A 40 AÑOS DEL GOLPE MILITAR CONTRA NUESTRO PUEBLO
TRABAJADOR.
Los sucesos ocurridos
el 11 de septiembre de 1973 marcarían un antes y un después para la clase
trabajadora y el conjunto del pueblo del territorio de Chile. El terror y
represión sufridos, sobre todo por los sectores militantes más comprometidos
con las transformaciones estructurales, tras el Golpe de Estado y en los 17
años de Dictadura dejarían profundas e imborrables cicatrices. Las/os
ejecutados, las/os detenidos desaparecidos, las/os torturados, las/os
exiliados, las/os exonerados y las/os presos políticos materializan las miles
de vidas exterminadas y quebrantadas; el costo político que tuvo que pagar
nuestro pueblo y clase trabajadora por atreverse a tomar el control de sus
vidas, a practicar y construir experiencias de autogestión a nivel económico:
como los Cordones Industriales y expropiaciones (en fábricas, industrias,
talleres y empresas) o las tomas y expropiaciones agrarias en el campo; y a
nivel social: en los Comandos Comunales, las Juntas de Abastecimiento y Precios
[JAP], las tomas de terrenos y experiencias de autoeducación u organización
autónoma en campamentos y poblaciones. Dicho costo a nivel político y social lo
pagamos hasta el día de hoy, tras 23 años de democracia burguesa donde la
Derecha y la Concertación han administrado, profundizado y perpetuado el modelo
económico neoliberal.
El Golpe de Estado
militar-empresarial, apoyado por el Imperialismo estadounidense mediante la CIA
[Agencia Central de Informaciones] y encabezado por el tirano genocida
Pinochet, no sólo tenía por objeto restaurar el orden social imperante,
derrocar al gobierno de Allende y la Unidad Popular, y terminar con el
experimento de la ‘vía chilena al Socialismo’; sino que además y principalmente
infundir terror y desmoralizar al Pueblo Trabajador y sus sectores más
radicalizados.
Por lo anterior es
que podemos afirmar que el Golpe de Estado en Chile también fue un experimento,
pero de las/os poderosos, de la burguesía nacional, de los intereses
imperialistas yanquis y de empresas transnacionales. Precisando, dicho
experimento fue una ‘terapia de shock’ que buscó aplastar toda resistencia
armada de los trabajadores y grupos revolucionarios, así como de instaurar
mediante la fuerza el modelo neoliberal con sus respectivas reformas económicas
y privatizaciones.
Tras 40 años de
dictadura capitalista-neoliberal en el territorio de Chile, y luego de las
movilizaciones sociales del 2011, vemos atisbos, chispazos de organización
popular que muestran un antes y un después en esta larga y angosta franja de
tierra; como Pueblo empezamos a perder el miedo a organizarnos con nuestros
pares, con los compañeras/os de pega, de estudio, con nuestros vecinas/os;
empezando a manifestarnos masivamente en las calles por las injusticias de un
sistema anti pobres hecho a la medida de las/os poderosos y empresarios,
construido a sangre, fuego y traición a costa nuestra; empezando a
descontaminarnos de ese exacerbado individualismo y consumismo publicitado por
televisión en el que lograron encapsularnos por décadas; definitivamente, estamos
aprehendiendo a luchar colectivamente para vivir con dignidad, a convertirnos
en un Pueblo Organizado que luche por una sociedad son clases ni Estado, donde
primen en equilibrio la Justicia, la Igualdad y la Libertad para todas/os.
Los desafíos que tenemos
a futuro son cada vez más importantes. Hacemos un llamado a los sectores
libertarias/os y anarquistas que desarrollamos nuestra praxis militante desde
el Pueblo Organizado y la Clase Trabajadora, a la unidad desde la lucha, a
trabajar por la confluencia de un proyecto sociopolítico, el proyecto ‘clasista
libertario’ que permita apuntar hacia la solidaridad de clase, a generar una
plataforma común para la lucha intersectorial e interregional donde primen los
interese de las/os trabajadores y el conjunto de nuestro Pueblo, más allá de
las elecciones, de la institucionalidad democrático burguesa y de los sectores
de la Izquierda que pretenden ‘romperla desde el gobierno y el parlamento’.
A 40 años del Golpe de Estado, en esta fecha tan simbólica
para nuestro Pueblo decimos fuerte y claro: ¡No habrá perdón ni habrá olvido
mientras no haya Verdad y Justicia para las/os familiares de las/os detenidos
desaparecidos y ejecutados políticos! ¡No habrá perdón ni habrá olvido mientras
no sepamos dónde están sus cuerpos y así entregar un poco de tranquilidad a sus
familiares! ¡No habrá perdón ni habrá olvido mientras no haya castigo para
las/os culpables, para las/os asesinos, torturadores y sus cómplices, tanto
para los altos mandos como para los ejecutores!
Praxis Libertaria.
¡¡AGUANTE NUESTRO
PUEBLO, NADA NI NADIE ESTÁ OLVIDADO!!
Héctor Pavelic Sanhueza
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