Hasta ocho ordenadores portátiles de última generación fueron robados durante las pasadas vacaciones navideñas de las dependencias de la Cámara de Cuentas, el órgano fiscalizador que sigue dirigiendo Rafael Navas en su condición de consejero mayor, cargo pendiente de renovación desde hace más de un año.
Según han confirmado fuentes de la Cámara a este diario, la desaparición de los equipos informáticos ya ha sido denunciada ante la Policía Nacional por la secretaria general técnica del organismo, Milagros Carrero, una vez confirmado que ningún trabajador tenía pendiente de devolver computadora alguna.
Las fuentes consultadas precisaron que todo apunta a que el hurto debió de producirse "en dos o tres fases". Ninguna puerta o armario fueron forzados. Por ello, en las últimas semanas se ha reclamado a los servicios de seguridad del edificio que extremen la vigilancia durante las entradas y salidas que se producen la sede.
Los ordenadores robados eran utilizados habitualmente en los trabajos de evalución de los técnicos y auditores. Sin embargo, desde la Cámara se resta importancia a este fallo en la seguridad de su sede, enfatizándose que la información de esos portátiles "queda depositada en el servidor" en la institución, aparte de tener una doble clave de acceso -una para iniciar el equipo y otra para entrar en la intranet-, con lo que no habría prácticamente riesgo de que un tercero pueda revisar los trabajos de fiscalización y darle cualquier uso indebido.
Este robo vuelve a poner en el disparadero a la Cámara de Cuentas, azotada por el escándalo destapado semanas atrás por EL MUNDO de las indemnizaciones por supuestos gastos de representanción que no se tienen que justificar con facturas y que, desde 2004, se vienen repartiendo los miembros del pleno (consejeros y secretaria general técnica) a modo de sobresueldos.
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