ISAAC PUENTE, MÉDICO ANARQUISTA
Trabajo publicado en la
revista “Muga”, Nº 5, abril 1980, realizado por Mikel Peciña.
Isaac Puente suele ser mencionado
en casi todas las historias que tratan del anarquismo y de la guerra civil: Se
le considera como a uno de los autores anarquistas más influyentes durante los
años de la Segunda
República a causa de su conocido folleto “El comunismo
libertario”, que inspiró la resolución final del congreso de Zaragoza de la CNT en mayo de 1936. En
algunos casos se señala que Puente era de Vitoria, su condición de doctor o
médico, su participación en Zaragoza en tanto que miembro del comité
revolucionario de la CNT
en la insurrección de diciembre de 1933 y su fusilamiento en los primeros días
del alzamiento militar(1).
Poco más o menos ésta es la
información que puede obtenerse en los libros. Tratándose del hombre que Gómez
Casas en su “Historia de la FAI ”
califica de teórico por antonomasia del comunismo libertario, estos datos se
nos antojan muy pocos. Pero por extraña que parezca una tal concisión, y a
pesar de los avances historiográficos de los últimos años, aún son
insuficientemente conocidas las biografías de figuras relevantes. Isaac Puente
tiene, además de la dimensión del intelectual del anarquismo español, la más
humilde, pero no menos importante, de médico y militante en tierras alavesas.
De aquí el interés que, creemos, encierran estas líneas para la historia del
anarquismo en el País Vasco.
Isaac Puente (1896 -
1936). Datos biográficos
Isaac Puente Amestoy nació el 3 de
junio de 1896 en Las Carreras (municipio de Abanto y Ciérvana), en el seno de
una familia carlista. El padre Lucas Puente García, montañés, nativo de
Bustasur, pueblo próximo a Reinosa, fue oficial en el Ejército de don Carlos y
hubo de pasar la frontera en 1876 como consecuencia de la derrota; la madre,
Josefa Amestoy Hermoso de Mendoza, era natural de Lanciego (Rioja Alavesa). En
1911 los Puente se afincaron en Vitoria, donde primero Lucas, el padre, y luego
el hijo mayor, Federico, ejercieron de farmacéuticos.
Isaac Puente cursó en el colegio
de los Jesuitas de Orduña los cuatro primeros años del bachillerato como alumno
externo, hospedándose en casa de su padrino, el notario Isaac Uriarte. Los dos
últimos años de bachiller los hizo en el Instituto de Vitoria. En 1913 - 1914
preparó primero de Medicina en Santiago de Compostela; los cursos siguientes en
Valladolid, donde acabó la carrera en 1918. Llamado al servicio militar, fue
licenciado anticipadamente. Comenzó a ejercer de médico en Cirueña (Logroño),
pero, al poco tiempo, en enero de 1919, obtuvo la plaza de médico titular del
partido de Maestu, en Alava. Desde 1919 hasta su muerte, en 1936, ejercerá de
médico rural en Maestu y los veinte pueblos de su comarca. El 12 de mayo de
1919 Isaac Puente casó con Luisa García de Andoin; del matrimonio nacieron dos
hijas, Emeria y Araceli.
Tras esta enumeración de datos
biográficos convencionales nos ocuparemos de la actividad militante y política
de Puente.
El anarquismo en Vitoria
Vitoria, la levítica ciudad de “El
cura de Monleón” de Pío Baroja, no parece ser medio propicio al desarrollo del
ideal anarquista. No obstante, a pesar del tópico que hacia de la capital de
Alava una ciudad clerical y militar, puede detectarse en su pasado la presencia
del anarquismo. En “El proletariado militante”, Anselmo Lorenzo cuenta que en
1870, poco antes de la proclamación de la Primera República ,
residió dos meses en Vitoria, en casa de Manuel Cano, y que durante su
estancia, con un grupo de obreros a los que explicó los fines revolucionarios
de la Internacional ,
creó una Sección Varia. Cuatro decenios después, entre las sociedades adheridas
al constituirse la CNT
en el congreso del Palacio de Bellas Artes de octubre de 1910, figura un
“sindicato de pintores y decoradores” de Vitoria. En estos primeros años de la CNT son típicas las
confrontaciones entre oradores socialistas y anarquistas. Por Vitoria, con
ocasión de estas controversias, pasaron entre otros: Ovejero y el Noi del
Sucre, de Francisco y Tomás Herreros.
El 1º de marzo de 1920, depositado
el reglamento en el Gobierno Civil, el Sindicato Unico de Vitoria abre sus
puertas en la calle Zapatería nº 47.
A la reunión constitutiva asistieron Juan Aranguren,
secretario, Alfredo Donnay, Juan Murga, Daniel Orille, Vera y otros. Entre 1920
y 1923, artesanos (carpinteros, ebanistas) y obreros (de la Metalúrgica Ajuria ,
de la Azucarera ,
en esta última trabajó Francisco Ascaso) empiezan a nutrir los afiliados del
Sindicato Unico en detrimento de la
UGT y de la
Casa Social Católica. Manuel Buenacasa, en “El movimiento
obrero español.1886 - 1926” ,
da la cifra de 2000 sindicados. Es en este contexto de auge de la CNT cuando los anarco -
sindicalistas vitorianos entablan contacto con Isaac Puente.
