El salario del presidente de Orizonia asciende a 3.517 euros
diarios
Miguel manso. Palma 3.517 euros brutos. Muchas personas
sueñan con una retribución mensual de esta envergadura. El presidente de
Orizonia, José Duato, ha ganado esta cantidad cada día. El máximo responsable
de la compañía desguazada y en concurso de acreedores ha conservado este jornal
hasta febrero, al margen de las dietas.
José Duato figura entre los más de 2.300 trabajadores
sujetos al expediente de regulación de empleo (ERE) presentado por el grupo
turístico. El salario bruto anual del directivo valenciano ronda los 1,3
millones de euros, un montante situado en la estratosfera de las nóminas. El
presidente de Orizonia ingresa 70 veces más que los trabajadores de los
escalafones humildes de su empresa, cuyos devengos anuales no superaban los
17.000 euros.
En la lista de afectados por el ERE pendientes de
indemnización se entremezclan ´mileuristas´ con millonarios –si nos guiamos por
las antiguas pesetas–. Destacan ejecutivos como Eduardo Millán, hasta ahora
director general de Cóndor Vacaciones, quien percibía 1.036 euros diarios (unos
378.000 euros al año); el responsable de Administración, Juan Ignacio Saiz (862
euros brutos en 24 horas); el director de la división online, Miguel Henales
(798 euros), el jefe de Recursos Humanos, Álvaro Vázquez (693 euros) o el
encargado del área comercial, Javier Zuazola (562 euros).
Duato y al menos dos de estos ejecutivos, Zuazola y Millán,
protagonizaron una de las imágenes más controvertidas durante el proceso de
hundimiento de la empresa. El miércoles 20 de febrero, el mismo día que comenzó
el despido de trabajadores, la cúpula fue fotografiada en un conocido bar de
gin-tonics de Palma. La instantánea corrió por las redes sociales y algunos
empleados se acercaron hasta el local para comprobar en vivo lo que habían
visto en la pantalla de sus teléfonos móviles. "La foto se tomó después de
14 horas ininterrumpidas de jornada. Fue un alto para seguir trabajando en la
salvación de los puestos de trabajo", justificó entonces Orizonia.
La mayoría de esos puestos se ha perdido y la nómina de
marzo corre serio peligro. En teoría, también está amenazada la paga de los
altos directivos que como el resto del personal, viven pendientes de los
ingresos en caja derivados de la venta de activos.
Los sueldos, "tabú"
En un análisis sucinto de los salarios brutos de Orizonia,
destacan los importes abonados a los altos cargos que han pilotado la compañía
hacia la quiebra. También sorprende la disparidad de emolumentos entre
profesionales de la misma categoría. "Existen grandes diferencias y
depende del momento en que te incorporaste a la empresa. Si lo hiciste en época
de bonanza, se nota", explican fuentes consultadas por este diario.
"Siempre me sorprendió que fuera tabú hablar de salarios",
apostillan. Estas mismas fuentes achacan la discrecionalidad en la fijación de
los sueldos a las afinidades personales.
La brecha entre las mensualidades de los trabajadores y de
los directivos de Orizonia se encuentra en línea con la de empresas que cotizan
en el IBEX 35 –las de mayor liquidez en España–. Un estudio publicado
recientemente por CCOO compara los salarios medios de las ´clases´ dirigentes
de estas grandes sociedades con los de su ´tropa´. El informe concluye que los
consejeros del IBEX35 ganan 83,6 veces más que sus subalternos.
En Orizonia ha ocurrido algo parecido. La nómina de Duato
multiplica por 70 o más la de los profesionales de los estratos más modestos,
que pueden situarse por debajo de los 45 euros brutos diarios.
Las retribuciones a la cúpula de Orizonia superan la media
de España, pese a los números rojos arrastrados por la enorme deuda. Un informe
de la consultora de recursos humanos Icsa apunta que el 10% de los directores
generales mejor pagados en España tiene un salario bruto anual superior a
235.000 euros. La retribución media se sitúa en 171.000 euros y el 10% peor
recompensado se embolsa menos de 116.000 euros.
Buena parte de los directores generales o cargos similares
de Orizonia superaban los 250.000 euros.
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