Los astilleros se echan a la calle el jueves para reclamar
trabajo
La iniciativa de los trabajadores del astillero de Puerto
Real ha tenido finalmente un efecto dominó en el resto de centros de producción
de Navantia. La plantilla acordó la semana pasada celebrar el próximo 14 de
marzo un encierro simbólico en el interior de la factoría y, posteriormente,
una marcha a pie hasta el Ayuntamiento de la localidad. La medida ha calado
hondo. Así, los astilleros gallegos de Ferrol y Fene realizarán también
concentraciones en demanda de carga de trabajo. Igualmente, los trabajadores de
la planta de Cartagena secundarán esta jornada de movilización. La iniciativa
también la seguirán los empleados de las oficinas centrales, en Madrid. En
cuanto a Cádiz, el presidente del comité de empresa, Juan Bedeli (UGT),
confirmó ayer a este periódico la convocatoria de una manifestación en la
capital que discurrirá por la carretera Industrial a partir de las 13 horas y
acabará en la plaza de San Juan de Dios, frente al Ayuntamiento. Los
trabajadores pedirán allí el apoyo expreso de la alcaldesa, Teófila Martínez, a
sus reivindicaciones. Reclaman la salvación de la compañía, que es el motor de
la economía gaditana.
La jornada de protesta coincidirá, casi con toda seguridad,
con la celebración el jueves del Consejo de Administración de la compañía,
donde se darán a conocer los datos contables de 2012. Distintas fuentes
consultadas por este periódico han coincidido en señalar que Navantia arrojará
unas pérdidas superiores a los 80 millones de euros, más del doble de las que
tuvo en 2011. El presidente de esta empresa pública, José Manuel Revuelta, ha
reconocido que la situación de la compañía «es muy difícil». Navantia lleva
desde 2007 sin firmar un contrato para la construcción de barcos. De hecho, la
planta de Puerto Real lleva trece meses sin actividad, mientras que la de San
Fernando sobrevive con cargas puntuales como, por ejemplo, la construcción de
doce lanchas de desembarco para la Marina australiana. La situación es muy
similar en las plantas gallegas. Se trata de una situación insostenible. Tanto
el presidente de la compañía como su consejero delegado, Jaime de Rábago, han
anunciado al Comité Intercentros algunas medidas de ajuste para reducir gastos.
Entre ellas destaca la revisión de los programas con proveedores, el traslado
de mano de obras a centros con carga de trabajo puntual y la eliminación de
algunos servicios externos para que los asuman los propios trabajadores de los
astilleros.
No obstante, otras
fuentes vinculadas al sector naval sostienen que la dirección de Navantia
prepara un duro plan de ajuste para contener las pérdidas ante la falta de
nuevos contratos. Navantia tiene desplegadas acciones comerciales en unos 30
países, pero la competencia de los astilleros asiáticos reduce las expectativas
de esta empresa española. De momento, no se prevén contratos a corto plazo y en
caso de firmar alguno, su efectos en las plantas no sería, como mínimo, hasta
dentro de dos años.
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