Probablemente el interés de Puente
por el anarquismo nace del encuentro con Alfredo Donnay y Daniel Orille.
Alfredo Donnay era militante conocido por su afición a la poesía, siendo muy
celebrada en “Solidaridad Obrera” de Bilbao su rúbrica “Lacras Sociales”. De
enero de 1921 a
febrero de 1922 trabajó en la fábrica de muebles de Sixto Arrieta en Vírgala
Mayor, pueblo vecino a Maestu. La mujer de Donnay, aquejada de artritis, fue
atendida por Puente y esta circunstancia facilitó el trato entre poeta y
médico. En cuanto a Daniel Orille, joven obrero metalúrgico, reproduciremos su
testimonio:
“Conocí a Puente durante la
construcción del ferrocarril Vitoria - Estella. Era un domingo; junto con otro
compañero nos dirigimos a pie desde Vitoria a Maestu para organizar a los
obreros de la línea y cobrar las cotizaciones de los ya organizados. En el
camino encontramos un cazador al que preguntamos por el pueblo; dijo que iba en
la misma dirección y nos acompañó....Poco después vimos a Puente que nos
condujo a una taberna donde se reunían los obreros de la línea; después de
ponerles los sellos a los carnets y llevar algo de propaganda, Puente nos
invitó a su domicilio, y allí expusimos que éramos de la CNT y que teníamos un
Sindicato Unico en Vitoria. Su despedida fue diciéndonos: “El miércoles iré a
visitaros”. Y así fue; aquel miércoles se presentó en el local de la calle
Zapatería sembrando el terror pues, a causa del sombrero, le creyeron un
policía...”(2).
La construcción del ferrocarril
Vitoria - Estella se inicia en agosto de 1920; Daniel Orille debió efectuar su
excursión de propaganda a Maestu en el otoño de 1921 o de 1922. En 1923 Isaac
Puente escribe ya en revistas anarquistas; por consiguiente, cabe suponer dio
los primeros pasos en el anarquismo, estimulado por el encuentro con los
cenetistas de Vitoria, dos años antes de implantarse la Dictadura de Primo de
Rivera. Con anterioridad a 1921 - 1922 no parece que Puente hubiera militado en
otras organizaciones, aunque no fuera insensible a la problemática social.
Luisa García de Andoin, la viuda de Puente, recuerda que su marido, estudiante
en Valladolid, fue admirador de Oscar Pérez Solís, socialista por entonces, a
quien debió oír en algún mitin.
Isaac Puente, médico:
Neomalthusianismo, Eugenia y Naturismo
Isaac Puente, médico anarquista,
no es un caso único. Viñas, el amigo de Kropotkin, Pedro Vallina, el discípulo
de Salvochea que protagonizó un atentado contra Alfonso XIII en París, el
doctor Queralto, el naturista José Martínez fueron médicos anarquistas. En
cierta medida Puente no hace más que continuar la tradición anterior en pro de
la divulgación científica, a la par que profundiza en la reflexión sobre la
medicina y el papel social del médico con publicaciones, conferencias y hasta
con un programa que elaboró en junio de 1931. Si tenemos en cuenta que, durante
la guerra civil, tanto en Cataluña como en el Gobierno central la cartera de
Sanidad, Ministerio inexistente hasta entonces, estuvo regentada por
anarquistas, puede revestir interés el estudiar las ideas y la acción del
médico de Maestu.
Si bien en el ejercicio
profesional Puente se limitó a su actividad de médico rural y a la consulta de
obreros de la
Metalúrgica Ajuria , sus publicaciones y tomas de posición le
dieron pronto alguna notoriedad. Los artículos de tipo médico no destinados al
público aparecieron en “La
Medicina Ibera ”, “La Medicina Argentina ”,
“La Revista
de Medicina de Alava” y “Alava Médico - Farmacéutica”. Pero Puente se hizo
conocer, sobre todo, con las colaboraciones en “Generación Consciente” y
“Estudios”, en cuyas páginas desde 1923 publicaba sendos artículos, uno firmado
con su nombre y el otro con el seudónimo “un médico rural”.
“Generación Consciente” era una
revista anarquista de inspiración neomalthusiana y eugenista. El
neomalthusianismo, doctrina extendida en los medios libertarios, tuvo su más
caracterizado representante en el francés Paul Robin, fundador de la Liga de la Regeneración Humana.
El punto de partida es la famosa ley de Malthus, según la cual la población
crece en progresión geométrica mientras que las subsistencias sólo lo hacen en
progresión aritmética, pero para Robin la solución al problema no estriba en la
castidad, sino en el control de la natalidad.
Doctrina complementaria del
neomalhusianismo es el eugenismo, cuya paternidad se debe a Galton, médico
inglés que estudió la herencia biológica en el hombre y que propugnó la
selección consciente a fin de combatir la miseria fisiológica. Durante los años
de la Dictadura
y de la República
el eugenismo alcanzó extraordinaria difusión. Médicos famosos como Gregorio
Marañón, César Juarros, Nicolás Amador y Luis Huerta defendían el eugenismo. En
los medios feministas la eugenista de más renombre fue Hildegart; también
merece ser citada la maestra Antonia Maymón, colaboradora de “Generación
Consciente” y una de las fundadoras de la FAI. “Generación Consciente” y “Estudios” son
buen exponente del ideal eugénico de culto a la salud y a la belleza, de
preocupación por la sanidad y la higiene, de denuncia constante por medio de
poemas, obras de teatro, folletos, etc., del alcohol y del binomio prostitución
- sífilis, principales causas de degeneración.
