Milada Horáková torturada por los nazis y ejecutada por los
comunistas
Milada Horáková nació el 25 de diciembre 1901 en el barrio
de Královské Vinohrady en Praga. El padre de Milada era un entusiasta
partidario del Partido Popular de la República Checa. Milada comenzó a estudiar
en la escuela secundaria pero el 1 de mayo de 1918, participó en una marcha
ilegal contra la guerra, y fue expulsada de la escuela. Consiguió graduarse en otra
escuela en 1921.
Milada se unió a la
Cruz Roja Checoslovaca y continuó sus estudios graduándose en derecho el 22 de
octubre 1926. Se casó el 15 de febrero 1927 con Bohuslav Horák. Milada
consiguió su primer trabajo como abogada en los Servicios Sociales de Praga.
Era una mujer de fuertes convicciones sociales y su paso por la Cruz Roja le
llevó a implicarse en la situación de las mujeres checoslovacas.
En 1923 Milada Horáková se reunió con la fundadora del
movimiento de la mujer checa, la senadora Františka Plamínková con la que
asistió a una conferencia en La Haya en 1930 donde la joven abogada cautivó a
expertos extranjeros por su su excelente argumentación y el conocimiento de las
cuestiones jurídicas y políticas. También redactó proyectos de ley para mejorar
la situación de la mujer en el derecho familiar.
La sombra de la
ideología nazi y el movimiento de los alemanes en los Sudetes sacudía la escena
política checa. En el 10º Congreso General del movimiento juvenil Sokol en
1938, Milada Horáková se postuló en contra del Tratado de Munich. La anexión de
los Sudetes por Hitler, así como la posterior renuncia del presidente Eduard
Benes y su partida a Inglaterra fueron un gran golpe para la sociedad checa.
Milada Horáková, se
preocupaba por las necesidades de los expulsados de los Sudetes. Luego se
unió a la Dirección Central de Resistencia. Al mismo tiempo, organizó la
asistencia a las familias de los checos que luchaban en el extranjero o estaban
encarcelados.
El 2 de julio de 1940, Horáková fue detenida junto a su
marido y pasó dos años interrogada y torturada sin piedad por la Gestapo en
Pankrác. Pasó otros dos años en el campo de concentración de Terezín, donde
también fue encarcelado su marido. El 22 de junio de 1944, fueron condenados a
ocho años de trabajos forzados. Ella fue enviada a una prisión en Aichach,
Baviera para cumplir su sentencia y ahí fue donde fue liberada por el Ejército
de EE.UU. Horáková regresó a su tierra natal el 20 de mayo de 1945.
A pesar de que Milada
Horáková prometió dedicarse exclusivamente a su familia después de reunirse con
su marido y su hija, los acontecimientos después de la guerra nunca le dieron
la oportunidad de hacerlo. Según su propia declaración, que más tarde fue
grabado en los registros de interrogatorios de la policía secreta, fue una
conversación con el presidente Eduard Benes la que le llevó a convertirse en
miembro activo del Partido Nacionalista Socialista Checo (CSNS).
Otra de las actividades importantes de Horáková fue su
participación en la Unión de Presos Políticos Liberados donde fue
vicepresidenta. Ella también hizo esfuerzos para revivir el Consejo Nacional de
la Mujer, pero el Ministerio controlado por los comunistas de Václav Nosek no
tenía ningún interés en la renovación de esta organización.
Milada Horáková insistió en la plena observancia del estado
de derecho en los juicios. En ese momento, Antonín Zapotocky ya estaba
afirmando los principios de la justicia pseudo-comunista, que Horáková más
tarde soportaría trágicamente. Apoyó la idea de que Checoslovaquia no debía
aislarse del mundo. Era una fuente constante de irritación para los diputados
comunistas. Tras el golpe de estado comunista en febrero de 1948, los comités
de acción controlados por los comunistas realizaron las primeras detenciones.
Horáková fue expulsada del Consejo de la Mujer de Checoslovaquia.
Ella se enfrentó con
la realidad de que algunos ex-compañeros se habían pasado al nuevo Partido
Socialista Reformado (Comunistas). A pesar de que sus amigos le instaron a
abandonar el país, decidió seguir luchando. Ayudaba a las familias de los
detenidos. Comenzó a trabajar con los llamados "seis político" los
líderes nacionalistas socialistas que estaban al margen de la ley, Josef
Nestával, František Račanský, Josef Čupera, Karel Sobr y František Dlouhý.
La detención de Milada Horáková se produjo el 27 de
septiembre 1947. El interés de la dirección del Partido Comunista de
Checoslovaquia era desacreditar a los partidarios de los antiguos partidos
democráticos. El juicio contra Milada Horáková se inició ante el Tribunal del
Estado el 31 de mayo de 1950. Había acusados de distintas tendencias políticas
socialistas-nacionalistas, socialdemócratas, trotskitas. Milada Horáková
testificó en el primer día del juicio. El testimonio de los otros acusados y
testigos continuó durante ocho días más. Hubo cuatro condenas a muerte una de
ellas a Milada Horáková. Es famoso su alegato al final del juicio, lleno de
fuerza y pasión.
Milada Horáková renunció a la apelación, pero la solicitud
fue presentada por su padre y su hermana. No sirvió para nada a Milada sólo se
le dio permiso para despedirse de sus familiares más cercanos. Ella dijo:
"Me puedo ir con la cabeza bien alta. También hay que saber perder."
En la mañana del 27 de junio de 1950, Milada Horáková fue la última de los
cuatros presos condenados en ser ejecutada. En 1991, el presidente Václav Havel
le otorgó la Orden de TG Masaryk. La fecha en que Milada Horáková murió se ha
convertido en el día oficial de la conmemoración de las víctimas del régimen
comunista.
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