Después de más de tres horas de reunión, la firma de las actas de la comisión de seguimiento del proceso 'post Delphi' dejaba satisfechos a todos. Como uno de los elementos más importantes del acuerdo, la Junta dejaba plasmado su compromiso de que a finales de febrero del año que viene, cuando culminen los planes de empleo que en estos momentos se ejecutan, existirá lo que se ha venido a denominar como un «compromiso de contratación» para todos los ex empleados aún no recolocados.
Pero por encima de todo, el factor más llamativo es la garantía, por parte de la Administración autonómica, de que no ya no habrá más prejubilaciones entre el personal aún pendiente de recolocación, que es algo más de un centenar.
Los aspectos relacionados con la llegada de nuevas empresas se han trasladado a una nueva cita, ya fijada para el próximo mes de septiembre. Como un verdadero termómetro de la buena disposición palpada sobre la mesa, los portavoces de la Junta han invitado a los representantes de los trabajadores a «presentar alternativas» en dicho foro. Respecto al 'tapón' experimentado en el pago de los Proyectos Personales de Inserción (PPI), los sindicalistas aseguran «tener constancia» de que los afectados ya están empezando a cobrar.
En este mismo contexto, el representante de UGT en la oficina del Dispositivo de Tratamiento Singular, Antonio Montoro, resaltaba la retirada del protocolo de 70 personas afectadas por el PPI.
Por otra parte, se acordó que el director general de Empleo coordine los problemas que acarrea el proceso que son considerados «de andar por casa», en palabras textuales de Montoro. El representante sindical valora que se trata de una persona «con cargo suficiente» para asumir este cometido. En términos generales, los cuatro sindicatos presentes valoraban a última hora de una manera muy positiva el clima respirado, aunque no olvidan la premisa, tal como pone por delante Antonio Montoro, de «trabajar todos en buscar una salida para las 400 ó 500 personas que aún quedan en el protocolo».
La posible tensión previa por la llegada hasta la sede sevillana de un grupo de trabajadores que ocupó dos autobuses quedó descartada por el representante de UGT, sindicato que no ha secundado esa medida de protesta. «Presión hacia nosotros no hemos sentido, sino más bien una señal de apoyo evidente», concluía el portavoz sindical.
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