Con motivo de las recientes protestas de los funcionarios ante los recortes que el gobierno de López quiere imponer, y va a imponer, se ha escenificado esta dualidad de la que hablo. Por una parte, quienes ante lo aberrante de los recortes, una vez más, hacia los funcionarios han alzado enfurecidos la voz, voz que tiene más motivos para gritar si se tiene en cuenta el comportamiento torticero de los consejeros de la cosa diciendo que los funcionarios tiene mejores condiciones de trabajo, ganan más y además tienen un puesto de trabajo seguro, con lo que han de mostrar su solidaridad (¿impuesta? ¿y porqué directamente no se bajan los abultados sueldos los políticos en general como muestra de voluntaria solidaridad co quienes menos tienen ? o ¿por qué no reducen gastos dedicados a los cementos varios, por ejemplo?) , discurso con el que se pretende alimentar la de por sí mala fama que rodea a los funcionarios( no trabajan, se pasan el día leyendo el periódico, se cogen unas bajas de aquí te espero…) dividiendo a la par a los trabajadores. No si al final la culpa de todos los males del país van a ser de éstos. La otra cara de la moneda la han mostrado los sindicatos de obediencia estatal, con una exigua representación en el sector por cierto, que han perdido el culo para sentarse a la mesa, o ponerse debajo de ella, para ver si pillaban algunas migajas del festín, en forma de dineros, despachos y cargos pasando por encima, o por debajo, de la representatividad estricta.
Nada sorprendente en todo esto, todo se ha desarrollado según el guión previsto. Lo que sí se sale un poco del tiesto es la reacción del representante de los cocos; aunque no es extraño ni es la primera vez, ni seguro que tampoco la última. Va el hombre con su habitual gesto, y tono, de enfurruñado y embiste, en la casqueta actual, contra los sindicatos luchadores, diciendo que hacen un “sindicalismo parasitario”, que se mantienen a la expectativa, dando la imagen de luchar, para luego aprovecharse de lo conseguido por los sindicatos de la silla o en caso de fracaso embestir contra ellos. Ver para creer, en especial su olfato para señalar a los verdaderos culpables de las restrictivas medidas que parecen ser los sindicatos luchadores...de la administración ni pío, o poco pío, no vaya ser que nos cierren el grifo, con la sed que hace. Lo dice un caballero que dirige un sindicato que no es que haga sus negocios con la administración actual(con la anterior también los hacía y me fijo en el sector de la educación en el que siempre han jugado el papel de “juiciosos” bomberos desmovilizadores, firmando impresentables convenios en minoría y puenteando a los verdaderos representantes elegidos por los currantes) sino que está dentro de ella ocupando puestos de responsabilidad en las consejerías, muy en concreto en la de educación. Qué habrán hecho en estas protestas quienes ocupan los puestos de responsables de personal, de viceconsejeros, delegados, o yo qué sé, en permanente cercanía de la teta-gobierno…¿se habrán apalancado en sus despachos poniendo cara de barco? ¿se habrán unido a las radicales protestas de sus colegas sindicales?¿cómo se come esta doble militancia? ¿Cómo se puede mantener una postura realmente combativa con semejante baldón? Yo la verdad no lo sé pues no estaba allá…
El jefe de los cocos, alumno aventajado en lo que hace al discurso tramposo, una vez más ha dado muestras de ser un artista en la aplicación de aquello de gritar “¡al ladrón!¡al ladrón! para despistar a los perseguidores, mientras el que chilla se mete en el bolsillo los dineros recogidos en el cazo .Sabe bien tal caballero también lo de que la mejor defensa es un buen ataque; y en esta fuite en avant pone en práctica <
Iñaki URDANIBIA
fuente: http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/1650-dos-sindicalismos.html
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