La jueza argentina calcula que habrá imputaciones por los
crímenes del franquismo en un año
La jueza María Servini anima a querellantes y testigos a
viajar a Buenos Aires a declarar en su despacho y tranquiliza a las víctimas:
“La justicia, tarde o temprano, llega”
Por: RAFAEL GUERRERO
La jueza argentina María Servini, que investiga el genocidio
y los crímenes de lesa humanidad del franquismo, se muestra optimista por el
devenir de la instrucción y confía en que dentro de un año pueda confirmarse la
imputación contra los nueve acusados actuales (tres exministros, dos jueces y
cuatro policías), según ha declarado en la única entrevista que ha concedido
desde que asumió la causa en abril de 2010. Entre los nueve posibles imputados
estaría José Utrera Molina, exministro de Franco y suegro del ministro Alberto
Ruiz-Gallardón, el exministro de la UCD Rodolfo Martín Villa, y José González
Pacheco, el expolicía acusado de torturas apodado Billy el Niño’.
María Servini es una jueza veterana -76 años- titular desde
1990 del Juzgado Nacional de lo Criminal y Correccional Federal nº 1 de Buenos
Aires que ha decidido romper su silencio públicamente con una entrevista
concedida al programa especializado La Memoria de la emisora pública Radio
Andalucía Información. Sus inéditas declaraciones se producen una semana
después de haber visto frustrado su intento de tomar declaración por videoconferencia
a 12 personas que tenía citadas durante varios días en el Consulado argentino
en Madrid. “Me pareció muy desagradable que, en el último momento, cuando todo
estaba preparado y veíamos a los declarantes en la pantalla dispuestos a hablar
desde el Consulado, esto se cortara, porque era como cortar la ilusión a la
gente y cortarla a nosotros para seguir investigando”.
La jueza admite que recibió el pasado miércoles una llamada
del embajador argentino en Madrid que le trasladó la presión diplomática desde
el Gobierno español para que se suspendiera la toma de declaración. “No me
sentí presionada, sino defraudada. No quise ser artífice de que de esa
situación derivara en serias consecuencias para mí país y suspendí la
declaración. De todas formas –añade Servini-, ya se están corrigiendo todos
esos supuestos errores, aunque para mí no hay errores, y espero que nos
autoricen a tomar declaración por videoconferencia a algunas de esas personas
que están desesperadas por declarar y que carecen de medios para pagarse un
viaje a Argentina”.
No es la primera vez que Servini encuentra serios obstáculos
en su instrucción desde el Gobierno español. Incluso con Zapatero en el poder,
el fiscal general del Estado frenó su intención de venir a España: “Nos
pusieron una serie de inconveniencias que hicieron imposible nuestra ida a
España. Creíamos que era más fácil hacer las videoconferencias, pero ya es la
segunda vez que me las paran”, se lamenta la jueza.
"Los gobiernos españoles no quieren que se
investigue"
Preguntada por la causa de esta reiterada resistencia
oficial española a facilitar su instrucción, gobierne quien gobierne, no
titubea: “No quieren que se investigue”. La jueza añade: “No soy yo la que
quiere investigar, es la Cámara Federal, nuestro Tribunal Superior, la que ha
ordenado esta investigación en 2010 y estamos en 2013”.
Pese al retraso y a la progresiva acumulación de
querellantes -ya van 150-, María Servini se muestra confiada: “Antes de fin de
año se puede terminar con la toma de declaraciones”. La cuestión es cómo,
cuándo y dónde poder desarrollar tanto trabajo pendiente, si hasta ahora sólo
han hablado ante la magistrada 5 de las 91 personas previstas.
La jueza sugiere a quienes tengan que declarar que sería
mucho más fácil para ella recibirlos en su despacho de Buenos Aires, e incluso
bromea con la posibilidad expuesta por el entrevistador de que se lleguen a
fletar vuelos charter desde España a modo de “turismo o emigración judicial”
con testigos y querellantes por el genocidio franquista. “Si fuera así, yo
estaría muy contenta. Sepan que todos los que quieran viajar van a ser
atendidos y se les va a tomar su correspondiente declaración”.
