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Mario Sepúlveda, el segundo de los mineros rescatados en Chile y que ha ejercido de portavoz en los vídeos hechos públicos del encierro de los 33 mineros, pidió respeto a sus compatriotas y a los medios.
"Yo les quisiera pedir que no nos traten como artistas", ha dicho Sepúlveda desde la carpa médica en la que fue atendido.
En una rueda de prensa en la que se le vio acompañado de su familia, y con los ojos cubiertos por unos lentes especiales, Sepúlveda manifestó su agradecimiento a todos los que contribuyeron a su rescate, y dijo estar "muy orgulloso de las empresas" que han hecho posible su vuelta a la vida.
No obstante, pidió que no le arranquen de su raíz: "Quiero que me sigan tratando como un trabajador, como un minero. Nací para morir amarradito al yugo", dijo el minero, de 39 años, que ejerció en el pasado de electricista y líder sindical.
"Estoy contento, la verdad estoy muy emocionado de estar acá arriba", comentó Sepúlveda, quien precisó que ha enterrado 40 años de su vida para iniciar una nueva etapa.
"Nos devolvieron la vida. Es increíble que a 700 metros, sin vernos frente a frente, nos recuperaron", agregó el minero Sepúlveda. Se mostró "muy orgulloso" del Gobierno y de los trabajadores de la mina y afirmó que el presidente "se merece estar donde está por el esfuerzo"
Precisamente Sepúlveda fue el más extrovertido de los mineros rescatados hasta el momento. Tras abandonar la cápsula Fénix 2 le desbordó la euforia y pronunció gritos en favor de Chile y de los mineros. El minero mostró que no ha perdido el sentido del humor: "¿Le trajeron silla de ruedas?", preguntó a su mujer, en alusión a la noche que les aguardaba. Los enfermeros lograron que se calmara para someterlo a un examen médico.
"Deben cambiar las condiciones laborales"
No obstante, el minero fue muy crítico con la situación del sector, que ha hecho posible un drama como el que aún continúa.
"Nadie debe olvidar que esta experiencia debe servir para que los dirigentes de nuestro país cambien y mejoren las relaciones laborales", expresó.
Con esta frase, el minero Mario Sepúlveda sonrojó a su salida de la mina tanto al presidente de Chile como a las autoridades del país para reclamar mejoras en las condiciones de trabajo, no sólo de los mineros que trabajan en todo el país, sino para optimizar las relaciones laborales de miles de chilenos que en algunos casos realizan jornadas superiores a las 60 horas semanales.
"Deben respetarnos porque somos personas y muchas condiciones de trabajo de otros compañeros en otros sectores de la industria padecen y sufren largas jornadas con salarios muy bajos y esto debe cambiar. Espero que lo que hemos sufrido sirva para mejorar y para que Chile reflexione sobre las personas que levantan el país", puntualizó Sepúlveda.
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