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jueves, 14 de octubre de 2010

Anselmo Lorenzo: El abuelo del anarquismo español

Anselmo Lorenzo Asperilla nació el 21 de abril de 1841 en Toledo. Su familia era muy humilde, por lo que en 1852 manda a Anselmo a Madrid a trabajar en la cerería que un tío suyo regentaba en la capital de España. Pero la cerería no era el oficio que más entusiasmaba al joven Anselmo, con lo que rápidamente busca trabajo en una tipografía. Decisión que no será baladí en el futuro, ya que muchos de los fundadores de los primeros núcleos internacionalistas en España tienen ese oficio. Serán conocidos como la “aristocracia obrera” debido a que están más cerca del mundo de la cultura y de las noticias de actualidad. Pero no fue Anselmo un estudioso de academia, sino que se forjó en el autodidactismo, algo común en la clase obrera de la época.


Debido a ello va entrando en contacto con los grupos más avanzados de la política española. De esa manera se acerca al republicanismo federal, que en ese momento encabeza la figura de Francisco Pi i Margall. Fue quizá uno de los políticos mas destacados y preclaros de la historia española. Conocedor de idiomas, Pi i Margall es artífice de que en España se conozca la obra de Proudhon. Y fue precisamente Pi i Margal quien hizo ver a Anselmo Lorenzo que el republicanismo se quedaba estrecho y que era la concepción anarquista de la sociedad lo que abría esos horizontes con los que Lorenzo se sentía identificado. Anselmo Lorenzo frecuentaba el Fomento de las Artes, local donde toma contacto con otros personajes que fueron en las fechas inmediatas, fundadores del primer núcleo de la Internacional en España (Morago, Robau Donadeu, Enrique Simancas, Francisco Mora, etc.) España vivía por entonces momentos agitados. La monarquía borbónica representada en la figura de Isabel II sufría un lento pero inexorable proceso de descomposición. El pueblo pedía mayores libertades y oportunidades que la monarquía cercenaba. Un pueblo al que habían estado ahogando durante tiempo en guerras interiores (la Guerras Carlistas), en proyectos hacia el exterior y con una represión enorme cuando se producían movimientos de renovación. Tras varias intentonas, en septiembre de 1868 se produce un movimiento contra la monarquía isabelina, que provoca la caída de la monarquía borbónica.

Es el momento en que se comienzan a desarrollar las organizaciones obreras de la Asociación Internacional de los Trabajadores. En diciembre de 1868 llega a España el italiano Guiseppe Fanelli Rivera, miembro de la AIT y de la Alianza de la Democracia Socialista, bakuninista, que viene con el objetivo de constituir los primeros núcleos de la AIT en España. En Barcelona encuentra a Rafael Farga Pellicer y en Madrid, en el Fomento de las Artes a los personajes antes citados, entre ellos a Anselmo Lorenzo. Constituida la sección de la AIT en España, que responde al nombre de Federación de la Región Española (FRE), Anselmo Lorenzo es uno de los máximos defensores de la misma en la corriente bakuninista. Su figura se hace trascendental tanto dentro como fuera de las fronteras españolas. En la Conferencia de Londres de 1871, Anselmo Lorenzo va como delegado de la sección española, alojándose en la casa de Karl Marx, con quien debate el modo de organización de la AIT. Allí comprueba que la forma de entender la Internacional por los marxistas difiere de la de los bakuninistas.

La AIT en España avanzaba y superaba a las organizaciones conservadoras como la Unión Manufacturera de Barcelona o a la moderada de Las Tres Clases del Vapor. Como uno de los vehículos principales para extender la propaganda revolucionaria era la prensa, y Anselmo Lorenzo tenía conocimientos contrastados para este cometido, funda en 1870 el periódico Solidaridad, donde se defienden las concepciones anarquistas de la Sociedad. Promueve también la celebración del Primer Congreso Obrero en España, celebrado en Barcelona en junio de 1870 y al que Anselmo Lorenzo asiste como delegado de la sección de Madrid. Allí se revela que Anselmo Lorenzo, junto con Rafael Farga Pellicer y Tomás González Morago, son las cabezas más claras de todo el movimiento obrero internacional en España. Pero el avance de las ideas bakuninistas en España era algo que para Marx y Engels, al frente del Consejo General de la AIT en Londres, no se podía permitir. Por ello mandan como delegado a España al cuñado de Marx, Paul Lafargue, que actúa bajo el seudónimo de Pablo Farga.

