Las declaraciones del director general de Altadis, Dominic Brisby, a Diario de Cádiz en las que dejaba clara la falta de viabilidad de la factoría de esta empresa en la capital gaditana ha puesto en alerta a la reducida plantilla que aún queda trabajando en la misma tras el último ERE: apenas 67 personas.Aunque sus declaraciones no han sorprendido sí se teme ahora que, tras estas manifestaciones tan rotundas y claras, "la empresa tenga en mente una nueva actuación a realizar no a largo plazo, sino a medio", todo ello encaminado a "ir cerrando poco a poco todo tipo de actividad en la instalación", según afirmó a este diario Carmen Pérez, del comité de empresa de la planta gaditana."
En su día ya se lo advertimos al consejero de Empleo porque somos conscientes de la situación. Ahora algunos se pueden sorprender, pero el hecho de aplicar (hace unos meses) un expediente de regulación tan fuerte (afectó a unas 300 personas) ya ponía en serio peligro la continuidad del trabajo. Ahora, la empresa busca una excusa para ir cerrando poco a poco las instalaciones, y maneja tres: la Ley del Tabaco, la crisis económica y el coste del mantenimiento de un complejo tan grandes como el de Cádiz con una plantilla tan reducida".
Las instalaciones en la entrada de la ciudad, que superan los 100.000 metros cuadrados de extensión, se levantaron hace más de dos décadas para dar cabida a más de un millar de trabajadores de los que hoy sólo quedan 67.Este grupo trabaja en la planta de expandido "que se encuentra al cien por cien de su capacidad de producción con tres turnos diarios"; también funcionan plenamente los almacenes mientras que están vacías naves inmensas como la que albergaba la fabricación de cigarros puros, cerrada hace cinco años "y que aún no se ha alquilado a pesar de su potencial".
Igual pasa con otras instalaciones sin uso como la planta de producción de ligas, cerrada desde diciembre y de la que aún queda por retirar la maquinaria, o el edificio de servicios que se clausura el próximo mes de septiembre.La gran mayoría del suelo es propiedad de Imperial Tobbaco, aunque hay unas pastillas que son concesión de la Zona Franca que en su momento llegó a estudiar su recuperación para facilitar el crecimiento del Consorcio, coartado por una falta de suelo que sí le sobra a Altadis.
Tras las palabras de Brisby, la intención del comité de empresa es recabar, a partir de mañana lunes, toda la información posible sobre las futuras intenciones de la compañía respecto a la planta de Cádiz, aunque para Carmen Pérez lo dicho por el alto ejecutivo "es para que nos hagamos el cuerpo ante la que se nos avecina". La posibilidad de más despidos, lo que teniendo en cuenta lo limitado de la plantilla conllevaría el cierre de una de las empresas con más historia de Cádiz, poseedora incluso de la Medalla de Oro de la Ciudad, tiene una clara respuesta sindical: "Somos pocos pero no permitiremos que nadie se quede en la calle cuando la empresa no está ni en crisis".
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