El tema sexual es otro de los
aspectos que conviene subrayar a propósito de “Generación Consciente” y
“Estudios”. En efecto, cualquier lector de estas revistas podía leer los
anuncios para consulta gratuita sobre cuestiones sexuales. Este consultorio
sexológico, la mayor parte de las veces, se efectuaba por correspondencia
dirigida al doctor Puente a Maestu o a Vírgala Mayor, los pueblos donde
residió. Félix Martí Ibáñez (1913 - 1974), más joven que Isaac Puente, tomó el
relevo en las páginas de “Estudios” con su Consultorio Psíquico - Sexual en
enero de 1936. La obra de Martí Ibáñez nos es conocida hoy gracias a la
antología de Ignacio Vidal en la colección Acracia de Tusquets Editor. Sin
embargo, la labor pionera de Puente permanece en la sombra. Y esto a pesar de
que tanto Ignacio Vidal en la selección del Consultorio Psíquico - Sexual como
Mary Nash en la del grupo “Mujeres Libres” (Tusquets Editor 1975), al referirse
al problema de la mujer durante la Segunda República , colocan en la vanguardia el
programa de la revista “Estudios” que firmaba “un médico rural”. Tal vez no
esté de más el reproducir dicho programa:
“... Educación sexual; abolición
de la prostitución; lucha antivenérea; difundir los medios de prevenir las
enfermedades venéreas; matrimonio en compañía; divorcio; libertad sexual de la
mujer; control de natalidad; desintoxicación religiosa del sexo.” (“Estudios”,
junio de 1931).
Este programa, que incluso hoy día
puede parecer utópico, fue suscrito parcial o totalmente por buena parte de los
intelectuales progresistas del periodo republicano. Así, con anterioridad a
1931, “Generación Consciente”, que si bien era anarquista se autotitulaba
ecléctica, insertaba las conferencias de Marañon sobre educación sexual,
artículos de Margarita Nelken sobre maternología y puericultura o las
intervenciones a favor del aborto del penalista Luis Jiménez de Asúa (por
ejemplo, la ponencia que presentó en el III Congreso Panamericano de Ciencias
celebrado en Lima en 1925). El decreto de diciembre de 1936 por el que se
legalizaba el aborto en Cataluña no fue un mero accidente revolucionario,
puesto que años antes hubo médicos y juristas que abogaron por su implantación.
De los folletos de Isaac Puente
relacionados con el tema sexual, mencionaremos “Divulgación de la Embriología ” (1925),
“Ventajas e inconvenientes de los procedimientos anticoncepcionales” (1933) y
“Cómo curar la impotencia sexual”, que redactó en 1934 en el penal de Burgos.
En lo relativo al naturismo,
Puente mantuvo posiciones moderadas. Criticó los extremismos (el rigor
vegetariano en la alimentación, el negar la eficacia de los medicamentos y el
charlatanismo mercantilista de algunos médicos) e insistió, por el contrario,
en el aspecto subversivo del naturismo que tiende a hacer innecesario el médico
poniendo a todos en posesión de los conocimientos precisos a la curación. La
abundancia de referencias a congresos naturistas, debates sobre la trofología,
las incompatibilidades alimenticias, etc., en la prensa anarquista de los años
20 testimonia de la importancia del naturismo. La parte gráfica de estas
publicaciones la ocupan reproducciones de estatuas y pinturas de desnudos
masculinos o femeninos. El fenómeno nudista dista de ser tan sólo una tendencia
intelectual y estrafalaria del anarquismo. En “Iniciales”, revista de
Barcelona, pueden admirarse ingenuas fotografías de tal o cual agrupación de
las Juventudes Libertarias que posa en cueros o grupos de presos sociales que
aprovechan el forzoso encierro para tomar el sol en traje de Adán.
Finalmente puede reseñarse la
contribución médica de Puente a los “Cuadernos de Cultura”, ambiciosa empresa
de divulgación que lanzó en 1930 Luis Marín Civera. (3)
Las luchas sociales en
Vitoria: Los enfrentamientos del 14 de abril de 1932
Ciertos conflictos huelguísticos
de los años 30 revistieron en Vitoria gran virulencia. En octubre de 1930 el
despido de tres peones de las obras del derribo de los viejos cuarteles provocó
una huelga de los obreros de la construcción que culminó el 10 de octubre con
choques entre los huelguistas y la Guardia Civil. Hubo heridos por bala y
detenciones; cuatro manifestantes fueron procesados por la justicia militar. Es
de notar que la Guardia
Civil acusaba a los detenidos de pertenecer a un Comité
Revolucionario Comunista(4), no obstante la huelga se resolvió favorablemente,
pues por orden gubernativa los obreros fueron readmitidos.
