Los trabajadores del hotel Duques de Medinaceli, el único de cinco estrellas que existe en la ciudad, están haciendo gala de una exquisita profesionalidad, al haber logrado mantener el establecimiento en marcha sin que los clientes ni la gran mayoría de los portuenses supieran de la desesperada situación que están atravesando desde hace meses.
Ayer una representación de estos trabajadores decidió dar a conocer el calvario que vienen padeciendo desde hace ya casi dos años, cuando comenzaron las irregularidades en el cobro de sus nóminas, a raíz del concurso de acreedores en el que está inmerso el grupo Jale.
La mayoría de los 22 trabajadores acumulan nóminas sin cobrar desde hace ocho meses, aunque uno de ellos, el actual director, lleva ya diez meses sin cobrar su salario.
Hasta el pasado mes de noviembre la plantilla había estado apañándose ante esta situación confiando en la pronta resolución del concurso de acreedores, mientras que la empresa era administrada por tres administradores concursales nombrados por la juez que lleva el caso, Nuria Orellana, titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Cádiz. Los trabajadores seguían en sus puestos de trabajo, realizando reservas y atendiendo el restaurante y con los ingresos que generaba el propio hotel, el dinero que se ingresaba se utilizaba para pagar a proveedores y facturas y el resto se repartía entre la plantilla de manera que cada semana cada trabajador podía llevarse a su casa 200, 200 ó 250 euros.
A principios del pasado mes de noviembre la jueza Nuria Orellana destituyó a los administradores concursales, tras reclamarles la devolución de 2,4 millones de euros que supuestamente habían cobrado de forma indebida. Tras la destitución de dichos administradores fueron nombrados otros tres en su lugar que mantuvieron una primera reunión con la plantilla, asegurándoles que harían todo lo posible por mejorar la situación, pero el caso es que desde entonces y hasta ahora, en las últimas cuatro semanas no han percibido ni un solo euro (supuestamente por los trámites necesarios para el cambio de titularidad de las cuentas y demás cuestiones burocráticas), por lo que hay familias que como explican los trabajadores "no tienen ya ni para comer", a pesar de que el hotel sigue manteniendo una buena ocupación y en las últimas semanas "ha ingresado dinero", afirman.
Y es que los trabajadores son los que mejor conocen el funcionamiento del hotel, no en vano siguen acudiendo puntualmente a sus puestos de trabajo en unas condiciones casi surrealistas. Así, como explican, "a veces no sabemos ni si podremos atender el restaurante y cuando tenemos alguna reserva nosotros mismos vamos al Makro a comprar lo necesario, con nuestros vehículos particulares porque ya no tenemos proveedores".
La situación es aún más grave desde el momento en el que el banco se ha quedado con el solar en el que se ubica la carpa de celebraciones, lo mismo que el histórico jardín de la finca. "En estos últimos meses hemos tenido que rechazar más de una veintena de bodas y comuniones porque no nos atrevemos a contratarlas, al no saber en qué momento el banco puede reclamar el uso de esas propiedades. Queremos que los administradores concursales hablen con el banco y nos digan por cuánto tiempo podemos utilizar esas instalaciones, porque así podríamos seguir contratando eventos y seguir tirando", dicen.
Los trabajadores han tenido ya dos encuentros con la jueza Nuria Orellana, a la que reclaman una mayor agilidad para que esta situación insostenible pueda solucionarse cuanto antes. Lo que tienen claro es que quieren luchar por sus puestos de trabajo, y se aferrarán a ellos como a un clavo ardiendo.
fuente: http://www.diariodecadiz.es/article/elpuerto/1144088/la/plantilla/duques/medinaceli/atraviesa/una/situacion/desesperada.html
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