Hace un año llegaba la confirmación que muchos abuelos del lugar sabían sin necesidad de tecnología alguna: en el cementerio de Puerto Real, muy cerca de la tapia trasera del camposanto se localizaba una fosa común con pruebas evidentes de que allí habían sido enterrados las víctimas de la represión franquista. Sin embargo, un año después, la asociación que impulsó la realización de las catas sigue esperando el informe oficial que les permita elaborar el proyecto de exhumación para sacar finalmente los restos. Sin ese proyecto, no hay apertura de la fosa ni paz para las familias que aún guardan la esperanza de recuperar no solo la memoria histórica sino los restos de sus allegados.
¿La culpa de esa tardanza? Ayer en el cementerio de Puerto Real se señalaron a dos personas: el técnico que envió la Delegación Provincial de Cultura para la realización de las catas, Alfonso Pando, y la propia delegada, Yolanda Peinado. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica organizó un homenaje en el camposanto con motivo del sexto aniversario de la inauguración del monumento que recuerda a los fusilados en Puerto Real. Pedro Alarcón Guerrero, Manuel Castañeda Velasco, José Belén, Felipe Hernández Gómez y otros 122 nombres le dan significado al monolito. Son los desaparecidos cuyas familias saben o sospechan que fueron enterrados en ese punto, pero la cifra podría ser mayor.
Banderas republicanas y de la CNT y el verbo de Benedetti cantado por Daniel Viegletti configuraron la atmósfera de un acto que pasó del homenaje a la reivindicación en cuestión de segundos. El presidente de la asociación, Francisco Aragón, detalló a los asistentes todos los pasos que habían dado hasta que en junio del año pasado se hicieron las catas que detectaron a una profundidad máxima de 1,20 centímetros restos óseos que confirmarían la existencia de una fosa común. «En unas semanas nos dijo el arqueólogo de Cultura que tendría listo el informe que necesitamos para solicitar el proyecto de exhumación, pero durante meses nos han dado largas. Cansados de esperar, pusimos el asunto en manos del arqueólogo de la asociación que se puso en contacto con Cultura y nos confirmó que el señor Pando se había marchado durante unas semanas y que no había entregado informe alguno. Llevamos esperando un año, pero parece que hay «nulo interés» por abrir esta fosa».
Según el presidente de la asociación, les han dicho que en unas pocas semanas estaría listo, «si se incumple de nuevo este paso, del diálogo se pasará a la acción irremediablemente».
fuente: lavozdigital
No hay comentarios:
Publicar un comentario