De hecho en las próximas semanas van a ir cinco personas a
declarar a Buenos Aires, algún alcalde, algún parlamentario y hasta el exjuez
Baltasar Garzón, a quien conoce desde 1991 y que tiene cita para el 27 de mayo:
“una excelente persona y una pena perder a una persona que tanto ha luchado por
la justicia en su país y en otros, como el mío”. El exmagistrado español que
rompió la impunidad de las dictaduras chilena y argentina acude ahora a
Argentina como experto a instancia de los querellantes y, a juzgar por las
palabras de Servini, parece que su declaración puede influir en el desarrollo
del procedimiento: “Lo esperamos pensando que puede ser una declaración muy
esclarecedora. Por eso no he querido escuchar a los otros antes, porque primero
quiero escuchar a Baltasar para ver si pregunto lo mismo o si tengo que ampliar
las preguntas”.
"La declaración de Garzón en Buenos Aires puede ser muy
esclarecedora"
María Servini, no obstante, piensa venir a España para tomar
declaración, ya que no cree que funcione la vía de la comisión rogatoria que
propone el Gobierno de Rajoy. “El inconveniente es que quieren que venga sola y
yo necesito venir con mi equipo, porque de otro modo casi me tendría que quedar
a vivir aquí y no puedo dejar mi juzgado, entre otras cosas porque hay
elecciones en mi país y yo tengo también responsabilidad sobre el proceso
electoral”.
Pese a tantos inconvenientes, la magistrada argentina
mantiene la esperanza en que “en un año como mínimo” puedan sustanciarse las
primeras imputaciones en esta causa por el genocidio franquista con las
correspondientes órdenes de detención cursadas al Gobierno español: “Yo me lo
imagino. A Pinochet no lo dejaron detener pero también fue perseguido en Chile.
Contreras y otras personas fueron detenidas en Chile en base a los elementos
acusatorios que nosotros les facilitamos. Acá estuvo detenido Arancibia Clavel,
que había pertenecido a la DINA chilena”.
María Servini traza en su horizonte una hoja de ruta similar
a las consecuencias que se derivaron de la intervención a finales del siglo XX
del juez Garzón en el Cono Sur americano, e sea, abrir el camino para que la justicia
autóctona reaccione y actúe contra los represores. Lo dice con conocimiento de
causa y proyectando su intención sobre España: “El derecho internacional llega
a los países, tarde o temprano llega y, si a la larga no aplican nuestro
derecho, sí que obligan a los países a investigar o viene la condena
internacional”.
Frente a la conocida petición de Garzón -en su intento
fallido de juzgar los crímenes del franquismo- del certificado de defunción de
Franco y su camarilla golpista, la jueza argentina desvela una orientación más
pragmática de su instrucción: “Hay que ir directamente sobre los que están
vivos. Eso no quita que también se investigue la participación de los que ya
están fallecidos, porque todo hace un conjunto del expediente. La investigación
es una sola sobre un grupo que ha trabajado de forma conjunta. Entonces, cuando
usted está investigando a una persona que está viva, es lógico que también
tenga alguna conexión con alguien que esté muerto. Hay que investigar las dos
conexiones y al muerto no se le puede dejar de lado. No se le puede juzgar, ni
detener, pero hay que saber qué hizo y ver si agrava o beneficia al otro
imputado vivo”.
“Les pido un poquito de paciencia; esto va a salir
adelante"
María Servini es una jueza muy sensibilizada con el tema de
los derechos humanos cuya actuación fue determinante para condenar al asesino
del general demócrata chileno Carlos Prats en Buenos Aires, un ex agente de la
policía política de Pinochet. También cuenta con una experiencia positiva en el
tema de los niños robados, habiendo logrado devolver a varios menores a sus
familias biológicas. Contra viento y marea, la jueza argentina, optimista,
concluye su única entrevista periodística lanzando un mensaje de esperanza a
las víctimas del franquismo: “Les pido un poquito de paciencia, que esto va a
salir adelante. Que vamos a tomar declaración a todos los que necesitan
declarar, a todas las víctimas, que lo haremos yendo allá o viniendo la gente
acá. De alguna forma esto se va a solucionar. La justicia, tarde o temprano,
llega. Que tengan esperanza, que va a haber justicia”.
Fuente: http://m.publico.es/455538
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