Año tras año se viene celebrando el día de la mujer trabajadora. Son numerosas las referencias históricas acerca de los motivos que condujeron a la celebración de éste día y existen diversas versiones sobre los acontecimientos que motivaron dicha conmemoración. Independientemente que la causa original se deba al incendio ocurrido en el año 1908 en una fábrica textil de Nueva York, provocado por el propio empresario ante las obreras declaradas en huelga y encerradas en el inmueble, el 8 de marzo es mucho más que unos hechos concretos: debe ser motivo de reflexión acerca del largo camino que las mujeres hemos tenido que recorrer para que se nos reconozcan una serie de derechos. Derechos en el ámbito laboral: igualdad en jornada y salario “a igual trabajo igual salario”, en definitiva equipararnos en igualdad de condiciones laborales a las del resto de trabajadores varones. En el ámbito social es la sociedad la que marca una serie de conceptos normativos, patrones institucionalizados , todos ellos determinan rasgos, responsabilidades, roles y acceso a los recursos según sea hombre o mujer.
En la actualidad las reivindicaciones propuestas por los distintos grupos son, en la mayoría de los casos, valedores de la ideología a la que representan, atendiendo a unos intereses u otros. En concreto, las corrientes oficialistas hacen una defensa a ultranza en reproducir los esquemas marcados por el sistema capitalista y patriarcal, perpetuando un modelo jerarquizado, opresor y explotador. Cierto es que tanto el hombre como la mujer padecen el envite del Capital, aunque en el caso de las mujeres nos encontramos doblemente oprimidas y explotadas tanto por nuestra condición de clase como por nuestra condición de mujer.
Este año hemos considerado necesario centrarnos en la salud de la mujer trabajadora y concretamente, en aquellas que provienen de la pobreza y el analfabetismo . Un trabajo científico reciente revela que los países con mayor desigualdades económicas tienen mayores problemas mentales, menor salud física , psíquica y menor esperanza de vida. Es corriente escuchar en los medios de comunicación el aumento de consumo de fármacos por parte de la población, que en los últimos tiempos se ha incrementado debido a la crisis ( las farmacéuticas están haciendo el agosto, como siempre).La idea de que el sufrimiento psicológico es bioquímico responde a una campaña publicitaria y tal vez la más exitosa en la historia del mundo creada por las compañías farmacéuticas.
Desde tiempos pasados a la mujer se nos ha catalogado como un ser histérico, casi rozando la locura. Tachadas como seres irracionales, carentes de lógica, incapaces de tener ideas y pensamientos propios. Por otro lado, eso sí: sensibles, atentas ,cuidadoras, entregadas madres y esposas. En tanto que al hombre, lo presentan como un ser independiente, objetivo, resolutivo, dinámico. Antes de hacer determinadas catalogaciones sería conveniente analizar el complejo sistema patriarcal responsable de adjudicar los roles que determinan el comportamiento de hombres y mujeres, ya que no se trata de un hecho biológico, sino de una cuestión puramente cultural (o fundamentalmente cultural). Por otro lado resulta paradójico que seamos nosotras las transmisoras de dicha cultura opresora de un sexo sobre otro.
La mujer padece con más virulencia enfermedades como la depresión y la ansiedad, mientras que el hombre padece con más encono el alcoholismo y las psicopatías.
En todo ello la incorporación de la mujer al mercado laboral ha jugado un importante papel ya que, por un lado, dicha incorporación le aporta independencia económica (imprescindible para alcanzar la emancipación económica) pero, por otro, la jornada laboral se ha visto ampliada (con el tradicional cuidado de hijos y mayores) , en un entorno de individualismo insolidario propiciado por el capitalismo neoliberal, causa del aumento del estrés y la ansiedad entre nosotras.
Al igual que la emancipación de los trabajadores, la de la mujer únicamente se conseguirá cuando como mujeres tomemos conciencia de nuestra situación de explotadas, discriminadas y minusvaloradas: ¡Hasta que nosotras tomemos conciencia y luchemos por una sociedad más justa!.
Por todo ello desde la CNT proponemos la supresión del sistema patriarcal y capitalista,que propicia las desigualdades sociales y económicas de unas clases sobre otras y de un género sobre otro.
7 de Marzo: Proyección "Pan y Rosas" a las 20 h en local CNT Córdoba
9 de Marzo : Charla "Mujer. salud y pobreza" a cargo de Antonia Ortega (Médica de Familia) a las 20 h. en CNT Córdoba
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