En la imagen, Jon Ander Sánchez, ex responsable de Economía y Empelo del Ayuntamiento de Sevilla tras el pacto PSOE e IU.
«Carta abierta a la militancia de IU. Por Jon Ander Sánchez Morán
En Sevilla, a 27 de marzo de 2011.
Queridas compañeras, queridos compañeros, camaradas: Hace poco más de año y medio que presenté mi dimisión como delegado municipal de economía y empleo. Hice públicas las razones de aquella decisión porque no fueron motivos de carácter personal los que me llevaron a adoptarla, sino que fueron elementos políticos los que fundamentaron tan drástica actuación.
Los compañeros que dirigen la organización en Sevilla (no utilizaré aquí el correlativo de género para no faltar hipócritamente a la verdad) dijeron entonces que lo mío fue una sorpresa, un calentón, una decisión poco meditada, adoptada unilateralmente y contraria a la democracia interna, puesto que tras el correspondiente análisis colectivo la organización había tomado decisiones y yo me mostraba contrario. Nada más lejos de la realidad. Os puedo decir con total sinceridad, como os he dicho a muchas y muchos de vosotros y vosotras durante este tiempo, que agoté todos los mecanismos orgánicos internos para tratar de solucionar la situación, y tan sólo cuando pude constatar la gran diferencia que existe entre el discurso y la realidad, entre lo que se predica y lo que se practica, tan sólo entonces, tomé la decisión ya conocida.
No os preocupéis. En ningún caso revelaré el nombre de las personas con las que en este tiempo he comentado estas circunstancias. Vuestro secreto está absolutamente a salvo conmigo. Será deformación profesional, pero sé que si la dirección de la organización en Sevilla conociera lo que realmente pensáis, las consecuencias serían funestas y fulminantes para vosotras y vosotros.
No hubo análisis colectivo por parte de la organización. Se había decidido posponerlo hasta septiembre, después de las vacaciones de verano. Pero las decisiones que la cúpula quería adoptar se tomaron a finales de julio, de manera inminente y sin ningún debate. Una vez más, y van demasiadas, se adoptaron las decisiones por el viejo método de la mesa de camilla mientras se alardea de participación y democracia interna.
HOY OS ANUNCIO MI DESVINCULACIÓN VOLUNTARIA DE IZQUIERDA UNIDA Y DEL PARTIDO COMUNISTA A TODOS LOS EFECTOS.
Efectivamente camaradas, a pesar de lo que entonces dijeron públicamente y de lo que fueron transmitiendo en las distintas agrupaciones, ellos saben que no había motivo para expulsarme de la organización. Sabían que si iniciaban ese camino, se iba a saber la realidad de lo ocurrido, y temían esas consecuencias. Tienen miedo de que la militancia conozca la verdad de lo acontecido. Por eso, ni siquiera intentaron abrirme expediente. Siguieron cobrándome la cuota, remitiéndome las convocatorias (algunas), como si nada hubiera pasado.
Por una cuestión básica de coherencia personal y política hoy os anuncio públicamente mi baja voluntaria de la organización. Lo hago hoy porque mañana comienza el período electoral de los próximos comicios municipales y considero que lo mejor que le puede ocurrir a nuestra organización en Sevilla, por paradójico que pueda parecer, es perder toda representación en el Ayuntamiento de Sevilla. Sólo así, desaparecerán de la organización en Sevilla los paniaguados, los oportunistas y los mercenarios (estos sí) que ahora ocupan responsabilidades orgánicas e institucionales sin tener la más mínima preparación política, ni bagaje personal o profesional alguno.
Dije entonces que Torrijos era el peor cáncer de la izquierda en esta ciudad. Como algunos y algunas camaradas me habéis dicho durante este tiempo, quizá fui injusto cargando en exclusiva contra quien tan sólo es el referente institucional de IU en Sevilla. Puede que sea cierto, porque en realidad, sabemos que quien toma las decisiones en el seno de la organización es quien ha demostrado a lo largo de este tiempo unas indisimuladas ganas de sustituirme, con el resultado y la gestión por todos y todas conocida. Si Torrijos es el cáncer, CARLOS VÁZQUEZ es la metástasis de la izquierda política. Su gestión al frente de la organización la ha llevado al desastre, a desmantelar, precisamente a base de dinero, la militancia comprometida, desinteresada y consciente de uno de los territorios donde tradicionalmente anidaba el pensamiento comunista en nuestro país.
No pretendo dar a esta despedida ningún aire de solemnidad ni de ajuste de cuentas. Sabéis dónde estoy y que personalmente podéis recurrir a mí para lo que necesitéis. Las organizaciones, tanto IU como el PCE, son tan sólo instrumentos, herramientas para la acción política. De ellas me desvinculo hoy. Del compromiso con las ideas y con los postulados que defendemos no nos apea nadie. Para los esfuerzos y los empeños cada cual elige sus compañeros de viaje.
Tened presente que nada es eterno, y que por mucho poder que se detente todo pasa y todo llega, porque lo nuestro es pasar, y que hay algunos, sólo unos pocos, a los que la Historia no absolverá».
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