A. J. F. La diosa Fortuna parece ser que fue extremadamente generosa con el que era alcalde de Santa Cruz de Tenerife en 2001. Miguel Zerolo consiguió que en las navidades de ese año le tocasen de manera consecutiva dos premios de relevancia gracias al sorteo de la Lotería de Navidad de ese año y al posterior sorteo de la Lotería del Niño. Con ese dinero compró a una anciana una finca, La Tejita, ubicada en Montaña Roja (Granadilla de Abona) que a raíz de una declaración de reserva natural especial fue permutada por unos terrenos en la zona de La Jurada que el regidor santacrucero lograría vender por 668.227 euros, multiplicando así por diez su inversión inicial.
Esta curiosa operación inmobiliaria llevada a cabo por Zerolo a través de una empresa que la policía cree que fue creada ex profeso para ello -Meumque SLU- levantó de inmediato las sospechas de los investigadores en cuanto estos comenzaron a indagar en el pasado patrimonial del principal imputado en el caso Las Teresitas.
Las conclusiones se centraron en dos aspectos: primero, en reseñar el hecho de que es "práctica habitual" el recurso a la compra de billetes de lotería premiados como método para blanquear dinero, y segundo, la valoración irrisoria que la propietaria de la finca hizo de su parcela. Para esta segunda circunstancia, los agentes se han centrado en estudiar la figura de uno de los sobrinos de la propietaria de los terrenos, Juan José Dehesa, ya que este mantenía una relación de "amistad" con el político, según infieren los investigadores de los análisis de varias escuchas telefónicas practicadas. Los terrenos de la discordia, además, fueron recalificados con la categoría de residencial (antes eran comerciales), lo que les otorgaría mayor valor.
En lo que respecta a los 145 décimos premiados, a los agentes les llamó poderosamente la atención que tres días antes de la compra de la finca se ingresasen en una cuenta unas cantidades en concepto de décimos premiados por un valor similar al de la compra de la finca. "Y también es mucha casualidad adquirir 10 décimos y 135 décimos de dos sorteos consecutivos, con un desembolso considerable de 3.000 pesetas por décimo, que suman 435.000 pesetas y que resulten todos premiados", remata.
Curiosamente, en el análisis de las cuentas bancarias no se localiza el cargo de las 405.000 pesetas necesarias para comprar 135 de estas 145 papeletas. La suerte de Zerolo con los juegos; en el punto de mira.
fuente: laprovinciacanarias
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