Como si de una serie televisiva de suspense se tratara, el conflicto de Comes escribió ayer su penúltimo capítulo con un final inesperado al más puro estilo “continuará” cuando todo indicaba un desenlace feliz. El jueves 18 era la fecha elegida en la que tanto la empresa de transportes Comes como el comité de empresa iban, al fin y tras tantos tiras y aflojas, a rubricar la paz. Sin embargo, quince minutos antes de ese ansiado momento, todo se fue al traste. Unos flecos de última hora provocaron que la firma se posponga sin fecha fija, aunque parece ser que será la semana que viene.
Así pues, a la resolución de este conflicto le queda, al menos, un capítulo más. El motivo de este contratiempo no es más que una última revisión al texto del acuerdo para evitar defectos de forma legales que, según afirman fuentes del comité de empresa, no tienen que impedir que en pocos días se dé el sí por ambas partes.
Prejubilaciones
Los trabajadores no quieren pillarse los dedos y han mandado pulir el escrito y evitar problemas en el futuro. “Realmente es una cuestión meramente jurídica para darle forma legal al documento”, afirma Francisco Ortiz, presidente del comité de empresa. “No queríamos la posibilidad de que diesen por nulo el asunto de las prejubilaciones”, añade.
Ortiz precisa que hay que andarse con pies de plomo, de ahí este último vistazo: “Ahora está la cosa muy calentita, las asesorías jurídicas están trabajando para que el documento reúna las condiciones y no se puedan echar para atrás para que las prejubilaciones se den por nulas”, explica.
Sin embargo, este último contratiempo no parece que vaya a tirar por tierra todo lo que se ha recorrido hasta ahora. “El acuerdo global se mantiene pero con un texto más acorde con la legalidad. Hemos alcanzado un acuerdo satisface tanto las necesidades de Comes como con los trabajdores, pero con matices con riesgo de que por forma pudieran declararse nula”, insiste Ortiz.
Los trabajadores ya ven la luz al final del tunel. Tras reescribir los puntos necesarios, sólo quedaría “convocar la asamblea la semana que viene que se refrende y se ratifique”, afirma el representante de los trabajadores. “A ver si hay tranquilidad en lo que queda de año”, añadió.
Sin embargo, todo este optimismo por parte del comité de empresa y la proximidad de la firma no quita para que dejen de seguir reivindicando sus derechos. Ortiz avisa de que “es una decisión unilateral de la empresa no abonar los incrementos salariales pactados en 2011. Nosotros pactamos la congelación de los 47 euros lineales, pero otras subidas, pluses, equiparaciones, antiguiedades sí se tienen que respetar. Faltan por cobrar las diferencias abonos enero y febrero”. Es de esperar ahora que este frágil consenso aguante hasta el próximo capítulo, que se supone es el último. Lo que aún no se sabe es si habrá una única temporada o la serie se convierte en un culebrón.
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