La urbanización de Teddy Bautista lleva ya cinco años sin pagar a su jardinero

Gonzalo Jiménez es jardinero y fue contratado en 1995 por una urbanización de lujo en la localidad madrileña de Boadilla del Monte en la que viven Teddy Bautista, entre otros. Sin embargo, este mes va a cumplir cinco años sin cobrar un duro de sus clientes vip pese a seguir acudiendo a su puesto de trabajo todos los días por recomendación de su abogado.


Hasta la Justicia ha dado la razón a este empleado de mantenimiento. De hecho, los Juzgados números 1 y 2 de Móstoles han condenado sucesivamente a los vecinos de la urbanización de Valdepastores. En total, 120.000 euros adeudan a este jardinero mientras espera a que se ejecuten dichas sentencias.

"Oficialmente sigo siendo el encargado de hacer chapuzas en la urbanización, porque la sociedad que creo la urbanización para contratarme no la disolvieron", afirma. Así, este jardinero añade que "no veo un duro desde noviembre de 2005, cuando me pagaron la última nómina. El Ayuntamiento se hizo cargo de estas calles y me olvidaron. Dejaron de pagarme de golpe. Aquí me dejaron, tirado como un animal".

Además de su grave situación, Gonzalo Jiménez está muy dolido con la actitud de estos famosos vecinos, entre los que se encuentran también Bárbara Rey, Miguel Ángel Rodríguez, el piloto Luis Moya o el golfista Miguel Ángel Martín. "Mucha de esta gente que vive aquí tiene muy poca vergüenza", dice triste mientras recuerda como antes le llamaban para hacer una u otra cosa e índica que "cuando ya no les he interesado, dejaron de pagarme. Es como si ya no existiera para ellos". En ese momento de la entrevista pasó un Audi A8 con chófer incluido, momento en el que este jardinero dijo: "mira, ya ni saluda...ése es el coche del Teddy Bautista".

Y es que el drama para llegar a fin de mes va creciendo día a día. "Yo sigo vinculado, nadie me ha dado el finiquito. No puedo ir al paro mientras no tengas el despido o la baja. Asó que sigo viniendo. Cojo el coche, me doy una vuelta a ver lo que está mal y llamo para que lo arreglen, porque si queda uno quieto se amarga".