El tráfico ferroviario en Francia se ve afectado este lunes por la anulación de aproximadamente la mitad de los trenes previstos, mientras que las refinerías continúan bloqueadas por el movimiento de protesta contra la reforma de las pensiones.
Los movimientos sindicales de bloqueo de las refinerías, que comenzaron el pasado viernes, continúan pese a las advertencias del Gobierno de que las abrirán aunque sea por la fuerza.
Las diez centrales del país continúan con problemas mientras un buen número de gasolineras empiezan a sentir los efectos de la escasez de combustible.
El primer ministro, François Fillon, advirtió anoche de que no aceptaría la parálisis del país con movimientos sindicales. El ministro del Interior asegura que "las fuezas del orden intervendrán para garantizar que aquellos que quieran ir a trabajar puedan hacerlo".
La huelga ha obligado a suspender o modificar los servicios ferroviarios que unen Barcelona con Francia, con Italia y Suiza, como ya ocurrió la semana pasada. Durante la jornada de hoy se han suspendido los "trenhoteles" entre la capital catalana y París, así como el Milán-Barcelona, si bien este último dispondrá de un servicio alternativo de autobús que unirá las dos ciudades.
Los sindicatos cuentan con endurecer del movimiento de protesta para ganar el pulso social al Gobierno y obtener una renegociación al sistema de pensiones, incluso una vez el Senado lo apruebe - como está previsto - el próximo miércoles.
Con las refinerías paralizadas, los piquetes se centrarán en bloquean los depósitos de combustible apoyados, en algunos casos, por los camioneros para hacer mas evidente la escasez de las gasolineras.
Se trata crear un ambiente propicio para que la jornada de huelgas de mañana martes sea un éxito.
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