“Era algo que se veía venir”, comenta un experimentado trabajador de la almadraba de Barbate. Y es que las relaciones entre los trabajadores y la empresa, la Organización de Productores Pesqueros de Almadraba, OPP-51, están casi rotas a causa del convenio colectivo, que no se renueva desde hace unos tres años. Esta situación genera incertidumbre entre los más de 200 trabajadores que emplean las cuatro almadrabas gaditanas, ubicadas en Conil, Barbate, Zahara de los Atunes y Tarifa.
Precisamente en esta última localidad, Tarifa, se celebró este pasado miércoles una nueva asamblea de los trabajadores aglutinados en las cuatro pesquerías. La reunión de Tarifa era la cuarta y última, y en ella se ha acordado, de forma casi unánime, la convocatoria de una huelga indefinida a partir del próximo 3 de mayo, lo que pone en un aprieto a la empresa OPP-51, puesto que previsiblemente la temporada extractiva ya esté comenzada.
Por otro lado, con sus redes ya caladas, las cuatro almadrabas de la provincia gaditana (Barbate, Conil, Zahara de los Atunes y Tarifa)sólo están pendientes de dos cuestiones. Una, que mejore el tiempo. Dos, que los buzos que bajen a los copos hallen atunes atrapados. Tras ambas cuestiones, tendrá lugar la primera ‘levantá’ de esta nueva temporada que, a pesar de estar avanzada, está marcada por varias incógnitas, todas ellas con una cuestión en común: cuánto tonelaje de atún rojo podrán pescar.
Las almadrabas están pendientes de los fondos de maniobras y de si podrán o no, comprar cuota de pesca a terceros países y a otras flotas, como ya ocurriera el pasado año. La intención de la Organización de Productores Pesqueros de Almadraba, OPP-51, no es otra que la de acercarse a los mil toneladas para salvar la presente temporada, ya que tras los últimos recortes, este año, sin contar con posibles trasvases de cuotas, sólo podrían pescar alrededor de unas 630 toneladas, tal y como quedó reflejado en el Total Admisible de Capturas (TAC).
El lado positivo es la participación de las almadrabas, al menos durante este año y el próximo, como observatorio científico al objeto de comprobar y evaluar la situación de esta especie, que no hay que olvidar, está en peligro de extinción. Esta actividad la realizará en colaboración con Instituto Español de Oceanografía (IEO), y cuenta con un presupuesto de ronda los dos millones de euros.
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