En Madrid contacta con un pequeño grupo dentro de la sección, de tendencia marxista, y que tiene como figura más representativa a Pablo Iglesias. Aun así, el primer contacto de Lafargue es con Anselmo Lorenzo, al que conocía con anterioridad. Y es precisamente Anselmo Lorenzo quien le presenta a ese pequeño grupo que con posterioridad provocará la ruptura de la sección española de la AIT. En el Congreso de Zaragoza de 1872 se ven las dos posturas que hay dentro de la Internacional y la ruptura está servida. Lafargue acude como delegado a este congreso por la sección de Alcalá de Henares. Ese pequeño grupo marxista de Madrid constituye la Nueva Federación Madrileña alrededor del periódico La Emancipación, que rápidamente es aceptado por el Consejo General en Londres, en manos de Marx y Engels. En el Congreso de La Haya de 1872 la Internacional queda divida y la mayoría de la sección española pasa a engrosar las filas bakuninistas.

Ese pequeño grupo madrileño fiel a Marx será el que con posterioridad fundará el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1879 y la Unión General de Trabajadores (UGT) en 1888. Al poco de producirse la ruptura internacionalista se proclama en España la Primera República, que tiene una vida efímera, acosada por la Guerra Carlista, la sublevación cantonal, el asedio borbónico y los gritos de independencia de las colonias. Caída la República comienza una nueva etapa donde los internacionalistas son fuertemente perseguidos. Durante ese tiempo Anselmo Lorenzo realiza algunos viajes a Portugal, con el objetivo de desarrollar en el país luso los núcleos internacionalistas a semejanza de los españoles. Pero la vuelta de la monarquía borbónica en la figura de Alfonso XII, y la subida al poder de Canovas del Castillo, provoca una persecución contra los Internacionalistas. Sagasta llega a calificar la Internacional como la “utopía filosofal del crimen”. En el tiempo de la clandestinidad, Anselmo Lorenzo también funda una familia. Se une a Francisca Concha y producto de dicha unión nacen Mariana, Marina y Flora. Disperso en Internacionalismo de raíz ácrata, vuelve a intentar formar organización cuando en 1881 funda la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE).

La mecha nunca se durmió. Anselmo Lorenzo participa de todas las iniciativas de organización obrera, así como de propuestas de periódicos como El Socialismo, impulsado por el gaditano Fermín Salvochea. Pero también es un momento difícil para el movimiento anarquista. La dispersión hace que se ejecuten acciones individuales que son pretexto para las autoridades para reprimir al conjunto del movimiento anarquista. Esto, junto a montajes estatales como el de la Mano Negra, hace que Anselmo Lorenzo esté mas de una vez en prisión, en un momento donde su salud ya está fuertemente quebrantada. Alojado en Barcelona impulsa el movimiento obrero en Cataluña. Merced a la oleada de atentados en Barcelona, la enorme conflictividad social y el asesinato de Cánovas del Castillo en agosto de 1897 por el anarquista italiano Michelle Angiolillo, hace desatar una oleada represiva que culmina con los famosos “Procesos de Montjuïc”, donde Anselmo Lorenzo, muy enfermo de una dolencia cardiaca acaba en la cárcel y sufriendo las mayores penalidades. Allí se junta la flor y nata del anarquismo español. Junto a él coinciden en la cárcel Tarrida de Mármol, Teresa Claramunt, Juan Montseny, Pedro Corominas, José López Montenegro, etc. Desterrado a París, Anselmo Lorenzo siguió allí, con su salud muy deteriorada, trabajando por la propaganda y la cultura anarquista. Toma contacto con Charles Albert, Jean Grave, Sebastián Faure. También debate con los socialistas mas prestigiosos de Francia, como Jean Jaurés.

