Hace aproximadamente quince días, el día 14 de enero, se abrió un comedor social impulsado por una asociación de voluntarios de la localidad almeriense de Roquetas de Mar. Pero la UGT denunció el comedor ante la Guardia Civil porque según su secretario general en Almería, José Ginel, el comedor estaba instalado en los antiguos locales de la Cámara Agraria sin permisos ni autorización y que tales locales eran propiedad de Patrimonio Sindical procedente del franquismo, y que, por ello, es propiedad de los sindicatos. Tras la denuncia de UGT, se cerró el comedor social según cuenta La Voz de Almería.
Cuando conocieron la apertura del comedor, el mando de UGT ha contado que acudieron al edificio para comprobar el funcionamiento del comedor, tras lo cual interpusieron la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil y solicitaron la intervención de la Subdelegación del Gobierno. "No podemos permitir que alguien esté en un edificio que es de nuestra propiedad", ha asegurado tras confirmar que se han cambiado las cerraduras para evitar que vuelva a ocurrir. "Lo único que estamos haciendo es defender un espacio que es nuestro".
El impulsor del proyecto, Andrés Navarro, se ha defendido recordando que la parte en la que instaló el comedor no estaba siendo usada, ya que los sindicatos tienen sus oficinas en la primera planta del edificio, donde también se dan clases de español por parte del Ayuntamiento, pero el comedor se ubicó en la planta baja cuyo único uso es ser sala de votaciones en cada cita electoral. "¿Qué les molestaba?¿El olor de las cocinas o compartir el espacio con personas hambrientas?", se preguntaba ayer Navarro criticando la actitud de los sindicatos, "legalmente puede que tengan razón, pero moralmente no".
Andrés Navarro considera poco solidaria la actitud de los sindicatos. Con su denuncia "han dejado sin comer diariamente a cerca de cuarenta personas sin recursos". Ayer mantuvo un encuentro con el alcalde de Roquetas, el popular Gabriel Amat, para tratar esta cuestión y ver la posibilidad de disponer de otros locales para seguir continuando con la labor que inició junto a un grupo de voluntarios, la mayoría jubilados. "Sólo pedía 90 días, un margen para que pudiéramos encontrar un sitio más definitivo", se lamentaba.
Desde UGT se consideraba ayer positiva la idea de crear un comedor social pero "estos no son los caminos ni los pasos adecuados", dijo su secretario general, para el que "lo que tiene que hacer el alcalde es facilitarle un espacio correcto".
Lo cierto es que hace tiempo que se viene estudiando el nacimiento de un comedor social en Roquetas, sobre todo ante los problemas por los que están pasando numerosas familias, andaluzas o migrantes. Navarro explicaba que estos días de funcionamiento ha podido conocer el caso de inmigrantes que incluso se turnan en las casas para comer unos días unos y otros días otros, porque no hay para todos.
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