Dos meses después, tras la
intentona de Jaca, al igual que en otros puntos de la península, se declaró en
Vitoria la huelga general. La prensa local da cuenta de la clausura del
Sindicato Unico y de las numerosas detenciones efectuadas “por distribuir y
colocar en las esquinas hojas clandestinas y manifiestos incitando a la
rebelión”. Aunque la prensa, debido a la censura, habla eufemísticamente de
“síntomas de huelga”, se puede colegir de ciertas cifras que el movimiento
huelguístico tuvo amplitud. En la Metalúrgica Ajuria , la empresa más importante, de
una plantilla de 600 obreros el lunes 15 de diciembre no trabajaban más que
94(5) y hasta el día 18 no se volvió a la normalidad laboral.
Los enfrentamientos más enconados,
en los que se mezclaban los conflictos de tipo laboral (parados de la
construcción, etc.) con una violenta oposición al nuevo régimen, se produjeron
durante el período republicano. Trataremos con detalle de los sucesos del 14 de
abril de 1932, ya que constituyen un buen ejemplo de la actitud beligerante que
mantuvo la CNT
frente a la República.
El 14 de abril había sido
declarado día de la fiesta nacional; quería conmemorarse el primer aniversario
de la proclamación de la
República. Entre los afiliados a la CNT del ramo de la
construcción existía gran descontento a causa de la intransigencia de los contratistas
hermanos Eguinoa; también debe indicarse que la CNT se negó a firmar el 12 de abril el arreglo
entre los obreros pintores y sus patronos. Estas razones laborales unidas a
otras puramente políticas determinaron que la mayoría de una asamblea reunida
en los locales del Sindicato Unico tomase la decisión de boicotear los festejos
republicanos del día 14.
La mañana del 14, a pesar de los silbidos,
abucheos y lanzamiento de piedras, los anarcosindicalistas no pudieron impedir
que desfilaran las autoridades y la cabalgata alegórica. Por la tarde lograron
suspender el concierto apedreando el kiosko de los músicos. Como consecuencia
de este alboroto la
Guardia Municipal efectuó una detención, a la que trató de
oponerse un grupo de manifestantes. Al intentar disolver la manifestación sonó
un disparo y uno de los guardias cayó muerto. Todo hubiera quedado en una mera
reyerta entre las fuerzas del orden y los sindicalistas de no mediar otros
hechos que mostraban, por parte de la
CNT , un proyecto de más envergadura. Así, nadie consideró
casual la voladura con dinamita de diecisiete postes de las líneas eléctricas
que surtían de fluido a la ciudad, que se tradujo en la noche del 14 por el
consiguiente apagón. Según el gobernador civil, José María Amilibia, los revolucionarios
habían preparado “un segundo Figols” y “si hubieran conseguido dejar a oscuras
la ciudad tenían el propósito de incendiar el Ayuntamiento y la Diputación , asaltar los
Bancos y cometer toda clase de desmanes en la impunidad de las tinieblas”(6).
Muy posiblemente las declaraciones de Amilibia haya que imputarlas a la
exageración policíaca, pero el caso es que para la autoridad gubernativa la CNT comenzaba a plantear
serios problemas de orden. Incluso en una capital de provincia como Vitoria,
reputada por su tranquilidad, la paz social no existía. Ya dos meses antes de
los hechos referidos, en la madrugada del 15 de febrero, un sereno fue muerto a
tiros en un choque con los sindicalistas. En aquella ocasión se daba la
circunstancia de una huelga en el ramo del metal, por lo que el gobernador
ordenó la detención del Comité Metalúrgico de Huelga.
La represión por los sucesos del
14 de abril fue de gran amplitud. Se clausuró el Sindicato Unico, se detuvo a
todos los anarquistas significados, participaran o no en los hechos (46 en un
primer momento), y se tomaron represalias contra los afiliados a la CNT. El Ayuntamiento
procedió al despido de 187 obreros de los tajos municipales por el simple hecho
de pertenecer a la CNT (7).
Las reacciones de condena surgieron de todas partes. La UGT publicó un comunicado de
protesta; en él se recordaba que el guardia muerto era miembro del sindicato
socialista. A fin de impedir toda veleidad de movimiento de solidaridad con los
detenidos, el gobernador hizo constar que aquellos obreros que hiciesen huelga
“correrán el riesgo de no ser admitidos en fábricas y talleres por los
patronos, para lo cual se ha autorizado a los mismo para que despidan a los que
dejen de entrar al trabajo, considerándolos como gentes que quieren mantener
contactos con los rebeldes”(8). En resumen, en Vitoria existía unanimidad para
declarar indeseables a los anarquistas.
Por razones de seguridad, algunos
de los detenidos el 14 y 15 de abril fueron trasladados a la cárcel de
Pamplona. La prensa no dejó de establecer una relación entre este traslado y
algunos incidentes que sobrevinieron. Se atribuyó a elementos llegados de
Vitoria para visitar a los presos el apedreamiento y el incendio de la casa del
ex diputado y jefe provincial jaimista Joaquín Baleztena(9).
En la prisión de Vitoria se
encontraban otras personas víctimas de la persecución desencadenada contra la CNT por el gobernador civil
Amilibia. En situación de preso gubernativo estaba, por ejemplo, Isaac Puente,
quien, pese a no haber participado en los sucesos del 14 de abril, considerado
como miembro de la plana mayor del anarquismo en la provincia, fue detenido en
Maestu el 16 de abril.
