La estabilidad se resiste a volver a la dirección provincial de la Unión General de Trabajadores. Ni siquiera en una etapa de transición, con una ejecutiva que debe preparar el relevo hacia una nueva dirección electa en otoño, se consolida la normalidad en el sindicato.
La dimisión de Pedro Custodio como secretario provincial el pasado mayo provocó que todos sus colaboradores presentaran también su renuncia.
El ex responsable provincial de UGT vio su ánimo y su imagen desgastados por denuncias que destaparon excesivos gastos a cuenta de UGT (de telefonía móvil a comidas, copas y cenas) de difícil justificación.
Aunque la comisión de garantías federal resolvió que no había pruebas suficientes para sancionar a Custodio, sus conclusiones dejaban en mal lugar al denunciado. El dictamen definitivo suponía un tirón de orejas por falta de austeridad.
Ante esa situación, el ex secretario general decidió dejar la toalla. Tras esa renuncia, desde el pasado 25 de mayo, el sindicato está dirigido en la provincia por una gestora provisional dirigida por Francisco Fernández Sevilla, número dos de la estructura andaluza tras Manuel Pastrana.
Varios miembros del anterior equipo aceptaron seguir en la nueva gestora para colaborar a la transición hacia nuevo congreso, votación y nueva ejecutiva (todo está previsto para septiembre u octubre).
Sin embargo, en ese equipo provisional también se han producido bajas.
José Porras Naranjo ha presentado su renuncia. Fuentes oficiales de la propia gestora confirmaron ayer que ha presentado su dimisión.
Según la dirección, y el propio dimisionario, la causa es un exceso de responsabilidades. Actualmente, Porras es secretario general de la Federación de Servicios Públicos y esa responsabilidad hace imposible su tarea en la gestora, que ha decidido abandonar.
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