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martes, 13 de diciembre de 2011

Los diputados y los senadores no pagan impuestos por el 40% de su sueldo

foto: archivocnt. Hoy muchos políticos tomarán posesión de su cargo en el Congreso de los Diputados y en el Senado, una labor por la que cobrarán un sueldo a final de mes más unas ayudas económicas. Por esos ingresos, un diputado o senador también paga sus impuestos, pero con un jugoso beneficio fiscal, que permite que el 40% de su remuneración esté exenta de tributar. Dicho de otro modo, Hacienda somos todos, pero los políticos un poco menos. Veamos por qué.

Los diputados y los senadores cobran un salario fijo y unas dietas, además de un complemento extraordinario mensual si el representante político desempeña otra labor en la cámara.

Según el régimen económico para 2011, gracias a la suma de todas estas partidas, un diputado se embolsará 4.638 euros al mes como mínimo. Éste es el sueldo que ganarán los diputados de las circunscripciones distintas a Madrid. En cambio, los otros 36 que pertenecen a Madrid percibirán un poco menos, porque no necesitan pagarse alojamiento.

El 60% de esta retribución corresponde a su salario fijo (2.814 euros al mes), mientras que el 40% (1.824 euros) restante procede de dietas para gastos de manutención y alojamiento.

Lo mismo ocurre en el caso de los senadores. Cobran el mismo salario fijo que los diputados (2.814 euros al mes) y unas dietas máximas de 1.822 euros mensualmente.

Según la ley de IRPF de 2006, los representantes políticos en ambas Cámaras no tributarán por las dietas que perciben cada mes para gastos de manuntención y alojamiento, y cómo estás suponen el 40% de su remuneración, puede afirmarse que casi la mitad del sueldo de los políticos está libre de impuestos.

Bajo ese parámetro, los diputados se llevan limpios a sus bolsillos 1.824 euros a final de mes y los senadores 1.822 euros. Ambas cantidades son inferiores a los políticos de la circunscripción de Madrid (871 y 869 euros, respectivamente).

Si hacemos cálculos y conforme a esa normativa, más de 12 millones de euros al mes están exentos de tributar, por lo que Hacienda no toca ni un euro de ese importe devengado por dietas, que a final de año permitiría a las arcas del Estado tributar sobre un mínimo de 144 millones.

Pero aquí no terminan las retribuciones libres de retención. A estas remuneraciones en metálico hay que añadir otras que tanto diputados como senadores cobran en especie. Por ejemplo, tienen un bono de taxis por valor de 3.000 euros al año, un móvil y un portátil. Privilegios a los que sólo han renunciado unos pocos políticos.

También el Congreso y el Senado les paga el billete de los medios de transporte públicos que utilicen para desplazarse y una dieta entre 120 y 150 euros cuando están en misión oficial.

No obstante, en este caso, el beneficiario es el Congreso o el Senado, ya que esa retribución no va directa al bolsillo del diputado o senador.

Las desigualdades con los ciudadanos

¿Esta exención fiscal la disfrutan el resto de trabajadores? Carlos Cruzado, presidente de los Técnicos de Hacienda (Gestha), explica que cualquier empleado cuenta con posibles exenciones fiscal, pero con matices importantes.

En cuanto a las dietas de estancia que recibe el empleado de una compañía privada por desplazamiento, el Reglamento de la Ley del IRPF establece que los gastos de alojamiento no tributarán.

En cambio, a los gastos de manuntención, la ley fija un importe de 53,34 euros diarios. Aquí nos encontramos con el primer privilegio de estos políticos porque no tienen un límite de exención fiscal en las dietas de manutención.

El segundo privilegio es que senadores y diputados no tienen que presentar facturas para recibir esas dietas. En cambio, un trabajador debe justificar todos los gastos.

Como consecuencia, un diputado elegido por una circunscripción fuera de Madrid recibirá al mes 1.824 euros para gastos de alojamiento y manuteción, independientemente de que tenga una casa en la capital.

Por ejemplo, Federico Trillo, diputado del PP en el Congreso por Alicante, recibirá ese pago mensual, pese a que tiene dos viviendas en Madrid, tal y como se detalla en su declaración de patrimonio. En cambio, el trabajador no se libraría de pagar a Hacienda por esas dietas.

El tercer privilegio lo disfrutan aquellos senadores o diputados elegidos por Madrid. No tributan a Hacienda por su dieta mensual de 870 euros, mientras que un empleado tendría sujeta esa cantidad a IRPF, explica Cruzado.

El cuarto beneficio se halla en el tiempo. Por ejemplo, si una empresa manda a un empleado a trabajar a otra ciudad diferente a la de su residencia por un periodo de más de nueve meses y de forma continuada, las dietas de alojamiento y manutención que el trabajador perciba tendrán que tributar.

En el caso de los diputados o senadores no se aplica esta regla, aunque muchos de ellos trabajan y viven en Madrid como representantes políticos en cada cámara durante cuatro años, la duración de una legislatura.

Por último, en cuanto a los gastos para transporte, las dietas de estos políticos no tienen ningún gravamen fiscal, al igual que las que recibe un empleado.

fuente: lainformacion

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