Un empresario agrede a su empleado por negarse a hacer más
horas extra
El pasado miércoles 23 de mayo, un trabajador de MRW
denunció ante la policía nacional una presunta agresión sufrida por su jefe.
Los hechos tuvieron lugar en el local que la empresa tiene en la Avenida de
Cataluña en Zaragoza, la cual está gestionada por la empresa WLT que explota la
marca MRW en calidad de franquicia. Según consta en la denuncia, el empresario
se dirigió al trabajador mientras éste estaba trabajando en el almacén, y le
ordenó que se quedase más tiempo a trabajar todos los días debido a una
acumulación de tareas, y sin ningún tipo de remuneración por ello. El
trabajador, J.M.G.M., expresó su desacuerdo y negativa, tras lo cual el
empresario le gritó “a la puta calle, estás despedido y aquí no vuelves a
entrar más”, amarrándole con fuerza del brazo y empujándole con las dos manos
hacia la puerta de salida. A su vez, mientras era empujado, le dio un tirón en
las correas que llevan la PDA y el móvil de empresa, y que el empleado llevaba
colgada al cuello, lo cual le ocasionó erosiones importantes en el cuello.
Tras los hechos, el
trabajador huyó del centro de trabajo por miedo a que la situación fuera a
mayores, advirtiendo al empresario de que si proseguía en su actitud solicitaría
la presencia de la policía nacional.
Nada más salir de la
empresa, el trabajador acudió a un centro hospitalario, donde le realizaron una
exploración, detectándole las citadas erosiones en el cuello, un hematoma y
arañazos en el brazo, teniendo también como consecuencias de la agresión el uso
de un collarín y la correspondiente baja médica.
En el momento de los
hechos, y según recoge la denuncia, la mayoría de la plantilla estaba presente
en el centro de trabajo, bien como testigos presenciales o bien como oyentes de
los gritos y revuelo que se organizaba en el almacén.
Según declaraciones
del agredido, J.M.G.M., de 42 años y trabajador en la empresa desde hace más de
20 años, “nunca he tenido ningún tipo de problema con ningún superior y he cumplido
a rajatabla con los cometidos que me han dado, pero lo que no se puede aguantar
es estar trabajando diez u once horas al día y que nos pidan más por la cara, y
que solo por no estar de acuerdo reciba este trato”. Al parecer, el nuevo
empresario compró la empresa hace un año, y según expresa el agredido, “el
trato que está teniendo con la plantilla, mucha gente con amplia experiencia,
es denigrante y vejatorio, y se puede comprobar con estos hechos”.
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