Conozco este seguro privado porque mi hijo y sus hijos lo tienen contratado desde hace tiempo. Y, a decir verdad en todo momento los han atendido cuando lo han solicitado. Pero ha ocurrido una excepción. Y es esta la que motiva mi carta:
Un mes antes de nacer, mi hijo contrató este seguro para el niño que esperaban. He de decir que durante el embarazo mi nuera ha sido atendida en SANITAS.
Mi nieto nació precioso, sano y robusto, y no es porque lo diga yo, que soy su abuela. Como no comía bien y tenía moquito lo llevaron al pediatra. Tengo que decir que lo atendió correctamente. Pero en la segunda ocasión, al salir de la consulta, nos dijeron que dejáramos de llevarlo allí. Por qué motivo, preguntamos
La razón que nos dijeron es que SANITAS no cubre la atención a las personas como mi nieto. Y no lo hace porque al tener síndrome de Down prevén que atenderlo no les va a reportar beneficios.
Les hablo desde aquí por no formar un escándalo y decirles en persona todo lo que pienso. Siento rabia y mucha pena. Y tengo estos sentimientos por la existencia de personas capaces de rechazarle a él y a otros como él.
No estamos dispuestos a permitir que estas personas sean discriminadas. Por ello quiero hacerles saber que hay quienes convierten la salud en un negocio, un balance de ganancias para un consejo de administración.
Desde aquí quiero denunciar el vacío ético, la inhumanidad y la ausencia de sensibilidad de que mi nieto ha sido objeto por parte de SANITAS.
Mi nieto es especial, que no distinto. Y como todos nosotros es un ser digno y sujeto de derecho. Tengo la fuerza que me dan los años y el cariño por mi nieto.
Esta carta es sólo un paso en el camino de una lucha contra la desvergüenza de la discriminación. Y me he puesto a escribirla porque confío en que algunos de ustedes que la lean también la sientan suya.
Muchas gracias
Angela González Ramiro, de Cádiz
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