La Acción Directa
Estos son los procedimientos o medios que
la C.N.T. pone en practica cotidianamente para reafirmar los principios que la
animan y crear las condiciones que facilitarán en su día el logro de las
finalidades. En este punto la C.N.T. y el Anarcosindicalismo se juegan toda su
credibilidad ante los trabajadores, y por ende las posibilidades ulteriores de
un crecimiento que le permita extenderse a todos los sectores como alternativa
revolucionaria decisiva.
Afirmamos que el problema de los fines y
los medios constituye hoy el punto clave con el que se enfrenta, genéricamente
hablando, el socialismo. Dentro de este campo solo ganarán la credibilidad
final del pueblo aquellos sectores que presenten una coherencia total entre los
fines propuestos y los medios puestos en juego para lograrlos. Esto quiere
decir que los medios o tácticas o prácticas utilizadas, nunca deberán entrar en
contradicción con los principios y finalidades, so pena de invalidar a estos
últimos por completo. El testimonio histórico es claro: los que trataron de
hacer compatible el logro de la sociedad sin Estado y sin Clases con la
conquista revolucionaria del poder político y la creación de un Estado
provisional o transitorio derivaron finalmente hacia el Estado totalitario que
hoy oprime a estos pueblos y silencia y tortura a los disidentes. Por otra
parte, los que, reclamándose de iguales principios y fines, pusieron toda su
confianza en la conquista de ese mismo poder político mediante el voto popular,
acabaron siendo absorbidos por la democracia burguesa, de la que se
constituyeron en fieles administradores. De este modo las aspiraciones
revolucionarias de la clase trabajadora han sufrido un evidente revés. Los
trabajadores han perdido en gran parte sus objetivos como consecuencia de las
manipulaciones de partidos y sindicatos que, en la mayoría de los casos, apuntan
a un reformismo corporativista, que lleva a la perduración indefinida del
sistema de explotación que padecemos.
La C.N.T., el anarcosindicalismo, lucha,
para, por una parte, no ser asimilado por el sistema y, por otra obtener nuevas
vías de penetración que permitan acercamos a la revolución y al tipo de
sociedad futura a la que aspiramos.
La C.N.T. debe conseguir a través de sus
tácticas entiéndase sus medios o prácticas, acercarse cada día más a los fines
propuestos por lenta que esta aproximación pueda parecer. Para ello debemos
evitar el tipo de contradicciones sufridas por otras organizaciones llamadas
revolucionarias, si queremos preservar nuestra identidad.
El anarcosindicalismo, sin embargo,
precisa hoy de una evolución imaginativa y combativa, si pretendemos
enfrentarnos a la fuerte oposición que ejerce en la actualidad el sistema en
todos los órdenes de nuestra vida tanto en el aspecto laboral como social y
cultural. Sin este esfuerzo, en todos y cada uno de los puntos en que somos
explotados y oprimidos, nuestras pretensiones revolucionarias quedarán
inevitablemente ahogadas. Nuestras tácticas o medios se resumen en lo que
llamamos acción directa. Esta deriva naturalmente de los análisis realizados al
definir los principios y finalidades y las nociones de anticapitalismo,
antiestatismo y federalismo En realidad, la acción directa, que a ojos del
observador superficial puede parecer como acción violenta y desnuda, es otra
cosa muy distinta, aunque asuma o pueda asumir llegado el momento, la violencia
revolucionaria. Se trata de una metodología que resume la visión global del
mundo que profesan los/as anarcosindicalistas y en la que se funden
armoniosamente los planteamientos teóricos con la acción práctica encaminada a
realizarlos, sin fracturas ni contradicciones.
La acción directa es la única asumible por
nuestra militancia y viene prefigurada en todas las aspiraciones enunciadas. La
visión antiautoritaria de la historia, la nueva ética de la responsabilidad
personal e intransferible, el carácter soberano que adscribimos a la persona
humana para determinar su destino, nos lleva a rechazar cualquier forma de
mediación o de renuncia de la libertad y de la iniciativa individual y
colectiva en segundos o terceros, no importa quiénes sean dejando en sus manos
TODO el poder de decisión. ESTA RENUNCIA ES EL HECHO CLAVE, la pendiente por la
que se deslizan hacia su ruina las diversas escuelas del socialismo que exigen
la dependencia del ciudadano. Pero queremos dejar bien sentado que la acción
directa no presupone la acción individual y aislada de la persona, sino la
actuación colectiva y solidaria de todos los trabajadores y trabajadoras para
resolver sus problemas en el momento histórico que vivimos, frente a los
individuos que detentan el poder o sus intermediarios. Y será ese colectivo de
trabajadores el encargado en todo momento de arbitrar los medios para aplicar
esa acción directa del modo que el conjunto o asamblea considere más oportuno
en cada caso, siempre que no se vaya contra la esencia misma de la C.N.T. La
defensa de los trabajadores es un derecho y un deber ineludible para lo cual
pueden utilizarse métodos variados y que van desde el label, censura sindical,
trabajo lento, boicot... hasta la huelga de solidaridad y la huelga general
revolucionaria.
Esta acción directa en definitiva nos lleva a rechazar parlamentos,
elecciones parlamentarias y referendos, instituciones todas que son la clave de
la intermediación. En el terreno económico reivindicativo y por las mismas
razones, rechazamos todo tipo de entidades arbitrales entre el capital y el
trabajo, como jurados mixtos comisiones de arbitraje etc. manifestándonos en
favor de la confrontación libre y directa del capital y el trabajo. Es por todo
lo dicho, en suma, por lo que rechazamos el Estado en todas sus formas.
CNT-AIT
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