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sábado, 30 de abril de 2011

Sudores para pagarse la pensión


M. Castro

Despedidos de Naval Gijón que han acabado el paro ingresan a la Seguridad Social todo el subsidio que reciben para evitar que se hunda su futura jubilación.

Se me acabó el paro en diciembre. Ahora estoy cobrando 426 euros al mes del subsidio para mayores de 52 años y pago 428 a la Seguridad Social para no perder la base de cotización. Si no lo hiciera, cuando llegue a los 65 me quedaría una pensión de miseria». Mientras sostenía en sus manos una pancarta pidiendo la reapertura del astillero Juliana, donde los despedidos de Naval Gijón esperan que el grupo Armón los recoloque, José Ramón García Medina explicaba ayer de este modo su situación personal. Es uno de los despedidos del astillero de Poniente que tras acabar de cobrar el desempleo ha suscrito un convenio especial con la Seguridad Social para pagarse él mismo las cotizaciones. Otros en su misma situación han preferido no hacerlo.

José Ramón García Medina participó ayer en la protesta en la que cortaron durante 25 minutos el tráfico en el cruce de la Avenida de Galicia y la calle Móstoles, que es la que va a dar a la entrada del astillero gijonés del grupo Armón, la antigua Juliana Constructora Gijonesa.

Naval Gijón cerró en mayo de 2009 despidiendo a 44 trabajadores que rondaban los 50 años de edad en su mayoría. De éstos, 39 siguen pendientes de que los recoloquen en el astillero de El Natahoyo, tal como les habían prometido. El problema es que Armón sólo está dispuesto a contratar a tres de esos trabajadores, los que manejaban las grúas de Naval Gijón. Ni siquiera José Ramón García Medina, otro obrero especializado que se encargaba del manejo de una máquina de corte por plasma en Naval Gijón, tiene sitio en el proyecto de Armón.

«Creía que nos iban a meter ahí», señala en referencia al último astillero que queda en pie en la bahía gijonesa, «pero ya no me creo nada, ni de los sindicatos, ni de Armón, ni del Principado ni del Ayuntamiento. Volvieron a abrir Juliana, pero sin proyecto ni nada y me temo que en cuanto pasen las elecciones todo esto quede en nada», indicaba ayer el desempleado.

José Ramón García, vecino de San Martín de Huerces, vive ahora tirando de la indemnización del despido. El jueves que viene volverá a acompañar a otros afectados y a prejubilados del astillero que les apoyan en una nueva protesta. Afiliado al sindicato CSI, que convoca estas movilizaciones, no le importa contar su caso. Otros despedidos de Naval Gijón afiliados a otros sindicatos, que también participaron ayer en el corte de tráfico, prefirieron quedar en un segundo plano.

Balbino Cano, el último responsable de la sección sindical de CSI en Naval Gijón, pidió ayer al Principado y al Ayuntamiento que intercedan ante Armón, al que ayudaron a hacerse con Factorías Juliana.

 Lne.es

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