En “¿Puedo defenderme?”, escrito
que trato de publicar en la prensa, Puente proclama su inocencia a la actitud
de las autoridades, escribe que “de algún modo habían de agradecerme la
colaboración que les presté”. Al respecto es preciso recordar que Puente
mantuvo relaciones cordiales con los republicanos; en los últimos tiempos de la
monarquía había pronunciado conferencias en el Casino Republicano y colaborado
en el semanario “Alava Republicana”(10), pero no podemos asegurar que hubiera
una eventual actividad conspirativa común.
De una carta de Puente dirigida a
Amilibia se deduce que el 2 de mayo inició una huelga de hambre de protesta y
que cinco días después seguía en la cárcel sin que hubiera sido ordenado el
procesamiento por el juez especial. En dicha carta se alude a un informe en el
que el gobernador trata a Puente de “inspirador de revueltas, peligro de la paz
social y depositario de armas y explosivos”. En cuanto a las armas en un
registro domiciliario, fuera de una vieja pistola averiada, nada pudo
encontrarse. No era ésta la primera vez que la Policía las buscaba; en
otra ocasión, enterados en comisaría de que Puente había recibido un
voluminosos paquete, concibieron sospechas y decidieron examinar su contenido.
Gabriel Martínez de Aragón, gobernador civil a la sazón, advirtió a Puente para
que se deshiciera del paquete sospechoso. Sin embargo, no había necesidad de
tomar en serio la amistosa advertencia de Martínez de Aragón, porque, operado
el registro, no fueron bombas o armas lo que encontró la policía, sino discos
de gramófono(11). Esta anécdota marca la diferencia entre uno y otro
gobernador, pero, independientemente de la distinta personalidad que tuvieran,
era evidente que a medida que avanzaba el tiempo se ahondaba el foso que
separaba a republicanos y anarquistas.
En diciembre de 19333, al estallar
la insurrección comunista libertaria en Aragón y Rioja, hubo algún
revolucionario en Vitoria. La CNT
proclamó la huelga general. Los huelguistas pretendieron que los obreros que
trabajaban secundaran el movimiento. Esta actitud provocó un grave
enfrentamiento en la
Metalúrgica Ajuria. Poco después de la hora de entrada al
trabajo, un grupo de obreros quiso introducirse en la fábrica Ajuria con objeto
de hacer sonar la sirena y de este modo obligar a salir a los que trabajaban.
Los huelguistas no consiguieron sus propósitos debido a la presencia de los
guardias de Asalto, que persiguieron e hicieron fuego sobre el grupo. Los
disparos de los de Asalto hirieron de muerte a Francisco Basterra, trabajador
de diecisiete años, afiliado a la
CNT. Se practicaron siete detenciones(12). Pero fue en la Rioja Alavesa ,
particularmente en el pueblo de Labastida, donde más repercusión tuvo la
intentona. En Labastida los acontecimientos sucedieron conforme al esquema
conocido: incautación de las armas del vecindario, incendio de documentos del
archivo municipal, tentativa de cortar la comunicación telefónica, asedio del
cuartelillo de la
Guardia Civil.
En este intento por implantar el
comunismo libertario, Isaac Puente, que no se limitó a su papel de teórico,
participó de manera activa junto a Buenaventura Durruti y Cipriano Mera.
Isaac Puente, teórico
anarquista
Juan Manuel Molina, “Juanel”,
secretario del Comité Peninsular de la
FAI , refirió en qué circunstancias Puente se vio a la cabeza
del estallido revolucionario consecutivo al triunfo de las derechas en las
elecciones de noviembre de 1933. En principio se había designado a Eusebio
Carbó para que se incorporase en nombre de la específica al Comité
Revolucionario. Ante la negativa de Carbó, cuenta “Juanel”, “nombramos a Isaac
Puente....Le escribí en nombre del CP de la FAI y a pesar de las obligaciones de su profesión
de médico lo abandonó todo y nada más recibir mi carta se incorporó al Comité
de Zaragoza...” (13).
Esta participación plantea el
problema de la adhesión de la FAI
del médico de Maestu. ¿Cómo llegó a ser miembro efectivo? ¿Fue por medio de
José Elizalde, uno de los primeros secretarios de la FAI con el que lo unían lazos
de amistad? Por el momento, ante la imposibilidad de responder de forma
adecuada, habrá que contentarse con hipótesis (14).
“Generación Consciente” y
“Estudios” no fueron la única y exclusiva tribuna de Puente. Casi todas las
publicaciones libertarias de lengua española acogieron con mayor o menor
frecuencia su firma; sin afán exhaustivo, citaremos: “Inquietudes” y “Cultura
Proletaria”, de Nueva York; “Algo”, de Cleveland; “La Protesta ” y “Nervio”, de
Buenos Aires; “Prismas”, de Beziers; “La Voz Libertaria ”, de
Bruselas, y las ibéricas “Etica”, “Iniciales”, “Orto”, “El Sembrador”,
“Solidaridad Obrera”, “Tierra y Libertad”, “Tiempos Nuevos” y “La Revista Blanca ”.
