El pasado mes de mayo, justo antes de las elecciones, CCOO y UGT se levantaron de la mesa de negociación con el Ministerio de Defensa ante lo que denunciaron como manipulación por parte de la Subdirección General de Personal Civil de algunos artículos del Convenio Único de la Administración General del Estado, como cierres parciales de centros con el objetivo encubierto de privatizar los servicios, aplicación de la protección para personas afectadas por violencia de género para en realidad crear puestos de trabajo en beneficio de familiares de militares, etc.
Días después, y a la vista del resultado de las elecciones se volvieron a sentar en la mesa de negociación más preocupados ahora por asegurar los puestos de sus liberados y dirigentes ante el probable cambio de siglas del próximo gobierno.
En el Acuartelamiento Aéreo de Getafe del Ejército del Aire, un grupo de trabajadores han intentado denunciar ante dicha Subdirección el uso indebido de coches oficiales por parte de algunos militares, intentando para ello que los sindicatos con representación en dicha mesa de negociación se implicaran en la denuncia. El resultado es que dicha denuncia se ha paralizado, con el silencio cómplice de éstos, iniciándose por parte de la jefatura acciones encaminadas a buscar alguna prueba con la que poder sancionar a dichos trabajadores, sin resultado hasta la fecha.
El pasado mes de Septiembre, el Coronel Jefe del Centro Logístico de Transmisiones de Getafe, dictó la orden de que los trabajadores no podrán ir a trabajar vestidos con bermudas, chanclas o camisetas de tirantes ya que, según él, el uso de estas prendas atenta contra el decoro y los usos y costumbres de la Administración General del Estado.
Un trabajador de este centro, J.L.D.C., no encontrando ninguna norma escrita ni por parte del Ministerio de Defensa ni por parte de la Administración General del Estado, sobre la ropa particular que los trabajadores deban de vestir para acudir a su puesto de trabajo, y puesto que trabaja en un laboratorio, no es un puesto de atención al público, y la única prenda que se le suministra como equipo de trabajo es una bata blanca, no encontró que fuera indecoroso seguir utilizando pantalones vaqueros del tipo llamado pirata, es decir, de un largo de unos 10 centímetros por encima del tobillo, considerando además que esta orden supone en la práctica una intrusión en su vida particular.
El pasado viernes 30 de septiembre se le comunicó a este trabajador el inicio de un expediente sancionador por haber cometido una falta grave por desobediencia, cuya sanción puede oscilar entre tres días y tres meses de empleo y sueldo. Teniendo en cuenta que dicho trabajador lleva trabajando en ese centro más de 27 años sin haber cometido ni siquiera una falta leve en todo este tiempo. Sería de suponer que los sindicatos CCOO y UGT, subvencionados con el dinero de todos para que representen y defiendan los derechos de los trabajadores, tendrían algo que decir en este asunto. Sin embargo, una vez más, se limitan a mirar para otro lado con el objeto de no indisponerse con la jefatura de dicho centro.
Teniendo en cuenta además que en dichos centros, de vez en cuando, se vienen produciendo gastos de difícil justificación como la compra de un reloj, el pasado mes de julio, por un valor de cerca de 800 € con cargo a los presupuestos generales del estado, así como otras irregularidades relacionadas con los expedientes de cocina, cabría esperarse que el citado Coronel se preocupara por algo más de si los trabajadores civiles masculinos enseñan el tobillo en su puesto de trabajo.
fuente: kaosenlared
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