UGT-A cargó gastos de comidas de su último congreso a dos
proyectos subvencionados
El día que UGT Andalucía decidió seguir hacia delante y no
mover ni una coma en sus pretensiones de reducir personal, aplicando la reforma
laboral, abrió la caja de Pandora. No sólo dejaba a más de sus 200 empleados
con la amarga sensación de la traición por verse despedidos o con sus
condiciones laborales recortadas por orden de quien menos lo esperaban; la
organización sindical abría también la puerta a su cocina interior, donde se
toman las decisiones, se gestionan los recursos -propios y subvencionados- y se
dirige el día a día de una central en horas bajas por la pérdida de afiliación
y apoyo social.
Entre la documentación que tienen en poder los trabajadores
que fueron despedidos, no sólo en el marco del expediente de regulación sino
también mediante despidos individuales ejecutados con anterioridad, están los
gastos que generó el IX Congreso de la UGT-A, celebrado entre el 9 y el 11 de
septiembre de 2009, en el que salió reelegido Manuel Pastrana por última vez.
Una cita que tuvo lugar en el Palacio de Congresos de Sevilla bajo el título:
'Unión, Acción y Trabajo'. Este cónclave ugetista, que tendrá su continuación
esta semana cuando se celebre el X Congreso donde presumiblemente saldrá
elegido como líder andaluz la mano derecha de Pastrana, Francisco Fernández,
tuvo un coste de 74.796,48 euros sólo en comidas.
Así consta en la factura que emitió la empresa Abades y que
aparece en la parte superior de la información. Ese gasto que debía ser asumido
en su totalidad por la organización, al tratarse de un acto interno, fue
cargado en gran parte a dos proyectos subvencionados con dinero público
relacionados con la prevención de riesgos laborales y la cooperación sindical
internacional. Es decir, se utilizaron recursos aportados por las
administraciones, con unos fines en concreto, para costear gastos propios del
sindicato.
Facturas despiezadas
La factura que emitió la empresa responsable del servicio de
hostelería fue despiezada en tres, como si se trataran de tres eventos
distintos, a petición del sindicato, según explican fuentes internas de la
organización. Una, por importe de 4.200 euros a cargo de unas jornadas sobre
cooperación sindical al desarrollo Andalucía-Latinoamerica; una segunda, por
valor de 32.909 euros que se justificó, como consta en la documentación que
hace pública LA VOZ, como gastos generados por la presentación de la campaña
'La prevención llega hasta aquí'. Sólo la tercera factura, por valor de 37.461
euros, se emitió como servicio de comidas por el 9º Congreso.
A partir de esta documentación oficial se concluye que la
mitad del coste en este capítulo de almuerzos, cenas y desayunos no fue
costeado con fondos propios del sindicato sino que fue subvencionado por la
Agencia Andaluza de Cooperación Internacional de Desarrollo (empresa pública
vinculada a la Junta) y la Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
(Fundación PRL) que está amparada por el Ministerio de Trabajo, que en 2009
ocupaba el ministro socialista Celestino Corbacho. Así, aparece en las dos
facturas 'subvencionadas' el sello de entrada para la justificación de la ayuda
pública.
Este desvío de fondos
públicos para sufragar gastos internos del sindicato ya ha sido denunciado por
el colectivo de trabajadores que han demandado al sindicato ante el TSJA. En la
documentación aportada como prueba ante el Alto Tribunal, que ha venido
publicando en exclusiva este medio, se advierte de una posible «ilegalidad» al
utilizar dinero que entra, vía ayudas públicas, mediante programas de empleo
para soportar costes internos de la organización; lo que evidenciaría la
dependencia cada vez más alta que tiene el sindicato con respecto a las
subvenciones. Un modelo diametralmente opuesto al de otras organizaciones
sindicales europeas que se autofinancian en exclusiva con las aportaciones de
sus afiliados.
Con sala VIP
Entrando al detalle de la factura global que emitió Abades,
antes de que le ordenaran que la dividiera en tres para poder justificar la
mitad de los gastos ante la Junta y la Fundación PRL, se observa cómo el número
de comensales varía ostensiblemente de un día para otros. Según la información
aportada por el propio sindicato, a esa cita congresual estaban convocados unos
500 delegados. Sin embargo, el primer día se sirvieron 900 comidas y el
segundo, 696. Las mismas fuentes señalaron que no sólo hubo delegados sentados
en las mesas, sino también invitados, trabajadores del sindicato o contratados
para la celebración del evento, que contó con una sala VIP donde se sirvieron
aperitivos, desayunos y bebidas sólo al alcance de un reducido número de
sindicalistas.
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