Este dirigente sindical -elevado a los altares por algunos medios de comunicación- deja tras de sí dos mil puestos de trabajo suprimidos, la reducción de las vacaciones de verano en una semana, la movilidad más absoluta, los más altos ritmos de trabajo de toda la historia de Ford, la pérdida de derechos para los eventuales y la puerta abierta para la eliminación del servicio de comedores
La noticia de la marcha de Gonzalo Pino, eterno secretario de UGT-Ford, no supone ninguna sorpresa para la plantilla de Almussafes, ya que desde hace meses se sabía que un nuevo cargo (de mayor rango y bien retribuido) le esperaba en la ejecutiva del sindicato.
Pero a pesar de su salida de la empresa a la que tan buenos servicios le ha prestado, no dejará la lista de empleados sin ese famoso apellido, puesto que una media docena de familiares directos o políticos del citado sindicalista ha ido entrando en los últimos años en la compañía. Ni que decir tiene, que estos afortunados están pasando a fijos sin ningún problema, mientras que otros eventuales –sin apellidos tan ilustres- han tenido que dar el “perfil” impuesto en el convenio o se han visto en la calle.
Es evidente que quienes tantas alabanzas vierten sobre el antiguo secretario general de UGT-Ford no conocen tan bien la realidad interna de la fábrica como quienes llevamos allí casi 35 años. Si fuera así, estos profesionales recordarían que la UGT no representó nada en Ford hasta que la dirección despidió a todos los activistas de la Coordinadora de Delegados, que había arrancado el mejor convenio de todos los negociados en Ford (esto era en el año 1977). Eliminados los mejores luchadores de la empresa, la dirección buscó un sindicato que fuera más dócil en la negociación… ¡y sin duda lo encontró!Respecto a lo que todavía se dice del acuerdo firmado entre Fleming y Pino (que se ha mantenido en secreto durante dos años, incluso para los afiliados de UGT) hay que volver a recordar que gracias a él la empresa va a suprimir otros 1.300 empleos, se van a reducir las vacaciones de verano, se elimina el plan de previsión para la jubilación para los nuevos empleados, se condena a los eventuales a estar cinco años cobrando dos grados salariales menos por hacer el mismo trabajo que un fijo, y se deja firmado que cuando la empresa ponga el tercer turno los comedores pueden ser eliminados.
Ese es el gran héroe, el sindicalista hábil y todo lo que se quiera decir. Pero los trabajadores nunca olvidarán que han perdido gran parte de sus derechos y se han visto implicados en innumerables expedientes (mientras la empresa reconocía beneficios) “gracias” a la firma de Pino y sus colaboradores.
Por último, también queremos recordar que si la UGT ostenta la mayoría absoluta, tanto en delegados sindicales como en afiliación, esto se debe a que desde hace años la empresa obliga –con las maniobras más sutiles y vergonzosas- a los trabajadores a coger el carnet de este sindicato para poder ascender de categoría o conseguir un contrato de trabajo. Esa es la cruda realidad que se vive en Ford y que nadie de fuera quiere ver.
Kaosenlared
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