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jueves, 30 de junio de 2011

Empaquetadores y albañiles antes del ERTE

El futuro de la fotovoltaica sigue en el aire. Desde que el Ministerio de Industria le metiera la tijera a las primas, los pedidos cayeron en picado e incluso se paralizaron muchos de los que ya estaban comprometidos. Fue después del verano cuando Gadir Solar, la firma que vino de la mano del Plan Bahía Competitiva, comenzó a notar los efectos que se hicieron palpables en el área de fabricación apenas unos meses después. A mediados de noviembre la producción ya comenzó a escasear y a principios de año era prácticamente nula. Lo cuenta Juan Manuel Cortina, elegido ayer portavoz del comité de empresa durante el conflicto.


Los representantes de los trabajadores se vuelven a sentar hoy con el director de la compañía, José María García Ventús, para la entrega de la documentación y analizar las primeras consecuencias de este expediente de regulación temporal que se anunció el martes y que afecta a prácticamente a la totalidad de la plantilla. Nada menos que 209 empleados, de los que 102 procedían de la antigua Delphi. Fue el mayor compromiso junto con la andaluza Alestis.

Durante los meses previos al anuncio, los trabajadores hicieron prácticamente de todo. El único requerimiento del comité en ese tiempo fue «garantizar la ocupación de la plantilla», explica Cortina, pero eso ha resultado verdaderamente difícil dada la situación. Según explica, «se buscaron tareas alternativas como el empaquetado de productos de pedidos que tenían que salir o el chequeo de los que estaban retenidos». También se hicieron «tareas de limpieza, se montaron estanterías, se ha quitado el alicatado del almacén que había que reparar y algunos días se cogieron de las vacaciones pendientes», indica el portavoz sindical.

En más de una ocasión la dirección planteó la posibilidad de recortar horas e incluso trabajar dos días a la semana, pero fue rechazado por el comité. También se ha aprovechado este tiempo para dar formación a los trabajadores, sin embargo, la situación ha provocado problemas de tesorería y la falta de pedidos pone en riesgo el futuro de la empresa.

La garantía con la que cuentan son varios encargos de menor tamaño que llegan a sumar unos 15 megavatios de potencia. Ese sería el inicio y durante estos seis meses se trabajará para conseguir nuevos contratos. La capacidad de la factoría es para 40 megavatios, con lo que los 15 iniciales no darían ni para la mitad.

Objetivo: asegurar empleos

Por lo pronto, «los ánimos están tranquilos». Explica Juan Manuel Cortina que la decisión del ERTE «se ha tomado de manera consensuada y la dirección ha transmitido su intención de apostar por esta planta». El principal objetivo del comité es «mantener todos los puestos de trabajo y que la totalidad de la plantilla pueda incorporarse a principios de año».

El expediente ha afectado a toda la planta. Durante estos meses apenas quedará en la fábrica un pequeño retén de ocho personas entre personal de seguridad, oficina, mantenimiento, limpieza y directivos para garantizar la seguridad y realizar las pocas tareas que se puedan sacar adelante en las instalaciones.
 
fuente: lavozdigital

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