Carta abierta al alcalde JJ Cardona desde la tristeza y el
sufrimiento causado por los asesinos franquistas
Aquí estoy para vivir mientras el alma me suene, y aquí
estoy para morir, cuando la hora me llegue, en los veneros del pueblo desde
ahora y desde siempre. Varios tragos es la vida y un solo trago es la muerte.
Miguel Hernández
Con toda la voluntad del mundo y con unas ganas inmensas de
que por fin después de tanto tiempo esperando a reunirnos con el alcalde
Cardona, que nos saluda con un trato amable delante de la prensa, pensé: bueno
vamos a ver qué es lo que este “buen” señor
puede hacer por los familiares.
Ya solos en la sala de reuniones un frío que calaba mis
huesos me hizo sentir que no pintaba bien aquella reunión.” Mi olfato que no me
falla nunca, me hizo oler la falsedad y
la mediocridad del ambiente”.
A puerta cerrada el alcalde Cardona empieza su “guerra
personal” contra mi primo, sin
importarle que sus padres octogenarios estuvieran presentes. Cardona sentado un
su “trono” me miraba amenazante y largaba por esa boca.
No le gustan que le critiquen, no le gusta que le lleven la
contraria y demostró que el está por encima de todos los que estábamos allí
presentes. Sencillamente tiene un miedo terrible a que se le rompa el sillón y
se sienta destronado.
“Un trabajador de esta misma casa, de mi casa…” decía “al
que todos conocemos” que escribe en varios sitios y sobre todo en Tamaraceite
Alzado y “que con sus artículos nos insulta”. Alcalde si usted no le llega a
las suelas de los zapatos…
Ahora resulta que no hay libertad de expresión.
¿Alcalde que va a tomar represalias contra un empleado
público?
Que lo único que ha hecho es sacar a la luz todo lo
relacionado con nuestra familia, defender con dignidad a nuestros muertos.
Nuestra familia ha sufrido persecución, expropiación de
propiedades, asesinato de nuestro tío Braulio con tan solo cuatro meses de
edad, encarcelamiento de nuestra tía y el fusilamiento de nuestro abuelo.
Braulio un bebé inocente que le fue arrebatada la vida con
tan solo cuatro meses de edad, por los esbirros del dictador, gente sanguinaria
que les importaba muy poco la vida de las familias republicanas.
Mi abuelo se llamaba Francisco González Santana y era sindicalista de la Federación
Obrera, hombre honrado y valiente, que luchaba para sacar a su familia adelante
y para que su mujer y sus hijos no pasaran hambre. Lo que nunca imaginó que
luchar por la justicia, por la libertad y la democracia que hoy supuestamente
disfrutamos le iba a costar su vida y la de su hijo Braulio. Sentenciarlo a
muerte, quitarle sus propiedades, el poco dinero que tenía ahorrado y quitarle
la vida, por alzarse en contra de un golpe de estado ilegitimo y defender a su
pueblo con palos y piedras.
Le torturan durante semanas, no le dejan asearse, no ve a su
familia para que le den un halo de consuelo, recibe todo tipo de humillaciones.
Para luego pegarle un tiro y meterlo en un camión y tirarlo a una fosa común
del Cementerio de Las Palmas, sin nombre, sin flores, sin llantos…….
Muchos recuerdos de mi infancia, mi abuela Lola rota de
dolor, su alma destrozada de tanto daño, las lagrimas de mi padre superviviente
de la brutal represión que sufrió mi familia. Miradas despectivas, comentarios
a media voz de aquellos que no nos querían.
La vida continúa y continuará para todos, sin embargo no
puedo permitir que la impunidad se instale en mi corazón. Prefiero morir en la
lucha que morir sin hacer nada, para mí
eso no es morir.
Sacar todo esto a la luz no ha sido fácil, es duro, es
revivir el pasado, es volver a la memoria que han intentado borrar.
Intentar tergiversar la historia es lo que han procurado
estos sátrapas.
Ya estamos acostumbrados a que nos pase de todo en esta
vida, sin embargo hacer daño no es nuestro estilo. Mis tíos, mi primo son un
pilar muy importante en mi vida. Mi primo al que cierta concejala analfabeta
funcional ha represaliado es para mi mi hermano, mi maestro, mi compañero de
lucha al que nunca voy a dejar en la estacada, si es lo que pretendía Juan José
Cardona y Carmen Guerra. No les salió bien la táctica del “divide y vencerás”.
A nosotros nos une una lucha preciosa y es dignificar,
reparar y dar justicia a nuestros familiares fusilados en el campo de tiro de
la Isleta a las cuatro de la tarde el 29 de marzo de 1.937 y a
todos los represaliados, desaparecidos y tirados en las cunetas por la
dictadura franquista.
–Y usted habla del daño a su familia, no me río porque mis
padres a pesar de ser pobres me dieron una educación exquisita y no como la que
usted demostró tener en la reunión–.
Carmen Guerra en la reunión demostró usted, que de
católica (como usted se declara) no
tiene nada, sabía que aquellos pobres ancianitos eran los padres de la persona
que ustedes estaban desprestigiando. Unos padres que aguantaron hasta el final
de la reunión para ver hasta donde
llegaban sus insultos. Que salieron atemorizados por las represalias que le
podían hacer a su hijo. Mi tía me miraba con aquellos ojitos y veía en ellos el
miedo, ese miedo que sentimos las madres cuando nos atacan a nuestros hijos,
ese dolor que nos rompe las entrañas.
Carmen Guerra que mis muertos la persigan y confiese sus
pecados.
Esta frase es de mi querido hermano, maestro y compañero de
lucha:
“Estoy seguro que la justicia verdadera, la que emana de la
lucha de los pueblos colocará todo en su sitio tarde o temprano, que tantas
víctimas de la represión del franquismo en Canarias y de todo el estado
obtendrán el justo y merecido reconocimiento”.
•Pino González Santana es portavoz de la Plataforma de
Familiares de los Fusilados de San Lorenzo
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