Concedida amnistía comenzando el siglo XX, Anselmo Lorenzo vuelve a España y comienza una frenética labor en su producción intelectual, tanto a través de libros como de folletos y artículos en la prensa anarquista. Se posiciona a través de La Huelga General y de Tierra y Libertad (fundado por Juan Montseny) a favor la oleada huelguística de 1900-1902. Igualmente es el momento en el que traba relación con el pedagogo libertario Francisco Ferrer Guardia, al que conoció en París. Ferrer tenía un proyecto educativo con el que Anselmo Lorenzo estaba completamente de acuerdo. Así, en septiembre de 1901 Ferrer funda en Barcelona “La Escuela Moderna”, en cuya editorial colabora Anselmo Lorenzo, ya sea a través de artículos de su boletín, o en las traducciones de textos para la editorial de autores anarquistas como Reclús (tradujo su gran El hombre y la Tierra), Pedro Kropotkin, Pouget, etc. Todo esto no le evita que vuelva a ir a la cárcel por cuestiones de conflictividad social en Cataluña. También merced a la infiltración policial en las filas anarquistas, como fue el caso de Rull.

En 1906 la Escuela Moderna es clausurada al vincular a Ferrer con el atentado que Mateo Morral ha perpetrado contra el cortejo nupcial de Alfonso XIII y Maria Eugenia de Battenberg el día de su boda. Aunque se demostró sobradamente la inocencia de Ferrer, la Escuela Moderna no fue abierta nuevamente. Aun así la editorial siguió adelante y con ella Anselmo Lorenzo. Tras el juicio por el intento de regicidio frustrado, el enemigo a batir por el Estado y la Iglesia era Ferrer. Y aprovechó la llamada Semana Trágica de Barcelona en julio de 1909 para inculparle de todos los males y llevarle al paredón en octubre de ese año. Por los acontecimientos de julio de 1909 Anselmo Lorenzo es detenido, junto a otros integrantes del equipo de la Escuela Moderna. Por todo ello Lorenzo es desterrado primero a Alcañiz y luego a Teruel, junto a la compañera sentimental de Ferrer, Soledad Villafranca. Pero su deteriorada salud no le impidió seguir en su puesto histórico. El sucesor de Ferrer, Lorenzo Portet, siguió confiando en Anselmo Lorenzo. Su labor intelectual no falló.

Al igual que su contribución al desarrollo del sindicalismo. En octubre de 1910 asiste al nacimiento de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), y con ello al nacimiento del movimiento sindical más dinámico y fuerte de España y Europa. En ese congreso Anselmo Lorenzo se dirigió a los asistentes con las siguiente palabras: “Ante vosotros el libro blanco de la historia presenta una página en blanco. Preparaos a rellenarla, futuros” Fue uno de los últimos actos del “abuelo” del anarquismo. Tras ello la enfermedad le fue minando más y más, hasta que el 30 de octubre de 1914 moría en su domicilio de la calle Casanovas. Con él desaparecía una primera generación de hombres de lucha, de anarquistas, de dinamizadores del movimiento obrero. Pero su trabajo no cayó en saco roto. Sus luchas fueron ejemplo para que las posteriores generaciones de luchadores tuvieran una base y unos cimientos en los que asentar sus cometidos. Para ello Anselmo Lorenzo dejó una amplia gama de obras de toda índole. Sin contar sus innumerables artículos, Anselmo Lorenzo es autor de uno de los libros más importantes para conocer la historia del internacionalismo español. El proletariado militante pasa por ser la gran obra de los orígenes del movimiento obrero, escrita por uno de los participantes de la misma, y por tanto escrita por obreros. Inicia así una saga de escritores que continuará Manuel Buenacasa y Juan Gómez Casas. Pero es autor de otros textos como El banquete de la vida, Criterio libertario, Hacia la emancipación, El pueblo, Igualdad, libertad y fraternidad, Generalidades sociales, Fuera política, El derecho a la salud, El trabajador libre, Vía libre, etc. Esta es la vida de Anselmo Lorenzo. Esta es su obra. Y con ella todos sus cometidos.

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