Los temas principalmente abordados
- Medicina, Sicología, Biología - reflejan un interés preferente por la
historia de la Ciencia ,
por su actualidad y porvenir. Las reseñas críticas de filosofía y literatura
tienen también su lugar en estos artículos. Ciertos entusiasmos son reveladores
de gustos literarios y, sobre todo, de los valores morales que conforman el
humanismo anarquista; así la admiración por Panait Istrati, autor que exalta la
amistad, la generosidad y el amor, o la gran boga de los individualistas
franceses Han Ryner, Lorulot y Armand. Buscar la verdad, practicar el bien,
contemplar la belleza, viene a ser el tema entre moral y estético de los medios
ácratas de los que Puente es representativo.
Otro rasgo característico es la
concepción naturista de la vida. El naturismo, relación armónica del hombre con
la naturaleza, que proporciona la salud del cuerpo y la paz interior, forma un
todo con el anarquismo. El uno redime al ser vivo, el otro al ser social. En
fin, la voluntad educadora, regeneradora, preside esta empresa que bien
podríamos denominar de revolución cultural.
Los escritores anarquistas
tuvieron preocupación constante por elaborar la estructura de un mundo nuevo;
los medios de reconstrucción preconizados eran la comuna o municipio libre y el
sindicato. Tras la proclamación de la República la literatura anticipacionista en torno
al comunismo libertario alcanzó extraordinario florecimiento, pues se creía
inminente el triunfo de la revolución.
Antonio Elorza, en su estudio (15)
sobre la utopía anarquista, puso de manifiesto la magnitud de la polémica y los
diferentes contenidos que se daban al comunismo libertario. Isaac Puente
llegará a ser uno de los teóricos de mayor audiencia y su ensayo programático
uno de los más difundidos. Pero ni la visión del porvenir expuesta en el
celebérrimo folleto ni los proyectos sustentados por los demás publicistas
españoles de los años treinta pueden en rigor considerarse originales. Puente
no hace sino renovar la doctrina de anteriores pensadores. Parece claro el
influjo de Kropotkin, reproduciéndose casi textualmente algunas de sus
formulaciones. El éxito de Puente entre la militancia anarquista proviene más
que de la originalidad del planteamiento, de la claridad expositiva y de haber
sabido proponer, en lugar de abstracciones, un esquema concreto de comunismo
libertario susceptible de ser aplicado al caso español.
El debate sobre el comunismo
libertario no era pura elucubración de las esferas intelectuales; el impacto de
las concepciones teóricas era real. Gérard Brey y Jacques Maurice observaron el
ascendiente ejercicio en los campesinos andaluces de Casas Viejas por la
lectura de los artículos de Puente de “Tierra y Libertad” (16). Pero, además de
las proclamaciones efímeras de comunismo libertario provocadas por la táctica
insurreccional de la FAI ,
existieron, con anterioridad a las colectivizaciones de la guerra civil,
realizaciones prácticas de carácter pacífico.
A finales de 1932, por ejemplo,
los zapateros de San Sebastián, habiéndose negado los patronos a satisfacer las
bases de trabajo presentadas por el sindicato, crearon unos talleres colectivos
en los que se fabricaba y reparaba el calzado directamente sin que se
necesitase para nada el concurso de los patronos (17). Se dieron otros casos de
organización colectiva del trabajo - cooperativas de construcción en Barcelona,
comunidad agrícola de Albalate de Cinca, cooperativa yesera “El Nuevo Sol” de
Soneja - que merecerían ser estudiados.
Isaac Puente, en sus posiciones,
es lo contrario de un purista; en frase suya “la voluntad de realizar es más
importante que el programa” y “si hemos de realizar la idea hemos de consentir
su desfiguración”. Tal vez sea Puente el exponente máximo del espontaneísmo
anarquista, por lo que llegó a ser un excelente aliado del activismo de la FAI.
El 18 de julio de 1936 en
Vitoria; el fusilamiento de Isaac Puente
Como todos los sábados, el 18 de
julio de 1936 “Alava republicana”, semanario del Frente Popular, se puso a la
venta en Vitoria. En primera página se recordaba que antes que Calvo Sotelo fue
asesinado Castillo pero, a pesar de la gravedad del momento que justificaba el
título de “Guerra Civil” del editorial, al examinar la situación en Vitoria se
hacia el cuadro idílico de una capital libre de violencias. El convencimiento
de vivir en un oasis de paz en medio de la tormenta, sicológicamente no
predispuso a que los partidariosdel Frente Popular en Alava plantarán cara con
espíritu bélico a los militares que no habían de tardar en sublevarse. En este
mismo número de “Alava Republicana”, un llamamiento de última hora informaba
del alzamiento militar iniciado la víspera en las guarniciones de Marruecos y
al mismo tiempo se aseguraba, con optimismo exagerado, que el Gobierno tenía en
sus manos el control de la situación.
La actitud frente a la sublevación
va a diferir de un lugar a otro en función del estado de cosas local y del
carácter más o menos resuelto de los militantes de las organizaciones políticas
y sindicales. En Vitoria, para contrarrestar el exceso de confianza
gubernamental y combatir eficazmente a los militares rebeldes, hubiera hecho
falta que el pueblo estuviera en pie y en armas, pero falto tiempo y decisión.
