UGT ha llamado a secundar el día 29 de septiembre una huelga general por el mantenimiento de los derechos de los trabajadores españoles, entre ellos la indemnización de 45 días por año trabajado. Sin embargo, en Canarias pretende despedir a 160 empleados de una fundación ligada al sindicato con 20 días por año trabajado, que además deberá pagar el Fogasa (Fondo de Garantía Salarial), ya que la fundación se ha declarado en quiebra.
Fundescan (Fundación para el Desarrollo Social de Canarias) nació en 1996 con la vocación de realizar talleres destinados al empleo y dar orientación laboral a los desempleados. La Fundación fue creciendo hasta acumular nueve centros propios de formación en las islas de Fuerteventura, La Palma, Tenerife y Gran Canaria, dos escuelas talleres con 80 alumnos y dos casas de acogida a mujeres víctimas de violencia doméstica en Tenerife. Todos esos centros ahora están cerrados y los proyectos en marcha se han anulado. El presupuesto anual de Fundescan oscilaba entre siete y ocho millones de euros, que en una gran parte procedían de subvenciones de los fondos europeos administrados por el Servicio Canario de Empleo. La caja de Fundescan también recibía dinero del Ministerio de Asuntos Exteriores –para proyectos en Cuba, Venezuela y Cabo Verde– y del Cabildo de Tenerife para las casas de acogida.
Fundescan estaba dirigida por un patronato, presidido por José Lorenzo López Naranjo, actual secretario de Formación de UGT Canarias, que se hizo cargo de esta organización el 1 de julio de 2009. Según explica López, “fue casi imposible conocer las cuentas exactas porque los anteriores gestores dijeron que dejaban un superávit de siete euros y solo en el ejercicio de 2007 la deuda superaba los cinco millones de euros; en diciembre, tanto Hacienda como la Seguridad Social comenzaron a bloquearnos las cuentas de los bancos y fue imposible continuar la actividad”. Por ese motivo, el patronato convocó a su comité de empresa el 4 de enero y le comunicó su intención de presentar un ERE y despedir a los 160 trabajadores de la fundación ante la imposibilidad de continuar la actividad. Los trabajadores habían cobrado la última nómina en noviembre de 2009 y se les adeudaba la paga de julio. Profesores, limpiadoras, psicólogos, terapeutas ocupacionales… Todos fueron al paro con una propuesta de indemnización de 20 días por año, que tendría que abonar el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), ya que Fundescan se ha declarado insolvente. Los trabajadores rechazaron esta propuesta, al entender que UGT –la casa madre de la fundación– podía hacer frente a indemnizaciones mayores y han recurrido el ERE ante la autoridad laboral.
Mientras, un grupo de trabajadores había decidido en asamblea llamar la atención de la opinión pública, y lo hicieron desnudándose tras unas pancartas reivindicativas. Iban a ser hombres y mujeres, “pero al final ellos se echaron atrás y acabamos posando ocho trabajadoras, la mayoría de las casas de acogida”, explica María del Carmen Chico, educadora social de 43 años y militante de una asociación feminista. “Recibimos algunas críticas de las feministas, pero creo que no entendieron el alma de la protesta. Incluso mi madre, que tiene 75 años, se ofreció para posar. No hay nada sucio ni feo en las fotos, solo llamar la atención porque es terrible no cobrar desde hace siete meses ni poder apuntarnos al paro.
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