
perseguidos en la Zaragoza en poder de los fascistas. Cuando el liberó su
pueblo natal, salvó la vida del cura de Moneva, Enrique Guallar, amigo de la
infancia, que estaba a punto de ser linchado por la población y este se
convirtió durante toda la guerra en el Secretario de avituallamiento de la
pequeña villa colectivizada - se mostró contrario a la colectivización total de
la tierra. Más tarde su columna se fusionó con la de Antonio Ortiz Ramírez -
que tomó el nombre de «Columna Confederal Sur-Ebro" - y con la
militarización fue nombrado comisario de la 118 Brigada, con Victorio Castán
Guillén como jefe militar , y más tarde de la 25 División del Ejército Popular,
tomando parte en la toma de Tosos, Aladrén, Vertice Sillero, y en combates en
Belchite, Teruel, Alfambra y Levante. En mayo de 1937, comandante varios grupos
de la 25 División, se dirigió hacia Cataluña ante los hechos ocurridos en
Barcelona y con la intención de acabar con la contrarrevolución, pero fue
detenido por las órdenes de los dirigentes cenetistas. A finales del conflicto,
se trasladó a Madrid y finalmente fue detenido en el puerto de Alicante. Acabó
los campos de concentración de Los Almendros y de Albaterra, de donde huyó, con
Castán y Sebastián Vicente Esteban, falsificando unos avales y pasando a
Francia con el apoyo de los guías de Francisco Ponzán Vidal. En Francia sufrió
los campos de concentración, pero a finales de 1940 se incorporó a la lucha
clandestina encuadrado en el grupo de resistencia de Ponzán. En enero de 1941
pasó a la Península e hizo contacto con el Comité Nacional de la CNT de Manuel
Amil Barcia y de Celedonia Pérez en Madrid. De nuevo en Francia, expuso las
duras condiciones de los encerrados en las cárceles franquistas. En junio de
1941 se internó nuevamente a la Península y viajó por Valencia, Barcelona y
Madrid hasta su detención en Barcelona el 7 de agosto de 1941, parece ser que
delatado por traidor Eliseu Melis Díez, del que fue uno de los primeros a
sospechar. El 11 de octubre de 1949 fue condenado a Madrid en un consejo de
guerra a 25 años - en el que testimonió a favor Enrique Guallar, que había sido
«exiliado» en Épila por las autoridades franquistas -, que pena a las prisiones
de Figueres, Barcelona y San Miguel de los Reyes, de donde salió a finales de
1960. Tras su liberación, fue detenido nuevamente en octubre de 1961 y en 1962
por su relación con la Alianza Sindical Obrera (ASO). En julio de 1965, al
igual que otros militantes que habían sido tomados bastantes años,
sorprendentemente apoyó las posturas del cincpuntisme-negociaciones entre
anarcosindicalistas y el sindicalismo vertical franquista. En estos años se ganó
la vida trabajando en el transporte y en espectáculos públicos, como ayudante
de cabina y acomodador. En febrero de 1976 participó en la asamblea confederal
de Sans donde se reconstruyó la CNT y al año siguiente fue uno de los
promotores de la fundación del barcelonés Ateneo Libertario de La Verneda.
Publicó artículos en Cultura y Acción y en Nuevo Aragón. Su compañera fue
Adoración Lahoz.
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