En la madrugada del domingo 19, el
teniente coronel Camilo Alonso Vega, enlace de Mola y responsable de la
conspiración en Alava, obtenido el apoyo de los generales García Benitez y Gil
Yuste, saca la tropa a la calle. Los raros oficiales que no se sumaron al
movimiento fueron rápidamente neutralizados. El elemento civil tampoco ofreció
seria oposición; en parte quizá porque a diferencia de lo ocurrido en otras
plazas, la rapidez de ejecución de los militares impidió cuajara la replica.
Hubo sin embargo un intento de organizar la resistencia. Daniel Orille, en
representación de la CNT ,
solicitó del alcalde las armas de los guardias municipales y de Asalto.
Representantes de los republicanos, socialistas y cenetistas debían discutir de
este extremo en el Gobierno Civil a las siete de la tarde del sábado 18. La
reunión no llegó a celebrarse por incomparecencia del gobernador, Navarro
Vives. Seguramente ya era demasiado tarde.
El 18 de julio Daniel
Orille conversó con Isaac Puente.
Orille recuerda bien aquel último encuentro:
“....Hacia las cinco de la tarde
nos vimos en la cuesta de San Francisco; tanto él como yo estábamos
desconcertados. Me invitó a que fuéramos en su coche a Bilbao. Me negué porque
a las siete de la tarde tenía una reunión con una delegación de los socialistas
y republicanos. Le aconseje que marchará él. Su respuesta fue: ’Si no vienes
tú, yo me quedo`. Y tras una pequeña discusión, procurando convencernos el uno
al otro, nos separamos para no vernos nunca más” (18).
Después de esta entrevista y de la
frustrada reunión del Gobierno Civil, Daniel Orille se escondió; solamente
pasados siete meses consiguió cruzar las líneas y llegar a Bilbao con otras
diez personas el 1º de marzo de 1937. Isaac Puente volvió a Maestu a reunirse
con los suyos, su mujer, sus dos hijas y su padre, el antiguo oficial carlista.
El 28 de julio, a las tres de la madrugada, la casa de los Puente era rodeada
por varios números de la
Guardia Civil y el sargento del puesto de Maestu procedía a
la detención de Isaac Puente. Llegados a este punto cabe preguntarse: ¿Por qué
no huyó? ¿Era consciente del peligro que corría?.
Resulta difícil responder de forma
satisfactoria a estos interrogantes. A fin de no incurrir en errores de
perspectiva, conviene hagamos observar el papel limitado de los medios
informativos con relación a la importancia actual de los mismos, el relativo
aislamiento en que se encontraba un pueblo como Maestu. Por otra parte, el
clima social de Vitoria no podía equiparase al de Barcelona o Madrid, ni tan
siquiera al de las más próximas San Sebastián y Bilbao. Refiriéndose a lo ocurrido,
parece que Puente dijo: “Esto es una militarada” (19). ¿Qué entendía por
militarada? ¿Pensaba en un pronunciamiento semejante al de Sanjurjo en agosto
de 1932? ¿En los primeros días cuántos, en definitiva, tuvieron consciencia de
que acababa de desencadenarse una guerra civil?.
Aunque menos cargado de violencias
que en la vecina Navarra (los primeros fusilamientos en Vitoria se produjeron
el 25 de julio) el ambiente era lo bastante amenazador como para que Puente
experimentara algún género de inquietud. Un día en que se hallaba con su mujer
en el pueblo de Atauri, un individuo de la CEDA , que iba armado, profirió procante: “¡A esa
pareja me la voy a cargar yo!”. En un principio, Puente se escondió en el
monte; para la vuelta a casa de acuerdo con su mujer, había convenido en cierta
señal efectuada por medio de la luz. Un muchacho de Los Arcos (Navarra), herido
por bala en una pierna, había aparecido en Maestu. Luisa García de Andoin,
luego de hacerle la primera cura, llamó a su marido, que acudió a examinarle.
Ingresado el herido en el hospital de Vitoria, Puente decidió permanecer de
nuevo en casa. El 28 de julio la Guardia Civil se encargará, como en una ocasión
precedente, de su detención y trasladó a la cárcel de Vitoria.
Manuel Chiapuso, secretario de la CNT en San Sebastián,
intervino en un intento de canje entre el industrial Ajuria, detenido en la
capital donostiarra, y Puente (20). El proyecto no prosperó. El domingo 24 de
agosto Millán Astray llegó a Vitoria con misión de inflamar al pueblo que, según
le habían dicho, era “frío y apático”. Tras la visita del general legionario,
la represión se acrecentó, suspendiéndose las visitas a la cárcel y
generalizándose el régimen de sacas. Al quedar los presos incomunicados con el
exterior, el farmacéutico Antonio Buena recuerda que Puente comentó: “Ahora sí
que nos van a matar a todos”. Fue el médico de Maestu uno de los primeros en
correr tan trágica suerte. En la noche del 1º de setiembre de 1936 se efectuó
una saca en la prisión. La orden de salida, como otras muchas, llevaba la firma
de Alfonso Sanz, militar y delegado gubernativo. Alguien dijo haber visto salir
a Isaac Puente con una gabardina encima del pijama. Fuera de la cárcel le
esperaba un camión y la muerte. Probablemente fue asesinado en tierras de
Pancorbo, en la provincia de Burgos; con él fusilaron al maestro de Subijana
(21).
Todavía, hoy, Isaac Puente Amestoy
figura en el Registro Civil como desaparecido; de donde no ha desaparecido su
recuerdo, es de la memoria de las gentes que le tuvieron como médico, compañero
y amigo.
(1) Aunque Puente era oriundo de
Vizcaya y posiblemente fue fusilado en Pancorbo, hay autores que le consideran
nativo de Vitoria o de algún lugar de Alava (ver por ejemplo la nota biográfica
de Juan Ferrer, en la reedición de agosto 1969 de “El comunismo libertario”) y
otros sitúan su muerte por el Ejército en Logroño (Hugh Thomas ha escrito que
Puente “fue muerto por el Ejército en Logroño” p. 299 “Estudios sobre la República y la guerra
civil” Ed. Ariel). En libros de publicación reciente se aportan nuevos
elementos de información: citaremos “La revuelta permanente”, de Baltasar
Porcel (Ed. Planeta), en el que Juan Ferrer cuenta detalles inéditos de la
polémica Peiró - Puente.
(2) Testimonio de Daniel Orille:
carta del 25 de mayo 1979 y entrevista del 8 de setiembre 1979. La distancia de
Vitoria a Maestu es unos veinte kilómetros. (3) Marín Civera será lugarteniente
de Pestaña en el Partido Sindicalista. Los folletos de Puente son los titulados
“Los microbios y la infección” (1931) e “Higiene individual o privada” 1930.
(4) Conocemos la acusación gracias
a la defensa de Pedro Fernández de Arroyabe, efectuada en consejo de guerra por
el capitán Miguel Anitua. Según L. U., antiguo simpatizante comunista, Jesús
Hernández vino en alguna ocasión de Bilbao a Vitoria para organizar la
agitación. Por otra parte, en la “Historia del Partido Comunista de España”
(Ed. Sociales, París, 1960) se hace una alusión imprecisa a este conflicto que
se sitúa en la ola de huelgas de octubre de 1930: “En Sevilla, Málaga y
Huelva,Valencia, Murcia, Vitoria, Logroño, Barcelona y Badalona, se producían
movimientos de marcado matiz revolucionario (op. cit. p. 36). El PCE en las
elecciones de noviembre de 1933 obtuvo en Alava 136 votos (97 en Vitoria y 39
en la provincia).
(5) Según “El Heraldo Alavés” del
15 de diciembre de 1930.
(6) Declaraciones al periódico
vitoriano “La Libertad ”
del 18 de abril de 1932.
(7) “La Libertad ” 18 de abril de
1932 y “El Sol” 16 de abril de 1932.
(8) “La Libertad ” 16 de abril de
1932.
(9) Versión de la que se hace eco
“El Sol” del 19 de abril de 1932.
(10) Aunque carecemos de pruebas
documentales, don Odón Apraiz nos ha asegurado que Puente escribió en “Alava
Republicana” con el seudónimo “Zubi Carrascal” (traducción del castellano al
vasco y la inversa de los verdaderos apellidos). “Alava Republicana” (1930 -
1936) no figura en los catálogos de los organismos públicos del País Vasco: tal
vez por esta razón Saiz Valdivieso en su libro “Triunfo y Tragedia del
periodismo vasco (1900 - 1939). Prensa y política“ no menciona la existencia
del único semanario de izquierdas de Vitoria.
(11) Este incidente nos lo ha
relatado don Odón Apraiz (conversación del 22 de diciembre 1978). Gabriel
Martínez de Aragón fue el primer gobernador republicano de la provincia de
Alava.
(12) “La Libertad ”, 11 de
diciembre de 1933.
(13) Citado por Gómez Casas en
“Historia de la FAI ”.
Ed. ZERO, p. 166.
(14) José Elizalde, discípulo de
Han Ryner, traductor de Istrati, defensor del frente al Esperanto, editor de la
revista “Etica”, era amigo de Puente. Quizá la consulta de los “ papeles” de la FAI (inaccesibles por ahora)
del Centro de Historia Social de Amsterdam elucide el problema del faísmo de
Puente.
(15) “La utopía anarquista bajo la Segunda República
(precedido de otros trabajos)” Ed. Ayuso. 1973.
(16) “Casas Viejas: reformismo y
anarquismo en Andalucía (1870 - 1933)” en “El movimiento libertario español”,
suplemento a Cuadernos de Ruedo Ibérico de 1974.
(17) Ver este y otros ejemplos en
el folleto de Fontaura “¿Cómo es posible vivir actualmente en anarquía?” Ed.
Faro. 1934. P. 20, 21, 22, 23.
(18) Testimonio de Daniel Orille
(ver nota 2).
(19) Conversación mantenida con
Federico Puente en las navidades de 1978.
(20) Ver p. 194 del libro de
Chiapuso “Los anarquistas y la guerra en Euskadi: la comuna de San Sebastián”.
Ed. Txertoa. Isaac Puente no comentó con su mujer el proyecto de canje, pero
hizo alusión a la visita de Juana, médico de la empresa Ajuria. Es posible que
la presencia de Juana en la cárcel tuviera relación con el canje. Este y otros
detalles nos han sido referidos por la viuda de Puente (conversación mantenida
el 18 de agosto de 1979 en Madrid).
(21) Federico Puente escribió al
cura de Pancorbo a fin de identificar el cadáver de su hermano: el cura de
Pancorbo respondió impotente “¡Han fusilado a tantos!”.
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